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Tuesday, February 19, 2008

Impiedad con atletas cubanos

15 de febrero de 2008

Impiedad con atletas cubanos

Oscar Espinosa Chepe

LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Los dos jóvenes boxeadores
cubanos que desertaron durante los Juegos Panamericanos de Río de
Janeiro en julio de 2207, y luego fueron regresados a Cuba, Guillermo
Rigondeaux y Erislandy Lara, siguen sometidos a prohibición para
incorporarse al movimiento deportivo, tronchándoseles sus exitosas
carreras y aspiraciones como seres humanos.

Rigondeaux ha sido campeón mundial en dos ocasiones y tenía más de 100
victorias consecutivas. Erislandy también fue campeón mundial. Ambos
recibieron medallas olímpicas. En cualquier país, deportistas como
ellos constituyen un orgullo nacional y referencias para la juventud.
Los méritos obtenidos los consiguieron con grandes esfuerzos y
privaciones que ahora terminan con un castigo desproporcionado, que
priva al país de dos excelentes atletas.

Ciertamente, ellos cometieron una indisciplina al abandonar su equipo,
pero hay que tener en cuenta las prohibiciones existentes en Cuba para
practicar un deporte en el extranjero. Por ello es lógico que jóvenes
talentosos quieran medir sus capacidades en otros niveles más exigentes,
así como elevar el nivel de vida de ellos y sus familias a través de
sus esfuerzos, después de haber dado tantas glorias a la patria.

Hoy, que son tan inciertas las posibilidades cubanas de medallas en las
Olimpiadas de Beijing, sería lógico que se levantara de inmediato el
castigo a estos dos fabulosos boxeadores, ya sancionados en demasía,
para que puedan participar en un evento de tal magnitud e importancia.

Si se quiere que no se repitan estos escándalos internacionales de
atletas cubanos abandonando las delegaciones, debe dárseles la libertad
para que de forma legal puedan practicar sus disciplinas en el
extranjero y regresar al país cuando lo deseen.

Asimismo, es un absurdo que a muchos deportistas cubanos actualmente
residentes en el exterior se les niegue defender nuestra bandera en
eventos internacionales, como hacen la inmensa mayoría para sus países.

Si se levantaran estas ridículas prohibiciones, dictadas por motivos
políticos, muchos de los equipos deportivos enviados a competir se
fortalecerían sustancialmente, en especial los de béisbol, voleibol y
otros, pues tenemos excelentes compatriotas jugando en el extranjero.
Además, deberían rectificarse las medidas que imposibilitan a los
deportistas cubanos regresar a nuestra patria temporalmente o
restablecerse en ella. Esto es inhumano desde el punto de vista de la
familia y los amigos, pero también daña al país al privarlo de que
personas bien preparadas traigan sus experiencias, sin subestimar que
también puedan aportar los ahorros ganados con sus esfuerzos e
invertirlos en el desarrollo nacional, con las debidas garantías.

En esta etapa, cuando se habla de cambios en la economía, el deporte no
se puede quedar a un lado de las transformaciones. En el contexto de la
decadencia generalizada que sufre Cuba, esta actividad también ha sido
seriamente afectada. La propia prensa cubana ha mostrado el estado
ruinoso de muchas instalaciones deportivas y destacados atletas
nacionales, incluidos relevantes jugadores de béisbol, han señalado la
gran falta de recursos que afrontan.

Es tiempo de revisar esta preocupante situación y suprimir las
prohibiciones que tanto daño están haciendo a este importante aspecto de
la vida nacional, donde indudablemente se han obtenido avances y
triunfos que llenan de legítimo orgullo al pueblo. El deporte es vital
para tener una juventud sana, física y mentalmente. La intransigencia y
el fundamentalismo político deben dejar de ser obstáculos para el
progreso de esta actividad.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/feb08/15a9.html

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