Hospital en ruinas
Aimée Cabrera
14 de diciembre de 2012
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – La zona que comprende la calle G,
o Avenida de los Presidentes, entre las calles 27 y 29, en el Vedado,
municipio capitalino de Plaza, está rodeada de varios hospitales y
entidades relacionadas con la salud.
A un lado, el costado de una de las partes del hospital Calixto García,
donde comienza la fila de quienes toman el P-11 o el autobús de refuerzo
que los lleva al barrio de Alamar en el municipio Habana del Este; del
otro lado de la calle, las ruinas del hospital infantil Pedro Borrás.
Un farallón caído por algunas partes trata de tapar la obra que hace
décadas se intenta rehacer y en la que se ha gastado cifras enormes de
materiales constructivos que han sido desviados al mercado negro por los
propios obreros, han sido robados para uso personal, o se han echado a
perder por la humedad o la lluvia.
El hospital construido en tiempos de la República honra con su nombre a
un cubano prestigioso que de manera abnegada y altruista puso su vida al
servicio de los demás. Observar esas ruinas echa por tierra el homenaje
eterno que debiera dársele a esta personalidad.
El Pedro Borrás Astorga ha pasado por diversas evaluaciones técnicas
pero hace un lustro que se habla de demolerlo, acción que no se ha
llevado a cabo, la cual pone en peligro vidas humanas, como sucedió
cuando dos trabajadores fallecieron debido a sendos derrumbes parciales.
Otras personas que han violado la cerca perimetral se han dedicado a
usar las ruinas para hacer sus necesidades fisiológicas, tener momentos
de intimidad, canibalear azulejos, vigas, mármoles, ventanas y todo lo
que crean de valor, a expensas de poner en peligro sus vidas. ¿Dónde
están los policías, los agentes de seguridad que deben cuidar a las
entidades y a la población?
Esta zona está rodeada de otros hospitales como el ortopédico, el
oncológico, y el neurológico, así como consultas infantiles, por lo que
es concurrida por enfermos y sus acompañantes que corren un gran peligro
al pasar tan cerca de estas ruinas, de las que nadie se responsabiliza.
"Si lo hubieran derrumbado y hubieran hecho un edificio sin tanto lujo
ya habría un hospital pediátrico de mayor tamaño en el Vedado porque
Marfán es chiquito y ahí hay espacio suficiente para hacer algo bien
hecho", dice una pantrista de uno de los hospitales mencionados con años
de trabajo en esta área, y ser conocedora del antes y el después del Borrás.
¿Tienen que haber más pérdidas de vida humana para que las instituciones
del gobierno del municipio Plaza en coordinación con el Ministerio de
Salud Pública den una solución sería a asunto tan delicado? Habría que
ver si la indolencia alarga la necesaria decisión otro par de décadas más.
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