2009-09-14.
Alfredo Cepero
(www.miscelaneasdecuba.net).- Comenzaba la década de 1950 y uno de
nuestros candidatos presidenciales en las elecciones pautadas para 1952
acuñaba la frase de "Vergüenza contra dinero" como lema de su campaña
política. En aquellos tiempos de turbulencia social, componendas
políticas y rapacidad administrativa la frase caló hondo en la
conciencia nacional cubana como una fórmula capaz de devolver la
república a los caminos trazados por los forjadores de nuestra nacionalidad.
Muchos de nuestros intelectuales han apuntado a nuestra herencia
española como la raíz de nuestras veleidades y vicios. Por otra parte,
es justo reconocer que muchas de nuestras virtudes como la dedicación al
trabajo, la audacia para enfrentar riesgos y el profundo sentido del
honor deben ser acreditados a la España que por cuatrocientos años se
aferró a Cuba como a la joya mas valiosa de su corona. No en balde José
Martí, un hombre que sufrió como pocos el conflicto interior del amor a
la patria ancestral de sus padres y la lealtad a la patria propia, dijo:
"La guerra se hace contra España, no contra los españoles".
Lo cierto es que España, como tantas otras culturas mediterráneas donde
la pasión y la razón compiten constantemente por predominio, no es fácil
de definir. De ahí la frase lapidaria del agudo y sensible García Lorca
al afirmar que "los españoles no conocemos el término medio". En otras
palabras, pueden ser los más buenos o los más malos, los más santos o
los más diabólicos, los más arrogantes o los más sumisos, los más
generosos o los más miserables.
Los ejemplos los tenemos en la España que junto a la espada que masacró
a centenares de miles aborígenes americanos mandó la cruz y la Biblia
que echaron los cimientos de una cultura de millones de seres humanos.
En los españoles que escenificaron una de las más cruentas guerras
fratricidas del siglo XX con un saldo de medio millón de muertos después
unieron esfuerzos para enfrentar a un mundo hostil y construir una
sociedad de democracia y prosperidad al nivel de las más desarrolladas
del mundo. Y en cuanto al sentido del honor, recordamos la España que,
en 1848, rechazó los 100 millones de dólares ofrecidos por el presidente
norteamericano James Polk—equivalentes a 2,400 millones de 2009—como
precio por la Isla de Cuba. Prefirió perderla en la guerra antes que
venderla en una Lonja de Comercio.
La otra cara de la moneda la hemos visto en la conducta de España con
respecto a la tiranía comunista que ha oprimido por medio siglo a sus
hijos olvidados de Cuba que ya no podemos llamarla nuestra Madre Patria.
Con contadas excepciones ha preferido comerciar con los verdugos antes
que hacer causa común con las víctimas. Y para dolor y vergüenza de
muchos buenos asturianos, la idílica y hermosa Asturias no ha sido la
excepción.
Dos hechos recientes confirman nuestra afirmación. El Gobierno
Autonómico de la Comunidad de Asturias otorgó en agosto la Medalla de
Oro de Asturias a José Ramón (Gallego) Fernández, personaje siniestro
que, junto a los Castro, oprime y exprime al desgraciado e ignorado
pueblo de Cuba. A este individuo no lo premiaron por sus actos
altruistas sino, según la declaración, "por reforzar las relaciones
empresariales con Cuba".
Después de todo, su hoja de vida muestra a un hombre que ha servido como
militar a dos dictadores, Fulgencio Batista y Fidel Castro, que ha
militado durante años en un Partido Comunista que sustituyó la
democracia con la tiranía y que se ha enriquecido como alto funcionario
de un régimen que ha despojado de fortunas hechas a sudor y trabajo por
nacionales y extranjeros. Entre ellos muchos asturianos que, según
cálculos fidedignos, fueron víctimas de confiscaciones cercanas a los
dos mil millones de dólares.
Por la borda tiró el honor el Gobierno de Asturias y por la puerta ancha
dio entrada a la codicia, la avaricia y la desvergüenza. Es obvio que, a
diferencia del lema del político cubano y en concordancia con el título
de este trabajo, el Gobierno de Asturias ha optado por poner el dinero
por delante de la vergüenza.
El otro hecho lamentable es la reiterada renuencia de la Fundación
Príncipe de Asturias a reconocer el sufrimiento de los presos políticos
cubanos y a honrar su heroísmo en la defensa de la libertad y la
democracia para Cuba. Por segunda vez en cuatro años, 2006 y 2009, la
fundación ha ignorado la postulación del Dr. Oscar Elías Biscet al
Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Las firmas de 43,000
personas en todo el mundo, incluyendo la del Padre Angel García,
Fundador de Mensajeros de la Paz y galardonado con el premio en 1994,
respaldaron la postulación del Dr. Biscet. Este hombre de conducta y
origen humilde se enfrentó primero a la política de abortos al por mayor
promovida por la tiranía comunista.
Después demandó libertad para Cuba y respeto a los derechos humanos del
pueblo cubano. Y todo ello dentro de su profesada doctrina de paz y amor
al estilo de Gandhi y de Martin Luther King. Diez años lleva este
paladín de la libertad encerrado en celdas estrechas y pestilentes
cumpliendo una condena de 25 años. Su delito ante los ojos de los
tiranos, haber tenido la osadía de denunciar los crímenes cometidos
contra criaturas no nacidas y contra víctimas inocentes de un ogro
enajenado que convirtió una isla de música y alegría en un páramo de
desesperanza y terror.
En lo que ha nosotros respecta, Asturias es sólo una cuenta más en el
rosario de nuestras soledades, decepciones y penas. Nadie tenga la más
mínima duda de que los cubanos hemos de superar este pantano de nuestra
historia y de construir con nuevos bríos y mayores experiencias una
nación de igualdad, justicia y libertad para todos sus hijos. Que, dicho
sea de paso, tendrá mayor conciencia de los riesgos y peligros
implícitos en confiar nuestros destinos a manos ajenas. De esta
experiencia saldremos no sólo purificados por el dolor sino fortalecidos
por la batalla. Que pena que Asturias optó por ser indiferente en vez de
solidaria. Y que dolor que España no haya sabido actuar como la Madre
Patria.
Miami, Florida, USA, 9-13-09.
DINERO CONTRA VERGUENZA - Misceláneas de Cuba (14 September 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=22815
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