Luis Cino
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -"Uno, para ser libre, lo
primero que tiene que hacer es creérselo. No importa donde se esté. La
libertad la lleva uno consigo", declaró en el año 2005 el cantautor
Amaury Pérez al diario mexicano La Jornada.
En aquel momento, nadie hizo mucho caso a las divagaciones filosóficas
del cantautor. Con su fidelidad al Comandante (a quien se enorgullecía
de proclamar como su papá), sus firmas y su participación entusiasta en
cuanta pachanga orientaran los comisarios al bataclán de cantores
oficiales, era difícil imaginarlo en el minúsculo y peligroso gremio de
los libres.
Pero he aquí que Amaury Pérez ha puesto tanto empeño en creerse libre,
que finalmente logró serlo. O al menos aparentarlo, que pudiera ser más
conveniente y útil para la estrategia de sus jefes.
El caso es que a Amaury Pérez últimamente le ha dado por venderse como
un tipo abierto, moderado y liberal. En vísperas del polémico concierto
Paz sin Fronteras en la Plaza de la Revolución, del que fue
co-anfitrión, concedió entrevistas impensables hace unos años a Emilio
Ichikawa (sindicado por los comisarios como "uno de los principales
ideólogos de la Contra Ilustrada"), María Elvira Salazar y Oscar Haza.
Al dominicano Haza declaró estar en contra del encarcelamiento de
Pánfilo, a favor de la libertad de expresión y de que los cubanos puedan
entrar y salir libremente de su país.
Amaury Pérez confesó que ve regularmente "A mano limpia", el programa de
Haza en la TV de Miami, a través de una antena parabólica que, dicho sea
de paso, posee de forma ilegal.
Pero no hay que temer que la PNR y los carros de Radio Cuba lancen un
operativo contra la antena en la azotea de la casa de Amaury en Nuevo
Vedado. Si Amaury se atrevió a hablar públicamente de ella, por algo
sería. Después de todo, la entrevista fue en dos partes. El cantante
tuvo tiempo de escuchar la amonestación y arrepentirse.
Amaury Pérez tiene guante, careta y peto. En el béisbol, como catcher
hubiera hecho una carrera más provechosa para sus jefes. Así hubiera
podido dedicar sus triunfos deportivos al Comandante. Este los habría
agradecido más que sus canciones intimistas y sentimentales que no le
sirvieron como las de Sara González para agitar banderitas al compás de
ellas en marchas combatientes y tribunas abiertas.
En honor a la verdad, el autor de Acuérdate de abril nunca pretendió
emular con Carlos Puebla o Silvio Rodríguez. No se propuso ser el bardo
de la Revolución Cubana. Con su voz pequeña y anodina, Amaury Pérez tomó
préstamos de Serrat, Barry Manilow y Mike and The Mechanics, para
escribir bonitas canciones poéticas. Se conforma con cantar como puede
sobre vuelos y revuelos de la pena, flujos y reflujos de las mareas,
triángulos amorosos, boleros en París y otras zarandajas del corazón.
Canciones sensibles e inteligentes pero inocuas y esterilizadas.
Jovial, simpático, amigo de sus amigos –hasta de Silvio, que es mucho
decir- Amaury Pérez, siempre fiel al Comandante, lleva la libertad en el
bolsillo, como la llave de su casa, y se dice libre. Desconfiado como
soy, no me trago el cuento. Me da mala espina su libertad. De cualquier
modo, tiempo habrá para que la ponga a prueba. Veremos.
Cuba: La libertad de Amaury (21 September 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/Sept09/21_C_6.html
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