Yosvani Anzardo Hernández
2 de mayo de 2007
Holguín, Cuba – bitacoracubana - La doble moral es un deporte masificado
en Cuba. Cuenta con practicantes dignos de medallas olímpicas. Y no
podría ser de otra manera, pues excelentes maestros nunca han faltado.
Pero algo interesante y hasta valiente está ocurriendo. La doble moral
de los dirigentes, perdón, maestros, es sólo ante los medios de difusión
masiva, porque cada vez, de forma más abierta (entiéndase descarada),
las personas muestran quienes son y a que se deben.
Como mi intención no es hacer una relatoría de la corrupción política y
administrativa del país, no mencionaré nombre. Aunque sí cargos, y sólo
con muestras leves. Nada punible. Para así evitar acciones punitivas
contra los míos. Aunque les puedo ofrecer mi dirección por si les
interesan cosas serias de verdad.
El señor Yamé Mulet Gregorio Sansa, es de origen humilde. Y no podría
ser otro su origen siendo natural de San Germán. Siempre les aconsejó a
sus amigos nunca ser el uno, porque las cosas de repente, se pueden
volver inestable. Pero sí ser imprescindibles, y mantenerse cerca de la
mesa.
De esa forma llegó a ser el vicepresidente de la Federación Estudiantil
Universitaria (FEU) del buró nacional. Para ello contó con el apoyo del
rector de la Universidad de La Habana. En aquel momento era su suegro.
Por cierto, la hija de dicho rector estudió medicina en Inglaterra. Y no
hay que presumir sobre segundas intenciones, pues el hombre hoy es el
ministro de Educación Superior, ¡y si no le gusta el ministerio para su
hija, buenas razones tendrá!. Y al fin y al cabo el que puede, puede ¿no?
Pero continuemos con nuestro muchacho. Cuando el presidente FEU, pasó a
ser presidente personal del presidente nación, Gregorio prefirió
mantenerse en su lugar y no ocupar la plaza vacante. Recuerden que eso
de las elecciones es un eufemismo. Luego también pasaría al grupo de
apoyo y con el "pasa-pasa", pasó a toda su familia de San Germán para La
Habana.
Asegura que nunca le aconsejó a su comandante destruir la industria
azucarera. Y que nunca ha hecho daño a nadie. No sé. Tal vez sea cierto.
Ah, un chisme, se divorció del antiguo rector, o sea de su hija. Por
incompatibilidad de necesidades. ¡Si la envidia fuera tiña, cuantas
tiñosas no habrían!, diría mi abuela. Porque yo no le garantizo a nadie
que en mi caso no hubiese hecho lo mismo, si de verdad con mis actos, no
existiese la posibilidad de hacer daño.
Y Como esta es la historia de Gregorio, no inmiscuiré en ella al
ministro de Finanzas, ni la ministra de Inversión Extranjera y
Colaboración Económica. Por cierto, famosos por esta zona. Recibo muchas
cartas sobre ellos.
No los tocaré pues tendría que hablar del resto del politburó, sobre
quienes se dice, que padecen del mal de las vacas locas, enfermedad que
jamás padecerá el pueblo y ustedes saben por qué. Y es que el malévolo
virus le da a la gente por sacar a su familia del país. ¡Así que
revisen, que esto es viejo!.
Una vez un dominicano que estuvo en mi casa me comentó que deseaba hacer
algo por su país. Le dije que sólo conocía una forma digna de empezar.
–Date un tiro en la cabeza.
¡No sé si me entendió!, pero nunca más lo he visto. Y yo sólo me refería
a que denunciar la corrupción y la injusticia del país se condenaba a
muerte. Porque la mafia no perdona.
Por eso entiendo que Chibás se disparara en el estómago, pues ya lo
había hecho en la cabeza cuando comenzó su campaña "vergüenza contra
dinero".
Agencia de prensa Jóvenes sin Censura
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4651
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