De Zurda: cuando el mundo está al revés, Maradona lo vira más y lo pone peor
Luis Cino Álvarez
21 de julio de 2014
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Como de Brasil amo no sólo su 
música, sino también su equipo de fútbol, que es mi preferido, para mí 
el Mundial terminó con la derrota de los jugadores cariocas frente a 
Alemania.
Verdad que faltaban Naymar y Thiago, pero ni los propios tanques 
teutones se explican la goleada 7 a 1 que le dieron a los cariocas, que 
quisieron jugar como europeos y les salió desastroso.
Hasta ahí llegué con el Mundial. Me ahorré ver como Holanda también 
vencía a Brasil y le quitaba la posibilidad de quedar en un tercer lugar 
de consuelo. Ya no me interesó más si en primer lugar quedaba Alemania o 
Argentina.
No obstante, seguí cada noche, mientras duró el Mundial, el programa De 
Zurda, que conducen en Telesur Diego Armando Maradona y el comentarista 
deportivo uruguayo Víctor Hugo Morales. Y no es que sea fan de Maradona: 
veía el programa para reírme de las payasadas y disparates de Maradona.
De Zurda, más que un programa sobre fútbol, fue un programa sobre 
Maradona. Puro culto a la personalidad. En el programa, patrocinado por 
PDEVESA, Maradona es conductor y protagonista, entrevistador y 
entrevistado, anfitrión e invitado, comentarista sobre sí mismo, 
narrador y narrado, sujeto y predicado.
El astro argentino de la camiseta número 10 ha resultado tan megalómano 
o más que su idolatrado Fidel Castro. Solo que lo hace muy mal. Lo 
sorprendente es que le queden tantos admiradores luego de oírlo hablar 
tanta mierda que parece que está loco o recayó en la droga; de verlo, 
mientras manosea y besuquea a sus invitados, hacer cejitas (sacadas) y 
boquitas, con el rostro tan grotescamente maquillado como una estrella 
drag queen venida a menos. ¡Y con lo machistas que son la mayoría de sus 
fans latinoamericanos!
"Cuando el mundo está al revés, mejor pegarle de zurda, con un golazo 
que aturda...", cantan en el tema musical del programa Gustavo 
Santaolaya, Julieta Venegas y otros. A su modo, es lo que hace Maradona. 
Sólo que ya no mete golazos ni con la mano.
Ciertamente el mundo está al revés, pero Maradona lo vira más y lo pone 
peor.
En De Zurda, Maradona aturde a fuerza de desatinos y papelazos. Así fue, 
por ejemplo, cuando su invitado al programa, el presidente ecuatoriano 
Rafael Correa le dio un raspe al recordarle que no sabía más de política 
que él; cuando se puso una camiseta que decía "Luisito estoy contigo", 
en solidaridad con el energúmeno de Luis Suárez y luego quiso emular con 
el presidente uruguayo José Mujica en proferir insultos contra los 
directivos de la FIFA; o cuando cantó ante las cámaras, pujón, en plan 
de fallido maraquero tropical, "llegó el Comandante y mandó a parar", 
como si estuviera en una recholata habanera con sus amigotes de Punto 
Cero y el Palacio de la Revolución.
Y qué decir de lo emocionado que se puso Maradona con la carta que le 
envió el Compañero Fidel. Su adoración por el Comandante, cuyo rostro 
lleva tatuado en la pierna izquierda, merece un punto y aparte. Y no es 
para menos: Fidel Castro le salvó la vida.
Maradona, adicto a la cocaína, tenía dinero suficiente para pagar la 
cura de desintoxicación pero carecía de voluntad para dejar las drogas. 
El Comandante lo trajo a La Habana, lo ingresó en un súper-hospital y se 
encargó de su curación con rigor paternal. Mientras, rodeado de 
deferencias, vivió un romance con una cubana casi adolescente.
Maradona, por ser extranjero y famoso, se puso doblemente dichoso con el 
Comandante, que inusualmente comprensivo, no lo metió en la cárcel por 
drogadicto ni lo tildó de desertor y mercenario por rentarse al equipo 
Nápoles siendo argentino.
El 27 de octubre de 2005, Fidel Castro agasajó durante más de 3 horas a 
Maradona, por su cumpleaños 45, en el programa Mesa Redonda. Además le 
regaló una chaqueta verde olivo. Como la suya, pero adecuada a la corta 
talla del Pibe de Oro.
Unos días después, el 30 de octubre de 2005, Maradona se dio el lujo de 
tener a Fidel Castro en vídeo en su programa La Noche del 10. Para aquel 
programa, el Comandante le concedió 5 horas de entrevista exclusiva en 
La Habana, de las cuales Maradona sólo empleó 30 minutos para el 
programa, en dos lunes sucesivos, donde conversaba sobre el Che Guevara 
y los no sé cuantos cientos de magnicidios frustrados que dice que le 
hicieron.
Maradona ha cumplido con el Comandante durante los veintitantos años que 
ha estado en su selecto club de amigos personales. Es agradecido, amigo 
de sus amigos y fiel a la causa. Se merece una estatua. Lo dijo Fidel 
Castro, hace casi nueve años, cuando apareció aquel programa televisivo 
bonaerense, donde para probar que estaba en forma, hizo de 
basquetbolista y encestó una pelota el aro que hizo Maradona con sus 
brazos. Sólo que el comandante no aclaró en aquella oportunidad si la 
estatua del Pibe será con la camiseta con el número 10 del Boca Junior o 
con la chaqueta verde olivo que le regaló, como un soldado de la 
revolución cubana.
luicino2012@gmail.com
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