Ahí está la plaza abierta, los artistas participantes, el público, el
gobierno cubano, el exilio cubano y los medios de comunicación social.
Como ocurre con todas las controversias, ésta del concierto de Juanes y
otros músicos prominentes en La Habana tiene ganadores y perdedores.
¿Quiénes son? Buscarlos es un juego díficil, y tan controversial como la
controversia misma.
Durante los dos últimos meses, el anuncio de que el cantautor colombiano
se proponía cantarle al pueblo de Cuba desató una voluminosa cobertura
periodística que ha dado la vuelta al mundo en periódicos, revistas,
radio, televisión e Internet. El hecho de que Miguel Bosé y Olga Tañón
se unieran al grupo, enriqueció el debate. El sitio del concierto, la
Plaza de la Revolución, y la presencia de dos cantautores cubanos
musicalmente importantes pero oficialistas, Silvio Rodríguez y Amaury
Pérez, endurecieron la controversia.
Es posible creer, ¿por qué no?, que Juanes y quienes lo acompañan, de
buena fe, han querido cantarle a un pueblo aislado del mundo desde
tiempos inmemoriables. Cuentan los participantes que esta jornada
musical ha costado a los artistas alrededor de 300 mil dólares de sus
propios bolsillos.
Cuando se divulga la noticia, en julio pasado, estalla el exilio cubano,
no sólo de Miami, sino de otras regiones del mundo. Esos cubanos de la
diáspora se oponen por mayoría al concierto, sobre todo, porque piensan
que cualquier cosa que ocurra en Cuba es politizada por el régimen
comunista, para su propio beneficio. También porque el escenario estará
en la Plaza de la Revolución, lugar de discursos políticos que han
tenido consecuencias terribles. Y, además, porque participarán dos
autores de conocidas loas al régimen, Rodríguez y Pérez, que además
fueron firmantes de documentos de apoyo al fusilamiento de tres jóvenes
y a la imposición de largas penas de cárcel a 75 disidentes en 2003.
Sí hay ganadores. Juanes, Tañón y Bosé han logrado lo que querían: su
concierto. Los cantautores oficialistas han logrado compartir el
escenario con ellos, según se dice, invitados por el propio Juanes. El
gobierno cubano consiguió colocar el evento donde quería: la Plaza de la
Revolución; y además se está embolsando gran parte de los 300 mil
dólares de los artistas. Y el exilio cubano, voluntaria o
involuntariamente, ha podido divulgar información importantísima acerca
del sistema político que ha imperado en Cuba durante los últimos 50
años, información que mucha gente no conocía, ni siquiera Juanes, Bosé y
Tañón. ¿Qué información? Que en Cuba se ha fusilado y se ha encarcelado
a quienes piensan diferente. Todavía se encarcela a muchas de estas
personas, y apenas en 2003 se fusiló a tres jóvenes que sin causar daño
a nadie, trataron de secuestrar una embarcación para huir a Estados
Unidos. Que el gobierno cubano tiene la capacidad de cubrir la Plaza de
la Revolución con miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas y del
Partido Comunista para evitar posibles desórdenes políticos entre los
asistentes; que artistas de la talla de Celia Cruz, muerta en el exilio,
Olga Guillot, Gloria Estefan y Willy Chirino, entre otros muchos, están
prohibidos en Cuba; que a Chirino el gobierno cubano ni siquiera le ha
respondido una solicitud de colocar una pantalla gigante en un sitio
público de La Habana para ofrecer un concierto vía satélite desde Miami,
con todos los gastos pagados por él; que el gobierno cubano negó a Celia
Cruz, en vida, la posibilidad de asistir al entierro de su madre; y que
la belleza poética de las canciones de Silvio y Amaury está empañada por
su decisión de firmar los documentos mencionados.
No hay por qué pensar que sobre todo Juanes, Bosé y Tañón están allí por
ganar publicidad. Son suficientemente famosos. Pero en honor a la
verdad, están ganando mucha publicidad. No hay campaña publicitaria
sobre la faz de la Tierra que permita estar en los medios de
comunicación todos los días durante dos meses, como ha ocurrido con esta
controversia, por una módica inversión de sólo 300 mil dólares. Eso es
ganancia para los participantes.
La Coca-Cola, gaseosa conocida mundialmente y la que más se vende en
todo el planeta, gasta un promedio dos mil 200 millones de dólares en
publicidad, anualmente. Coca-Cola controla la mitad del mercado global
de gaseosas del mundo y es dueña además de cuatro de las cinco marcas de
soda que más se venden. Ni Juanes, ni Bosé ni Tañón tienen el nivel de
exposición que ha tenido la Coca-Cola durante más de 100 años, desde
Nigeria en Africa y Noruega en Europa hasta Singapur en Asia y las Islas
Malvinas en Suramérica. Guste o disguste, los 300 mil dólares que están
poniendo los artistas participantes ha sido, posiblemente, la mejor
inversión que hayan hecho en todas sus vidas.
Los medios de comunicación social han tenido tela por donde cortar
durante dos meses. Algunos en mejores condiciones que otros. A la cadena
Telemundo, por ejemplo, se le negó permiso de entrada en Cuba, lo cual
provocó fuertes críticas del conductor del noticiero nacional de esa
cadena, Pedro Sevcec, quien cuestionó que el concierto no estuviese
politizado. A otros medios también se les negó la entrada en Cuba.
¿Qué tal con el pueblo cubano que se supone que es el legítimo
destinatario del mensaje de paz de los músicos participantes? Esto se
sabrá después de la última nota musical, cuando el concierto haya
concluido. Así ocurrió también con la misa de Juan Pablo II en el mismo
lugar habanero, en 1998. Sólo después de la homilía se vieron las
imágenes de una joven ciega que fue arrestada por alzar un cartel
crítico de Fidel Castro.
(Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine, revista
que fundó en julio de 1994 en Los Angeles, California. Ha sido además
redactor de la agencia EFE en La Habana, Cuba, San José, Costa Rica, y
Los Angeles, California, así como editor metropolitano del diario La
Opinión de Los Angeles e instructor de periodismo de la Universidad de
California en Los Angeles, UCLA --- Biografía).
Juanes en Cuba, Ganadores y Perdedores (22 September 2009)
http://www.contactomagazine.com/cafeimpresso/juanesencuba0909.htm
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