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Monday, April 09, 2012

Gusanos “revolucionarios”

Gusanos "revolucionarios"

El tema emigración es una asignatura suspensa por los hermanos Castro.
No se olvide que durante mucho tiempo, el régimen odió a los cubanos que
preferían vivir en otros latitudes, alejados de las cansonas campañas
revolucionarias.
abril 09, 2012

Cuando Norberto (nombre supuesto) desertó en un torneo deportivo en
Canadá, las autoridades cubanas, como es habitual, intentaron borrarlo
de la memoria colectiva de una fanaticada que aplaudió delirantemente
sus espectaculares mates al canasto.

Ningún periodista se atrevió a escribir su nombre. Ni narrar sus hazañas
deportivas. Cuando se cuenta la historia del baloncesto nacional, con
toda intención, se mutilan, los momentos de glorias que Norberto dio a
ese deporte.
Mucho tiempo después, con más de 40 años, Norberto arribó a La Habana
cargado de maletas y regalos para familiares y amigos. No es la primera
vez que viene.

En uno de los viajes se hizo santo. Y en las calurosas noches habaneras
se sienta con un grupo de amigos a tomar ron añejo mientras hablan de
deportes, mujeres y, por supuesto, de la situación actual. Aunque
Norberto se opone a la forma de gobernar de Raúl Castro, es cauteloso a
la hora de dar opiniones políticas. "Tú sabes, mi socio, aquí tengo a mi
madre y parte de mi familia", se justifica.

El temor real de Norberto es que el gobierno revise su lista negra y por
haber desertado en una 'misión oficial', le niegue la entrada al país y
no pueda pasear por las calles de la ciudad y compartir con sus amigos
de la infancia.

Como Norberto actúan otros cubanos en el exilio. Odiar todo el tiempo no
es sano. Pero olvidar las ignominias sufridas tampoco es aconsejable. Es
sinónimo de cobardía esa justificación utilizada por algunos cubanos que
anualmente visitan la isla y se declaran 'apolíticos', asegurando que
no les interesa la política.

La patria es de todos. Por tanto, las autoridades no te conceden ningún
favor dándote visa para visitar tu país por un par de semanas. No se
debe solicitar lo que es un derecho natural.

El tema emigración es una asignatura suspensa por los hermanos Castro.
No se olvide que durante mucho tiempo, el régimen odió a los cubanos que
preferían vivir en otros latitudes, alejados de las cansonas campañas
revolucionarias.

Recuérdese Camarioca 1963. O Mariel 1980. Vergonzosos capítulos de la
revolución, cuando para demostrar el apoyo a su ideario, lincharon
verbalmente con gruesas ofensas, andanadas de piedras y huevos y el
calificativo de 'escoria' impuesto por un ofendido Fidel Castro a los
miles de compatriotas que decidieron marcharse.

En las oficinas de inmigración a quienes se iban les ponían las siglas
HP en sus expedientes. Es difícil pensar que esos mismos mandarines que
detestaban a los que abandonaban el barco, ahora hayan hecho un examen
de conciencia y replanteado su discurso enérgico, cargado de rencor
hacia los emigrantes cubanos.

Si hace 34 años Fidel Castro dio paso al concilio y la reunificación
familiar con aquel Diálogo 1978, fue sobre todo por criterios
económicos. Casi dos mil millones de dólares al cash y otros miles en
pacotillas y llamadas telefónicas, no es algo despreciable para una
economía que lleva décadas haciendo aguas por todas partes.

Pero, como toda autocracia, las autoridades se abrogan el derecho de
decidir cuáles cubanos residentes en el exterior pueden entrar a la
isla. A ellos les da igual que se opongan al sistema, mientras lo hagan
de forma callada y anónima.
Se calcula entre 30 mil y 70 mil los cubanos que aparecen en una lista
negra. Son aquéllos que abierta y públicamente critican al régimen desde
las naciones donde viven. Disidentes, intelectuales y periodistas que
con sus textos desnudan las interioridades de un sistema casi científico
a la hora de reprimir y apagar opiniones discrepantes.

El gobierno clasifica a los 'gusanos' (desafectos) en tres categorías.
Los buenos o mansos, que generosamente gastan con los suyos miles de
dólares. Y solamente en casa de sus parientes, en voz baja, critican el
estado de cosas. Ésos no les molestan. A fin de cuentas, en Cuba, una
mayoría silenciosa habla pestes de los Castro.

Luego vienen los más preciados. Los 'gusanos' "revolucionarios"
residentes en Estados Unidos. Muy útiles a la propaganda castrista.
Porque desde el corazón del "imperio" respaldan sus políticas, van a
mítines en apoyo de los cinco espías y hasta desayunan o cenan con
personeros del gobierno durante su estancia en Cuba.

Muchos de estos 'gusanos' de verde olivo participarán en el I Encuentro
Nacional de Cubanos Residentes en Estados Unidos de América, previsto
para celebrarse el próximo 28 de abril en La Habana. Entre ellos puede
haber algún que otro disenso, pero en lo fundamental, están a favor del
fin del embargo, aprueban la actualización del modelo económico y piden
la libertad de los espías presos en Estados Unidos.

El tercer grupo de 'gusanos' está marcado con hierro y fuego por los
voceros oficiales. Son los 'contrarrevolucionarios', rotulados como
'mafia de Miami' o "agentes de la CIA", y entre los cuales se encuentran
administradores de webs sobre temas cubanos y blogueros que por pluma
tienen un látigo. Ésos nunca podrán volver. Y ni siquiera soñar con ser
enterrados en la tierra donde nacieron.
Ya es hora de que la diáspora cubana se oponga a los estancos creados
por el régimen para dividir a la emigración. Es licito que los cubanos
asentados en otras naciones tengan sus criterios, incluso favorables a
los Castro. Pero lo condenable es que se aparte del diálogo a quienes
pacíficamente se les oponen.

Mientras solamente los 'gusanos' "revolucionarios" (respetuosos le
llaman los convocantes a ese Encuentro), puedan discutir determinados
temas -no los más candentes- esas reuniones en La Habana serán una
astracanada. Cuando se quiera hablar seriamente sobre la emigración
cubana, hay que contar con los dos millones de compatriotas que residen
en el exterior. Piensen como piensen.

http://www.martinoticias.com/content/article/10140.html

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