Pages

Saturday, May 12, 2007

Las guaguas por dentro

SOCIEDAD
Las guaguas por dentro

Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba - Mayo (www.cubanet.org) - Para las almas bien pecadoras
-que en esta isla parecen abundar-, un recorrido en guagua, al tope de
capacidad y a pleno verano, representa un anticipo de lo que pudieran
encontrarse en el infierno.

La agonía comienza desde el instante mismo en que se logra poner el
primer pie en el estribo o escalerilla de entrada luego de un intenso
forcejeo donde la voluntad del más fuerte se impone. Aquí se inicia un
intercambio de pisoteos, pisotones, codazos y cabezazos; todo ello con
abundancia de palabras feas y a veces obscenas.

Frases que por la actitud del que grita, más que por el significado, son
una mezcla de imperativos, ruegos y amenazas de los que pugnan por subir
hacia los que ya están dentro. "Un pasito más". "Denle pal medio que
está vacío". "Apriétense, coño, que yo también tengo que subir". A veces
interviene el conductor: "Caballeros, pónganse de acuerdo pa´que todo el
mundo suba, porque con la puerta abierta no se puede andar". Dicen
algunos que los peores momentos son a la entrada y a la salida. Yo
pienso que todo el trayecto es igualmente tormentoso.

La intención del pasajero prudente es lograr un "huequito", un minúsculo
espacio, lo más cerca de la puerta de salida, del cual pueda
posesionarse. Allí, encogido y engurruñado tiene ocasión de molestar y
ser molestado en menor cuantía. Lamentablemente algunos van contra el
sentido común y dan vueltas movidos por empujones cual trompo cuando le
sueltan la pita.

En la guagua se ve de todo porque hay de todo: doctores en Ciencias e
iletrados; carteristas y Testigos de Jehová; payasos y sepultureros.
Todos despojados de inhibiciones y algo bestializados por el diabólico
influjo del ambiente "guagüeril".

Las reacciones y conductas son muy diversas. Tan disímiles como la
personalidad misma. Pero algunas están estereotipadas.

Están los que caminan de frente dificultando el movimiento. Generalmente
son fuertes y de complexión atlética. El opuesto también; el que camina
de "lao", pero de muy lento avance.

Está el egoísta con complejo de "tarrudo" que se parapeta detrás de su
pareja para que nadie le dé jamón; o sea, para que nadie la roce con
morbosas intenciones. Mucho menos por el fondillo, que es el lugar más
admirado, y por tanto, sagrado, del cuerpo femenino para buena cantidad
de compatriotas.

Los más frecuentes, conflictivos y hasta peligrosos son aquellos que,
olvidando estar en una guagua socialista, no aceptan roces, golpes ni
empujones. Algunos tienen complejos homosexuales y creen ver en cada
roce intentos de "bugarronería". Otros se acreditan prejuicios de
víctimas y consideran el roce como intentos de "ponerles el pie".

Estos últimos personajes son bastante detestables en cuanto fuentes
propiciadoras de conflictos y reyertas, donde a veces se emplea la
violencia con resultados sangrientos; pueden convertir en víctimas a
niños y ancianos inocentes.

Si la guagua posee ventanas las angustias bajan de tono; mas, cuando
carece de ellas y toda la ventilación se reduce a una ventana en el
techo, el tormento se multiplica. Si se abre, los rayos solares del
mediodía penetran con toda intensidad. Si se cierra, la acumulación del
calor se hace insoportable.

Al fin usted llega al término del viaje; logra poner un pie en la acera
luego de sortear vicisitudes y peligros en la puerta de salida similares
a los de la entrada. Se siente dichoso, relativamente, porque aún
golpeado, magullado, herido o con un hueso roto, la evasión del infierno
siempre es algo digno de festejar.

http://www.cubanet.org/CNews/y07/may07/11a7.htm

No comments: