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Tuesday, October 31, 2006

Donde vivir?

SOCIEDAD
¿Dónde vivir?

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) - El crecimiento demográfico
global, más acentuado en naciones subdesarrolladas, tiende a crear
hacinamientos poblacionales, dígase, en hogares, favelas, suburbes,
capitales o en ciudades de mayor flujo económico. Cuba no está exenta de
este crecimiento en lo que a población se refiere, aunque sí en la
tendencia a reducir el número de hijos en los matrimonios.

El dilema para crear nuevos espacios donde vivir comienza con la
adolescencia, la búsqueda de pareja, el refugio en el sexo con total
independencia prescindiendo de ataduras matrimoniales. Se puede entender
a la juventud, sus costumbres, hábitos y necesidades, pero, ¿Dónde vivir?

Aún así, la familia cubana suele ser numerosa, y pernoctan varias
generaciones bajo un mismo techo. Techos, en todas sus variantes. Un
contenedor, un ómnibus viejo, una Terminal y hasta un refugio para
tiempo de guerra pueden ser un hogar confortable. Que más da dónde o
cómo vivir en esta agobiante dictadura que persiste en el poder. Todo se
resume en tratar de subsistir en cualquier morada, todas propiedad del
feudo comunista.

Otros son los inquilinos que permanecen albergados por más de quince
años en favelas improvisadas por el estado. Eventos inesperados como
ciclones, derrumbes o incendios marcaron el inicio de su hacinamiento en
estas dependencias. Escuelas, centros laborales en desuso o albergues
construidos con materiales de bajo costo, son acondicionadas para este fin.

Casos sociales como las hermanas Caridad Rodríguez García y Regla
Rodríguez García, ambas con esposo e hijos, esperan hace más de diez
años en albergues de Mantilla, Arroyo Naranjo, con pésimas condiciones
sin aspiraciones a una vivienda.

Cientos de viviendas se desocupan cada año, igual número de familias
cubanas emigran hacia diversas partes del mundo. Es imposible que los
desterrados conserven sus hogares, ni siquiera pensar en un posible
regreso. Las casas confiscadas quedan a merced del gobierno, quien
dispone sobre sus futuros habitantes.

Estos domicilios suelen habitarlos dirigentes, funcionarios del
gobierno, militares de alto rango o informantes idóneos para la zona.
Generalmente, estos nuevos inquilinos hacen solicitud de viviendas
alegando como pretexto "la separación matrimonial" para luego anidar
nuevos amoríos.

A manera de ejemplo, tres domicilios en el reparto Parcelación Moderna,
pertenecientes al municipio capitalino de Arroyo Naranjo, fueron
clausuradas por la dirección municipal de vivienda. Dos de estas
viviendas fueron asignadas a oficiales de las FAR. Una de ellas fue
ocupada ilegalmente por Miriam Pérez del Valle, incapacitada y con dos
hijos. Miriam es un caso social que esperó vivienda por más de quince
años. Fue expulsada del domicilio ocupado por activistas de la zona
pertenecientes a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Ahora sigue
esperando por las promesas de la Dirección de Viviendas.

Las Fuerzas Armadas, privilegiadas en todos los sentidos, cuentan con un
plan de construcción de viviendas ajustado a las necesidades de los
oficiales. En los repartos La Portada, Frank País, Reparto Eléctrico,
Loma Blanca, La Coronela y otros distribuidos en todos los municipios
capitalinos, casi la totalidad de los inmuebles son medios básicos de
las Fuerzas Armadas.

¿Por qué privar a quien más necesita de vivienda? El programa de las
cien mil viviendas y la distribución de materiales, anunciado por el
estado para el año en curso, es visto como otro de los engaños del
régimen. Los delegados municipales, secundados por el gobierno, dan
cuenta sobre los atrasos en la distribución de materiales de
construcción y enmascaran el oscuro negocio en los rastros (locales
encargados de vender los materiales asignados a la población), lo que es
igual llamar rastrojos o sobrantes de pésima calidad.

Sólo una pequeña parte de los necesitados ha recibido materiales para la
terminación de sus viviendas. Aunque insuficientes, sirven de algo.
Vender estos materiales es la solución para muchos. El arreglo de la
casa puede esperar. Comer está primero.

Como dijera Edmundo Desnoes en su libro Memorias del Subdesarrollo, "el
cubano se olvida fácilmente del pasado: vive demasiado en el presente".
Disímiles son los casos en espera de vivienda. Otros pretenden mejorar
la que tienen. A todos, sólo nos queda esperar que mejoren las cosas en
la casa grande que llaman Cuba.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/oct06/16a9.htm

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