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Thursday, April 19, 2012

Emigración e inmigración

Sociedad

Emigración e inmigración
José Prats Sariol
Miami 18-04-2012 - 10:45 pm.

A juzgar por la lentitud y la casi nula eficacia de las 'aperturas', el
único cambio podría estar en la biología o en un mágico avión que
conduzca a los Castro a Managua, Caracas o Quito.

Un evento convocado por la revista católica Palabra Nueva mueve el
enunciado de este artículo. Porque no solo se trata de lo que sale, sino
también de lo que entra en Cuba. ¿O no?

¿Permitirá el gobierno que entre al país libremente el acceso a
Internet, sin decomisos en el aeropuerto a equipos de última generación,
sin candados electrónicos a sitios de la disidencia pacífica, sin
represiones a los blogueros que denuncian —desde dentro, como Generación
Y— un cobarde golpe con una camilla de la Cruz Roja a un hombre
aguantado por dos fornidos agentes del Ministerio del Interior?

Quizás en el antiguo convento de los Dominicos (19 entre J e I, en El
Vedado), tras el discurso de apertura del cardenal Ortega, ponentes e
invitados admitan —uso el presente histórico— el escandaloso eufemismo
de "emigración", que oculta la tragedia del exilio. Quizás alguno
declare lo obvio: una nueva ley ya más que anunciada, hasta refrita en
la grasa turbia de una palabrería malamente demodé…

Sospecho que algún conferencista argumente acerca de que cada cubano
tiene los mismos derechos que cualquier cubano, que la cultura cubana es
una sola, que La Isla Entera es "de todos y para el bien de todos"…; con
lo que de pronto quedará en la historia como el cuento del gallego que
se arrastra en un almacén para buscar los precios más bajos.

Y así… La transparencia insondable, menos enunciar la crisis de
credibilidad que tiene al gobierno en bancarrota. Porque volvamos al
prefijo caliente: ¿A quién se le puede ocurrir inmigrar ahora, volver a
vivir, en la Cuba del castrismo tardío, donde la intransigencia real,
cotidiana, no la oculta ni la visita pastoral del Papa, ni los cambios
cosméticos para mantenerse en el Poder hasta que la muerte los separe?

No dudo de la buena fe de los ponentes, incluyendo a los académicos
cubanoamericanos que para viajar a la Conferencia han tenido que sufrir
la humillación de solicitar un permiso de entrada. Y vaya usted a saber
qué otra exigencia —implícita o ligeramente insinuada— de moderación,
mesura, respetuosidad…

No dudo de que los análisis de algunos autores puedan ser útiles si las
circunstancias cambian… Pero dudo de que todos se den cuenta del llamado
"autoengaño consciente", siempre con su fuerte dosis de "pensamiento
desiderativo" o "bovarismo". Dudo de que cada uno de ellos —desde mi
respeto a la opinión diferente—, interiorice la posibilidad de que son
manipulados, usados como vitrina de una permisibilidad que desmienten
los datos sobre las represiones y encarcelamientos sin juicio a la
oposición pacífica, en el primer trimestre del 2012, mucho más altos que
en años anteriores.

El problema es con el prefijo que revolotea como un aura tiñosa sobre
las cabezas de los temblorosos guerrilleros aferrados al Poder. Les da
miedo, y de ahí la tardanza en abrir cualquier fisura, en aprobar leyes
que desmonten el entramado leninista-caudillista. Da risa leer las
últimas Reflexiones (sic) de Castro alrededor —pataleando— de la cumbre
de Cartagena. Ni una sola vez alude a sus cambios. El enemigo es el
único que debe cambiar.

¿Entonces? ¿De qué emigración e inmigración se puede hablar cuando la
obstinación —la terquedad usual en los vejestorios— sigue viéndola la
cúpula del Poder castrista como su única arma, ayudada por la amoralidad
pragmática de muchos gobiernos latinoamericanos, incluyendo en sitio
privilegiado a los caciques del patrioterismo prediluviano?

¿Acaso el embargo no es tan obsoleto como los Castro y su conducción de
Cuba al desastre, sobre la evidencia de que el setenta por ciento de los
cubanos nació después de que ambos se instaurarán?

Con un gobierno dentro de la Alianza para Gobiernos Abiertos —como
Brasil y 54 países más— el tema cubano de la apertura a emigrantes e
inmigrantes —personas e ideas, mercancías y noticias— será cosa del
pasado, a no olvidar para que nunca se repita.

La Conferencia sobre Emigración —con los dos prefijos— quizás sea, sin
embargo, un grano de arena a favor del sueño que no deseamos se
convierta en pesadilla. Pero el único cambio —a juzgar por la lentitud y
la casi nula eficacia de las "aperturas"— parece estar en la biología o
en un mágico avión que conduzca a los Castro y su gente "de arriba" a
Managua o Caracas o Quito. Tal vez a Marbella, donde murió Batista.

http://www.diariodecuba.com/opinion/10713-emigracion-e-inmigracion

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