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Friday, October 09, 2015

Exiliados, emigrantes, y delincuentes

Exiliados, emigrantes, y delincuentes
¿Contribuyentes americanos manteniendo parásitos en Cuba?
Eugenio Yáñez, Miami | 08/10/2015 6:40 pm
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A Miami han llegado diferentes grupos de cubanos durante la tiranía
castrista.
Primero fueron los exiliados, buscando refugio por no estar dispuestos a
vivir bajo el comunismo implantado en la Isla. Trabajaron muy duro para
encaminarse y dar un futuro decoroso a sus familias, y obtuvieron muchos
éxitos. Después vinieron los inmigrantes, en busca de una vida mejor que
la que podrían tener en Cuba, intento absolutamente legítimo, pero no
cargado de las connotaciones políticas del exiliado. Buena parte de
ellos se asimila a las reglas del juego del país y son personas decentes
y trabajadoras con familias funcionales que prosperan.
Otra parte, minúscula pero dañina, quiso vivir sin trabajar y burlarse
de esta nación, y se prestó a fraudes, estafas, asaltos,
falsificaciones, tráfico humano, narcotráfico, y cuanto delito exista,
integrando la morralla moral que vegeta en toda sociedad.
Ahora, según denuncia el diario de Broward Sun Sentinel, parece estar
llegando entre los emigrantes más recientes una camada de vulgares
estafadores, parásitos, oportunistas y desvergonzados, que aprovechan la
Ley de Ajuste Cubano para recibir generosos beneficios que esta nación
estableció para los cubanos que abandonaban la Isla sin derecho a
retorno y perdiendo todo lo que tenían, mucho o poco. Se amparan en esa
ley para obtener residencia legal en EEUU, y tan pronto la consiguen
regresan a vivir a Cuba, pero continúan recibiendo en sus cuentas
bancarias americanas ayudas gubernamentales que sus familiares aquí les
hacen llegar a la Isla… cobrándoles comisión por servicios. Y regresan
brevemente a EEUU solamente para mantener el estatus migratorio y la
estafa funcionando.
Un nuevo escándalo, otro más, para alborotar a Miami. Los talibanes de
por acá, y todos los que odian a los cubanos, incluidos algunos cubanos
que son los que más nos odian, claman que en ese fraude se moverían más
de $680 millones anuales. Parecen demasiados millones en un asunto así,
puesto que si en ese cachondeo estuvieran cien mil cubanos, serían
$6.000 por estafador. Y si fueran menos los bandidos, estonces mayores
los per cápita. A pesar del constante relajo en el sur de La Florida,
primer lugar nacional en tantos índices negativos a la vez que en los
últimos lugares en los positivos, no parece fácil que cien mil cubanos
puedan estar inmersos en este desmadre, no porque no existan inmorales
dispuestos a hacerlo, sino porque las cifras no dan para tanto.
Según muchos, la culpa de este problema no la tiene el totí, sino la Ley
de Ajuste Cubano que tantas facilidades brinda a compatriotas que
arriban a Estados Unidos buscando lo que otros obtuvimos antes. Además
de americanos trogloditas y xenófobos, entre los más acérrimos enemigos
de esta ley están nuestros "hermanos" latinoamericanos. Como no pueden
disfrutar de tales privilegios, desean fervorosamente que los cubanos
los pierdan. Yo siempre he pensado que la Ley de Ajuste deberían
quitársela a los cubanos y otorgársela al país latinoamericano que
acepte recibir en su seno y entregar su gobierno a los hermanos Castro y
al Partido Comunista. La nación que lo haga merece ser privilegiada con
la Ley de Ajuste. Mientras tanto, mejor que se quedaran callados.
Otros de los más obstinados enemigos de esa ley son, lamentablemente,
cubanos o cubanoamericanos, incluidos funcionarios electos, cuyos
padres, o ellos mismos, se beneficiaron de ella, pero lo han olvidado.
¿Qué peor cuña que la del mismo palo? El pretexto es eliminar abusos y
descaros de beneficiarios de la ley, que aprovechan la generosidad
americana para estafar a los contribuyentes. Ese objetivo sería
legítimo. Sin embargo, si se les pregunta cifras concretas y evidencias
de esas conductas deleznables, para definir la magnitud del abuso, no
van más allá de frases abstractas e incoherencias. Se aferran al absurdo
comportamiento político de clamar en contra de beneficios que han
logrado ellos mismos y los suyos. ¿Para contentar a quién? ¡No me vayan
a decir que lo quieren hacer para golpear a la dictadura castrista!
La solución que continuamente se propone para el problema que,
evidentemente existe, es vender el sofá. Como el marido que al
sorprender a la esposa infiel con el amante en el sofá de la sala de su
casa, decide vender inmediatamente el sofá para que no se repita esa
situación. O sea, derogar la Ley de Ajuste Cubano. Y todos felices:
talibanes, cubanos que están contra los demás cubanos, analistas de
opereta, charlatanes, "hermanos" latinoamericanos.
A ninguno de los felices con la desgracia de los cubanos le interesa,
por ejemplo, aunque no fuera la solución definitiva, que si se
modificara esa ley de forma tal que los acogidos a ella solamente
pudieran solicitar residencia a los dos años y un día de vivir en
Estados Unidos, en vez de al año y un día como ahora, sería diferente.
Porque esperar dos años y un día para solicitar la residencia, trámite
que demora regularmente varios meses para concluirse, implicaría estar
casi dos años y medio fuera de la Isla, y así los "emigrantes" que
intentan esquilmar a los contribuyentes americanos podrían perder el
derecho a regresar al paraíso castrista o tendrían que realizar
gestiones de prórroga de permisos. La estafa no resultaría tan fácil. Ni
tan barata.
Los cubanos en Estados Unidos hemos disfrutado durante muchísimos años
ventajas que quienes vienen desde otros países no tienen ni tendrán. Es
bochornoso que parte de esos cubanos, sea la cantidad que sea, en vez de
agradecer ese generoso gesto, odien y desprecien este país y pretendan
estafarlo, dañarlo y denigrarlo. O lancen continuamente diatribas y
descalificaciones contra los cubanos de aquí y de allá desde pestilentes
torres de marfil y posturas intelectualoides, por los medios que sea.
Siempre habrá quien muerda la mano que da de comer. Por sevicia genética
o por orden "de las instancias correspondientes". Y resentidos que
pretendan cocinar sus frustraciones con ataques contra nuestros
compatriotas que han sabido y sabrán ser agradecidos, sin dejar de ser
orgullosamente cubanos a la vez que ciudadanos americanos también.
Estafadores, charlatanes, delincuentes y envidiosos no tienen cabida
entre nosotros. Eliminemos definitivamente la descomposición que
pretenden implantar "emigrantes revolucionarios", por cuenta propia o
inducidos desde La Habana, para aprovecharse de las ventajas de esta
gran nación que nos ha prestado la libertad que perdimos en nuestra
patria de nacimiento.
Un país de leyes y un Estado de derecho son mucho más fuertes y sólidos
que todos los conspiradores, estafadores, delincuentes, embusteros,
charlatanes, sietemesinos, envidiosos y oportunistas que en el mundo
existan.
Con independencia de dónde hayan nacido, dónde vivan, y cómo pretendan
presentarse en sociedad.

Source: Exiliados, emigrantes, y delincuentes - Artículos - Opinión -
Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/exiliados-emigrantes-y-delincuentes-323788

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