El comportamiento del PIB y la sustitución de importaciones
julio 22, 2015 12:07 pm·
Cuba actualidad, La Habana, (PD) Los crecimientos del Producto Interno 
Bruto (PIB) anunciados por las autoridades cubanas no convencen a los 
ciudadanos de a pie.
Ni siquiera en aquellos controversiales años en que los funcionarios 
castristas se aparecían con cifras de dos dígitos de crecimiento de ese 
indicador, dejó de haber carencias.
Las instancias oficialistas no cejan en el empeño de informar nuevos 
crecimientos en el PIB, y a renglón seguido arman una algarabía. Eso 
sucedió en días pasados tras el anuncio hecho en la más reciente reunión 
del Consejo de Ministros, en el sentido de que el PIB crece algo más de 
un 4% en el primer semestre del actual 2015.
En la edición del lunes 29 de junio del periódico Trabajadores, el 
dosier dedicado a temas económicos incluyó varios trabajos acerca del 
referido crecimiento.
En el mencionado cónclave ministerial trascendió la escasez de ciertos 
productos de amplio consumo en la red de tiendas que ofertan en divisas. 
Ha habido inestabilidad en la presencia de quesos, pollos, embutidos, 
picadillos y salchichas. Tales carencias se justificaron por el 
incumplimiento de las producciones nacionales y las importaciones de 
esos renglones.
A la postre, y a contrapelo de la tan cacareada estrategia de "sustituir 
importaciones", al gobierno no le quedó más remedio que destinar 40 
millones de dólares adicionales para adquirir esos productos en el exterior.
Lo anterior nos convence de que la economía cubana, y sobre todo 
nuestros agobiados consumidores, no pueden contentarse con que aumenten 
las producciones de cualquier rama o sector que redunden en crecimientos 
del PIB, en el hipotético caso de que fuese real. Es necesario que ese 
indicador crezca debido a incrementos en los rubros exportables, bien 
sea en bienes o servicios. Solo así estaríamos en condiciones de 
adquirir en el exterior todo aquello que resulte más caro o ineficiente 
producirlo en el país.
Hasta donde sabemos, el principio de las Ventajas Comparativas enunciado 
por el economista inglés David Ricardo en la primera mitad del siglo XIX 
y que confirma la superioridad del libre comercio sobre las estrategias 
que tienden a la autarquía, conserva plena vigencia a pesar de lo que 
expresen los representantes de la izquierda más furibunda.
La política de sustitución de importaciones solo tendría sentido en 
condiciones excepcionales, como una táctica con que afrontar severas 
restricciones financieras. Pero de ahí a adoptarla como estrategia de 
desarrollo— como todo indica que la conciben Cuba y varios de sus 
aliados del ALBA— ya es otra cosa.
No hay que olvidar que esa estrategia, preconizada por la CEPAL en los 
años 60 y 70 de la pasada centuria, resultó fallida al dotar a las 
naciones latinoamericanas de industrias poco competitivas en el plano 
internacional.
Felizmente, otra es la situación que exhiben hoy los países 
latinoamericanos que han firmado tratados de libre comercio con Estados 
Unidos o la Unión Europea. Sus competitivos productos de exportación han 
penetrado en esos grandes mercados, y sus economías se han abierto a la 
importación de las mercaderías del mundo industrializado, para 
beneplácito de los consumidores al sur del río Bravo.
Resulta evidente que quienes más sufren los efectos de la sustitución de 
importaciones son los consumidores. Los cubanos podemos dar fe de ello.
Hace dos o tres años, en un afán de congraciarse con las máximas 
autoridades, a los burócratas del Ministerio de Economía y Planificación 
se les ocurrió sacar las frazadas de piso del plan de importaciones. 
Cuando se dieron cuenta de que la producción nacional y las existencias 
en inventario eran incapaces de satisfacer la demanda de ese producto, 
ya era tarde. Durante más de un año nuestras turbadas amas de casa 
debieron echar mano a toallas, pulóveres, blusas y otras prendas de 
vestir con tal de preservar la limpieza de los hogares.
En última instancia, aflora hasta el sentido común. Los gobernantes 
cubanos desean exportar pero no importar. Imaginemos que todo el mundo 
pensara igual que ellos: se acabaría el comercio internacional, pues los 
que pretendan vender no encontrarían a nadie que les comprara.
Para Cuba actualidad: orlandofs21@yahoo.com
Source: El comportamiento del PIB y la sustitución de importaciones | 
Primavera Digital - 
http://primaveradigital.net/el-comportamiento-del-pib-y-la-sustitucion-de-importaciones/
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