Oscar Espinosa Chepe
15 de mayo de 2007
La Habana – bitacoracubana - Con la elección de Nicolas Sarkozy a la
presidencia de la República Francesa concluye un proceso electoral digno
de análisis. Más que unas bien ganadas elecciones por el candidato
conservador, ha sido un triunfo de la democracia, la responsabilidad y
el civismo del pueblo francés. La participación de alrededor del 85% de
los votantes en ambas vueltas electorales constituye una demostración
del interés de la ciudadanía de actuar en el destino de su país.
Al mismo tiempo, el hecho de que el Sr. Sarkozy sea hijo de emigrante y
que su principal rival sea una mujer, la Sra. Ségolène Royal,
constituyen signos de la mentalidad abierta del pueblo francés, que
nuevamente marca pautas internacionales en el respeto a la diversidad,
la búsqueda del mérito y la capacidad.
En Francia resulta evidente el surgimiento de una nueva hornada de
jóvenes políticos altamente competentes, con ideas claras sobre el
futuro de la nación gala, en lo que también hay que incluir al centrista
François Bayrou; todos con criterios interesantes, lógicamente en muchos
sentidos opuestos, pero con un denominador común: reforzar las
tendencias democráticas y la edificación de una sociedad con
oportunidades para todos los ciudadanos, incluidos aquellos procedentes
de otros entornos geográficos y sus descendientes. Es esa una tarea
compleja y llena de dificultades, muchas veces obstaculizada por
incomprensiones y ancestrales diferencias culturales en cuya eliminación
además de los franceses, también tienen que contribuir los emigrantes.
Significativo resultado de estas elecciones ha sido la derrota de los
elementos extremistas, tanto los ultraconservadores como de supuestos
grupos hiperizquierdistas, muchas veces refugios de aventureros,
ególatras y demagogos.
Para la comunidad internacional, estas elecciones han constituido una
buena noticia. Francia históricamente ha sido importante para la
estabilidad mundial. No sólo ha sido fuente constante de grandes
artistas y literatos, sino también de relevantes pensadores, filósofos,
científicos y políticos. Ha sido cuna de la democracia y el respeto de
los derechos humanos. Como dijera el más importante cubano de todas las
épocas, José Martí "… Francia es la patria de los hombres…"
Por ello, los resultados de estas elecciones y el reforzamiento de la
democracia francesa constituyen noticias estimulantes, máxime en un
mundo cada día más complejo inmerso en un proceso globalizador, que si
bien ofrece innumerables posibilidades para el desarrollo a escala
planetaria, también trae retos e indudables peligros.
En estas condiciones, es alentador contar con una Francia próspera y
pujante, con vocación de contribuir a la solución de los problemas
mundiales. Para Cuba, inmersa desde hace muchos años en una crisis
política, económica y social, con creciente violación de los derechos
humanos, y cárceles llenas de luchadores por la democracia injustamente
condenados a muchos años, el proceso electoral francés resulta una buena
nueva.
Francia, con sus ideas de libertad, respeto al ser humano y la promoción
de la justicia social ha sido históricamente una referencia para los
cubanos. No por casualidad ya en el siglo XIX los patriotas luchadores
por la independencia eran acusados de afrancesados por las autoridades
colonialistas españolas. En las obras de los padres fundadores de la
nacionalidad cubana se encuentran muchas referencias a los
enciclopedistas y otros pensadores. Algunos eminentes cubanos vivieron
muchos años allí, y se impregnaron de sus valores y concepciones.
Desde el Caribe saludamos este triunfo de los franceses y les deseamos
muchos éxitos en el continuo desarrollo de su país. Ello constituye un
aliento para proseguir nuestros esfuerzos por alcanzar una Cuba
democrática, reconciliada y con justicia social.
Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente
http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4765
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