2008-05-26.
Aimée Cabrera, Periodista Independiente
A través de la Batalla Energética cubana se han entregado efectos
electrodomésticos "por recambio", que no quiere decir que las personas
cambien los viejos por los nuevos, sino que pueden pagar los mismos en
plazos para los que se tiene en cuenta: cuánto ganan por concepto de
salario, pensión o asistencia social.
En el municipio Cotorro dieron todos los módulos que incluyen: ollas,
calentadores, etc. En estos momentos se están ofertando los televisores
nuevos, a los que pueden aspirar sólo los ciudadanos que tienen
televisores Krim soviéticos, o los Caribe cubanos, que la mayoría de las
personas compraron en la década del 80.
Para estos televisores no hay piezas y la mayoría están rotos. Entonces
todos se preguntan por qué tienen que estar funcionando, si se dice que
todos los efectos viejos serán usados como chatarra. Lo mismo sucedió
con los refrigeradores, los más necesitados se quedaron sin ninguno por
tener sus equipos parados, las explicaciones al respecto, no sirvieron
para esclarecer las dudas pertinentes.
En la actualidad, los trabajadores sociales aún hacen chequeos para
detectar quien se quedó sin refrigerador, pero no se han otorgado los
mismos. Manuel es un pensionado que cuando se le rompió su viejo
refrigerador americano marca General Electric, se acostumbró a tomar
agua del tiempo y a guardar algunos alimentos en el refrigerador de una
vecina.
"Imagínate que gano menos de 10 CUC, cómo iba a comprar una máquina para
"el frío" si costaba más de 70. De dónde iba a sacar ese dinero, más el
del gas y la mano de obra. Ya me da lo mismo que me lo den. A nadie le
interesa el trabajo que se pasa. Los pobres nada más podemos aspirar a
ser miserables."
Personas que viven en municipios donde ya se ofertaron estos
televisores, aducen que hubo quienes no estaban censados y mostraron
televisores sin funcionar. Aunque entregaron sumas de dinero en CUC para
sobornar, estos pícaros se salieron con la suya. Resolvieron el equipo
nuevo y ayudaron a los ingresos de los trabajadores sociales, los que
tienen que cumplir altas responsabilidades para recibir sueldos en pesos
cubanos.
Esta batalla, con sus recambios de equipos y la posibilidad de adquirir
otros que ayudan a consumir menos electricidad, es una verdadera locura
porque no se ha realizado una labor disciplinada para lograr la equidad
necesaria. En los municipios donde se cocina con gas manufacturado, sus
residentes han recibido uno o dos equipos, mientras que los que cocinan
con el gas de balita han recibido varios de éstos, y en muchos casos, el
módulo completo.
Todavía se observan por las calles a personas tratando de revender estos
equipos en CUC, como Eddy, que viaja a cada rato para los municipios
Plaza o Centro Habana con ollas de las llamadas Reina, que si no son de
él, recibe al menos, un por ciento de dinero cuando las vende, - "que me
viene muy bien"- dice, al mismo tiempo que sonríe a una transeúnte que
le hace una pregunta.
Una señora jubilada que comenzó a trabajar como dependienta de tiendas
en La Habana de la década del 50 alega que: "no había que ser rico para
comprar un equipo. El gobierno debiera analizar la forma de vender los
efectos electrodomésticos a crédito y a precio razonable. Los mecanismos
que crea no ayudan a los más necesitados".
Por otra parte, muchos están disgustados por la mala calidad de algunos
de estos equipos, los cuales están rotos o han tenido que ser reparados
en varias oportunidades. Los apagones no son frecuentes pero continúan y
no son avisados. Todavía hay quienes se quedan atónitos cuando el
cobrador de la electricidad le dice el total a pagar; mientras la
mayoría desconoce para cuando recibirá en su totalidad, el módulo de marras.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15510
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