Entre la ficción y el disparate
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 29 Sep 2015 - 9:47 am.
El "guevarismo" no ha envejecido en los ruinosos anaqueles de la
revolución cubana.
Las teorías del guerrillero argentino que en vida quiso redimir al
Tercer Mundo del sistema capitalista a través del uso de la fuerza sin
mucha suerte, han vuelto a ser enarboladas en La Habana con otra
película del barniz retórico que los funcionarios usan para que camuflar
las abolladuras y las excoriaciones.
No se trata del fomento de la lucha armada ni de complicadas estrategias
políticas como recetas para echar abajo gobiernos ubicados bajo la
sombra de la economía de mercado y la democracia representativa.
El asunto estriba en maximizar los esfuerzos por reimpulsar la
construcción del hombre nuevo en Cuba de la manera que lo concibió el
médico devenido en ícono de la extrema izquierda, después de su
destacada participación en la guerra civil interna que terminó con el
derrocamiento de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959.
En la reciente Conferencia del Sindicato de la Educación, las Ciencias y
el Deporte (SNTECD), el Secretario General de la Central de Trabajadores
de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, alentó a la búsqueda de métodos más
eficaces en la formación integral de la sociedad, donde se incluye el
fortalecimiento de los valores humanos en las escuelas.
Resulta patético, que el dirigente de la única entidad sindical admitida
en la Isla, y valga la redundancia, por el Partido único, haya dejado
entrever, según el reporte publicado en las páginas del diario Granma,
la existencia de un ciudadano acorde con el diseño del Che Guevara.
Ese ser humano, moral y éticamente casi perfecto que saldría de los
talleres del proceso político que se acerca a las seis décadas de
existencia, es una construcción que no ha pasado el listón de las
evocaciones.
La chabacanería, el parasitismo social, la impudicia y la doble moral
han echado raíces en todos los sectores sociales, a pesar del disimulo
de los funcionarios que llegan a las reuniones con el portafolio lleno
de promesas falsas y la disposición de buscarle nuevos adornos a los
sermones para que parezcan originales.
El daño cultural provocado no es posible superarlo sin una
descentralización del poder que ayude al empoderamiento del ciudadano
mediante un marco institucional que estimule y proteja sus derechos
individuales.
La persistencia en los viejos moldes, que glorifican la unanimidad en
torno a la ideología del Gobierno, define una actitud que ha masificado
las deformaciones conductuales y ridiculiza las intenciones de crear el
sujeto social añorado por Guevara.
A pesar de todo, la intervención del dirigente sindical tuvo sus
réplicas en las voces de Olga Lidia Tapia, miembro del Secretariado del
Comité Central del Partido, y de Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación.
El próximo 14 de octubre se conmemora el 48 aniversario de la muerte en
combate del guerrillero argentino-cubano, en una planicie boliviana a
manos del ejército de ese país. Fue la última de su larga lista de
frustraciones.
Ninguno de sus anhelos en el ámbito político, económico y social
perduraron en la práctica.
La fantasía del hombre nuevo en Cuba, ¿desdibuja los límites de una
fértil imaginación o esclarece las perspectivas de un disparate?
Al margen de lo que se piense sobre el asunto, la realidad muestra los
signos de un retroceso no solucionable ni a corto ni mediano plazo.
Así que la palabrería del poder y su entusiasta empleomanía, en relación
a las posibilidades de materializar el concepto guevariano, es más de lo
mismo. Algo para celebrar con una soberana trompetilla.
Source: Entre la ficción y el disparate | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1443460756_17184.html
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