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Friday, September 16, 2016

Las mutaciones del Castrismo

Las mutaciones del Castrismo
[16-09-2016 01:51:52]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- La forma como se desenrollan las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el único país que cuestionaba
el totalitarismo insular, permite percibir la posibilidad de que en la
isla se produzcan cambios en el gobierno sin que participe el pueblo.
El control que ha ejercido la nomenclatura sobre los poderes del estado
es el resultado de la conjunción de muchos factores, entre ellos la
habilidad de satisfacer los intereses y ambiciones de sus testaferros,
mientras, dispensa a la población en general, garrote y zanahoria,
privilegiando el garrote por supuesto.

La sobrevivencia de la dictadura por 57 años, a pesar de la quiebra de
la ideología marxista, su puntal teórico, confirman la tesis de que
Fidel y Raúl Castro se asociaron con la doctrina comunista por
conveniencia y no por convicción. La práctica soviética y el marxismo,
fueron una especie de primera frontera para la oligarquía
revolucionaria, una línea de contención y arropamiento teórico que
tendía a justificar las disensiones y la represión con las promesas de
un mundo mejor.

El fin del imperio soviético logró alterar la forma haciendo
prácticamente imposible la ya precaria aplicación de la teoría marxista.
Sin embargo, la esencia del régimen cubano no fue afectada, porque su
naturaleza verdadera no reconoce valores inmutables, salvo en la
dimensión en que puedan ser afectados los que detentan el poder.

En el presente se aprecia con mayor exactitud que el régimen cubano
posee y mantiene una estructura de poder mafiosa, condición que no le ha
obstaculizado colaborar con gobiernos extranjeros y otros factores
económicos y políticos que las más de las veces le han favorecido en las
relaciones.

Si hacemos una retrospectiva del régimen se puede apreciar desde sus
inicios una capacidad cambios y renovaciones que no afecta la esencia
del gobierno. Los cambios qué solo se producen cuando son
imprescindibles, tienden a afirmar en el poder a la plutocracia
gobernante, mientras, la nueva fase, conserva características esenciales
de etapas anteriores del régimen.

El Castrismo - un nombre a la práctica de conservar el poder- dista
mucho de ser un sistema de ideas singulares con proyecciones propias
sobre el hombre y la sociedad. El castrismo no tiene pretensiones, no
aspira a ser una doctrina porque sus herramientas claves son, la
intimidación, la desconfianza, la represión, el premio al envilecimiento
y el castigo al contestatario.

Es un método de sobrevivencia, de mutación y transformación donde
cualquier acción es válida por desquiciante y desestabilizadora que
parezca, es un patrón que tiende a nutrirse de las fuerzas que le
adversan y de las contradicciones y debilidades que éstas presenten, más
la interpretación de las quebraduras y coyunturas políticas que concurran.

El método exige un conocimiento verdadero de la realidad, un inventario
efectivo de los recursos, y una capacidad de acción que pueda establecer
y conformar, "verdades no verdaderas" que combinan con una voluntad de
acción que no conoce prejuicios.

Sin embargo, a pesar de habilidades, depredaciones y encantamiento, es
evidente que el régimen está en su primera frontera, tal y como sucedió
en 1959, con el agravante de que la magia de aquel año se agotó con el
tiempo y los fracasos.

La dictadura reedita su mimetismo. Se prepara para prostituir y
dignificar según el caso. Su práctica de alquimia política, de magia de
yunque y martillo está lista para una nueva forma en el mismo e
imperturbable espíritu.

Las divinidades menores del Olimpo se renuevan, pero los dioses
superiores siguen en control mientras respiren. La liturgia cambia, pero
el primer apellido en su omnipresencia y sapiencia revolucionaria,
velará porque el reajuste de la selección natural de los tiempos no
afecte esencia, presencia y la conservación del poder y bienes, de
quienes han gobernado un país transformado en cuartel.

Ese es el plan del régimen. Una sobrevivencia que no está garantizada
porque la situación es bien diferente a la de la primera beatificación
ya que el sistema y sus líderes están acabados. El pueblo frustrado y
sin esperanzas de una vida mejor, porque sus posibilidades de acceder a
la soberanía ciudadana continúan siendo negadas.

La esperanza del cambio reside que entre el ciudadano y el poder no sea
posible un nuevo concordato, que las fricciones y choques del presente
no sean amortiguados por parachoques teóricos o platos de lentejas que
ayuden a la mala memoria, pero en caso de que se produjera un "milagro"
y de nuevo la dictadura se auto transformé sin quebrar la continuidad
del liderazgo y su discurso, sería de exclusiva responsabilidad de
quienes dentro y fuera de la isla siguen oxigenando una autocracia que
solo cambia para seguir igual.

Source: Las mutaciones del Castrismo - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/57db34183a682e09e0637c49#.V9vip5h95h0

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