Abusos en territorio enemigo
Lunes, Agosto 13, 2012 | Por Luis Cino Álvarez
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Nunca la Policía Nacional 
Revolucionaria ha tenido tanto trabajo. Pero cada  vez lo hace peor. 
Será porque se siente rechazada o  porque está tan podrida como el 
sistema. Su disciplina de multas, tonfa y spray  pimienta no logra 
garantizar la tranquilidad ciudadana, sino todo lo contrario. Y no es 
sólo que la delincuencia crezca en proporción directa a las carencias, 
sino que los agentes del orden están forzados a hacer cumplir 
prohibiciones absurdas e impopulares y leyes injustas que son de 
estricto cumplimiento solo para los de abajo.
Prestos a reprimir sin ton ni son y a poner, en vez de orden, todo bien 
malo, está la Policía Nacional Revolucionaria, cuyo accionar, por 
abusivo y arbitrario, parece cada día más desatinado.
Hace años que la PNR se comporta como un ejército de ocupación. Parece 
moverse en territorio enemigo. Paranoica, a la defensiva.  Como si no 
reconocieran las calles, los barrios y sus pobladores.
La policía no es respetada, sino temida. Y lo que es peor: cada vez más 
odiada. Uno se asombra cuando da con un policía correcto y decente, que 
se comporte como una persona. Por suerte todavía quedan. Pero son los 
menos. No debemos asombrarnos. En definitiva, en esta sociedad, los 
canallas ya casi son la norma y la mayoría.
En las calles de La Habana se ve muchos tipos con mala facha, pero 
inspiran menos aprensión que  una pareja de policías cuando viene para 
encima de uno. Nadie sabe como puede terminar el incidente. En el mejor 
de los casos, siempre te sientes impotente  y humillado. Intentar, no 
digamos discutir, razonar con un policía, que se cree la mismísima ley, 
y no un simple agente de ella, puede acarrear que te acusen de agresión, 
atentado, desacato o de lo que se les ocurra acusarte.
Continuamente uno escucha  de los abusos policiales. Sus víctimas son 
los más humildes y desprotegidos: ancianos vendedores callejeros, 
pordioseros, bici-taxistas, carretilleros de viandas, mujeres que 
ocuparon casas deshabitadas porque no tenían donde vivir con sus hijos, 
pobladores de los llega y pon, gente  de las provincias orientales que 
emigra a la capital buscando mejorar su vida, muchachos, preferentemente 
negros, provenientes de familias disfuncionales…Y ni hablar de los 
disidentes. Para todos ellos siempre están listos las tonfas, el spray 
urticante rociado en los ojos, las esposas bien apretadas en las 
muñecas,  los calabozos,  la ley de peligrosidad social pre-delictiva…
Recientemente, la policía detuvo violentamente a un loco en San Miguel 
del Padrón. Cuando su familia fue a buscarlo y se quejaron de los 
maltratos que sufrió el enfermo, el oficial, al descubrir por su acento 
cantarín que los parientes eran orientales, igual que él mismo, amenazó 
con deportarlos inmediatamente para su provincia si no se callaban.
Ya no sorprende de ver a policías por la Habana Vieja o El Vedado, en 
actitud de chulos, como extorsionan a las jineteras, muchas veces 
adolescentes. Y qué decir de los registros en plena calle, o en las 
guaguas y trenes que viajan del interior del país hacia la capital, de 
la comida que decomisan sin orden de decomiso y que va a parar a sus 
casas. Para colmo, se supone que entiendas que "los nagüitos también 
tienen que vivir" y que  saliste bien, que debes agradecerles que no te 
multaran o te llevaran detenido para la unidad.
¿Por qué la policía se presta con tanto entusiasmo a apoyar los 
desalojos  ordenados por los burócratas de la Dirección de Vivienda y el 
Instituto de Planificación Física? ¿Los viejos, los niños, los enfermos, 
que tiran a la calle o en el mejor de los casos, amontonan en los 
almacenes de náufragos que son los albergues y las llamadas comunidades 
de tránsito, no conmueven sus conciencias?  ¿Acaso investigan antes de 
actuar los intereses turbios y la corrupción que hay detrás de muchos de 
estos desalojos? ¿O es que la policía está  al servicio, no del pueblo 
que con su sudor paga sus salarios, supuestamente para que garantice el 
orden, sino de un puñado de privilegiados egoístas y de la burocracia 
corrupta que paga sobornos para que la dejen campear por sus fueros?
Allá quien se consuele con los cuentos de que hay otras policías más 
corruptas y abusivas en otros países. A nosotros, la que nos duele, y 
mucho, es la PNR.
luicino2012@gmail.com
http://www.cubanet.org/articulos/abusos-en-territorio-enemigo/
 
 
No comments:
Post a Comment