Reclutas acusados de secuestro esperan juicio
Por Patricia Grogg
LA HABANA, 8 may (IPS) - Dos reclutas que intentaron secuestrar un avión
en Cuba para viajar a Estados Unidos se encuentran heridos y en espera
de ser juzgados, dijo este martes el líder cubano Fidel Castro, quien
acusó a Estados Unidos de estimular la emigración ilegal.
"Hace falta una gran dosis de serenidad y sangre fría para enfrentar
tales problemas", afirmó Castro, de 80 años, en un artículo publicado en
la portada del diario oficial Granma, el quinto que escribe en el último
bimestre. De acuerdo con las primeras informaciones oficiales, conocidas
la semana pasada, tres soldados del Servicio Militar Activo huyeron
armados de una unidad castrense el 29 de abril, luego de dar muerte al
también recluta Yoendris Gutiérrez y de herir a otro "combatiente" cuyo
nombre no se divulgó.
De los tres fugados, uno fue arrestado y "reveló que el propósito era
abandonar el país de forma ilegal". Los otros dos secuestraron un
ómnibus de transporte urbano con varios pasajeros e irrumpieron en la
terminal de vuelos nacionales del aeropuerto internacional de La Habana.
En la terminal aérea, "los asesinos dieron muerte con cuatro disparos a
uno de los rehenes, el teniente coronel de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR),Víctor Ibo Acuña Velásquez, quien opuso
resistencia pese a estar desarmado", señaló un comunicado del Ministerio
del Interior del jueves 3.
La policía había hecho circular unos días antes las fotografías de los
tres reclutas fugados, a quienes identificó como Yoan Torres Martínez,
de 21 años, Alain Forbus Lameru, de 19 años, y Leandro Cerezo Sirut,
también de 19 años.
Consultados por IPS, sectores opositores que citaron fuentes familiares
señalaron a Forbus Lameru como el primero de los encarcelados, lo que
indicaría que Cerezo Sirut y Torres Martínez son los acusados de los
sucesos del aeropuerto. La nota del Ministerio del Interior se abstuvo
de precisar nombres.
En este aspecto, el artículo de Castro se extendió en detalles nuevos
del caso, que vinculó además con la excarcelación otorgada en abril por
la justicia de Estados Unidos al anticastrista autor de acciones
terroristas Luis Posada Carriles, de origen cubano y nacionalizado
venezolano.
"Los autores no han sido juzgados todavía, porque en el transcurso de
los hechos ambos resultaron heridos, uno de ellos por los disparos que
hizo el otro dentro del avión", indicó el mandatario cubano. La
precisión permite prever que los soldados desertores tendrían un juicio
diferente al llevado a cabo en 2003 contra los fallidos secuestradores
de una embarcación, que concluyó con la aplicación de la pena de muerte
a tres de los involucrados.
Observadores hicieron notar que Castro se refirió a los soldados como a
"dos personas jóvenes" que cometieron los delitos "aspirando a disfrutar
del consumismo en Estados Unidos". El reporte oficial inicial del
Ministerio del Interior los llamaba "delincuentes" y "asesinos".
"Ahora muchas personas en el exterior esperan la reacción de los
Tribunales y el Consejo de Estado ante un pueblo profundamente indignado
con los acontecimientos", comentó Castro, en previsión de una reacción
internacional similar a la que despertó aquel caso.
En su opinión, "la impunidad y los beneficios materiales con que se
premia desde hace casi medio siglo toda acción violenta contra Cuba,
estimula tales hechos. Hacía muchos meses no ocurría nada parecido".
El gobernante permanece alejado de la actividad pública desde fines de
julio de 2006, cuando fue sometido a una compleja operación abdominal,
pero desde comienzos de 2007 ha dado muestras de progresiva recuperación.
En abril de 2003, 11 personas armadas retuvieron una lancha repleta de
pasajeros con intenciones de desviarla hacia Estados Unidos.
Las autoridades arrestaron al grupo y lo sometieron a "juicio
sumarísimo", previsto en los artículos 479 y 480 de la Ley de
Procedimiento Penal. Tres de ellos, señalados como los "principales, más
activos y brutales jefes de los secuestradores" fueron sentenciados a la
pena capital, ejecutada el 11 de abril de aquel año.
El incidente formó parte de una ola de secuestros de medios de
transporte para ser desviados hacia Estados Unidos, en lo que el
gobierno cubano denunció como "plan siniestro de provocaciones" tramado
en ese país.
En esa ocasión, Castro argumentó que hubo que aplicar "sin vacilación
alguna" las sentencias para cortar de manera radical una situación que
ponía en juego la seguridad del país.
El castigo despertó una reacción adversa inclusive de personalidades
afines a la Revolución Cubana. "Llegará el día en que podamos acceder a
los deseos de todos aquellos amigos (….) que nos aconsejan abolir esta
pena", dijo Castro en una entrevista concedida el pasado año al
periodista y editor español Ignacio Ramonet. Según el artículo 29 del
Código Penal, la pena capital es de carácter excepcional y no puede
imponerse a los menores de 20 años de edad ni a las mujeres que
cometieron el delito estando embarazadas o que lo estén al momento de
dictarse la sentencia. No se practica en este país desde 2003.
Elizardo Sánchez, de la opositora Comisión de Derechos Humanos y
Reconciliación Nacional, sin reconocimiento legal en este país, dijo a
IPS que "técnicamente" los reclutas están expuestos a la sanción máxima.
Sánchez señaló la acusación de dos asesinatos, formulada en el
comunicado oficial, y la posibilidad de que se les aplique la ley contra
el terrorismo, por intentar secuestrar una aeronave.(FIN/2007)
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