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Wednesday, August 29, 2012

Un servicio con raíz martiana

Un servicio con raíz martiana
Miércoles, Agosto 29, 2012 | Por Ernesto Santana Zaldívar

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -En un artículo titulado "Mucho
más que una sonrisa", publicado el 9 de julio por Cubanet, Lucas Garve
hablaba acerca del proyecto Animando Sonrisas que, con el objetivo de
"llevar alegría, disfrute y enseñanzas a los niños de barrios
marginales", se sumerge en los lugares más increíbles y menos conocidos
por la mayoría de la población, como "las llamadas «comunidades de
tránsito» —eufemismo que utiliza el gobierno para llamar a los albergues
colectivos a donde van a parar las personas que pierden sus casas debido
a derrumbes, fuegos o desastres naturales", escribe Lucas Garve, y
prosigue: "En estas comunidades marginales reinan la violencia
intrafamiliar y otras costumbres perjudiciales para la educación cívica
y la cultura urbana".

Por supuesto, no hay intenciones políticas en estas labores, porque lo
que se procura es ante todo la formación de valores cívicos. Un trabajo
de inspiración martiana por el simple hecho de sembrar conocimiento y
sociabilidad para cosechar seres humanos, pese a los inmensos obstáculos
que un servicio tan encomiable tiene que superar, aunque se valga
únicamente de historias, cuentos, adivinanzas, disfraces, baile,
actividades de dibujo, lecturas e intercambio de preguntas y respuestas.

Omayda Padrón, a pesar de que se formó en el mundo de la gastronomía,
terminó, por clara vocación ciudadana, en un mundo muy diferente. Y muy
difícil además: el mundo de la información diseminada sin censura y del
trabajo cultural independiente en las comunidades más pobres: dos teclas
que el gobierno odia que alguien toque, mucho menos como proyecto, como
plan, como campo de acción perseverante contra viento y marea. Pero
Omayda es ante todo muy apasionada con su trabajo, lo mismo en la
coordinación de la Red de Bibliotecas Cívicas Reinaldo Bragado Bretaña,
creada en un 7 de junio de 2009 durante una reunión entre directores de
quince Bibliotecas Independientes del país (los organizadores tomaron
como punto de partida la idea de crear una estructura que permitiera
elevar la profesionalidad de las instituciones culturales independientes
con el importante fin de lograr un impacto social eficiente y
responsable), como en el arduo trabajo comunitario.

Aunque ella, Juan Antonio Madrazo y otros colaboradores de estos
proyectos han sido detenidos y amenazados en numerosas ocasiones, su
labor no se detiene. No hay intento de intimidación que los haya
desviado de sus propósitos, aunque tengan que actuar generalmente como
una especie de guerrilla urbana armada solamente con libros, lápices y
alguna utilería para actuar ante niños. Una guerrilla tan peligrosa para
las autoridades que necesita ser perseguida y acosada por fuerzas muy
superiores, que cuentan, además, con enormes recursos de fuerza,
vigilancia y control.

Pero, en fin, como dice en un poema Reinaldo Bragado, cuyo espíritu
nutre a estos activistas a cada paso, En estos días el mejor lugar para
un hombre justo / es el banquillo de los acusados.

Cubanet conversó con Omayda Padrón recientemente y aquí están sus palabras.

Cubanet – ¿Cómo se relaciona el proyecto de la Red de Bibliotecas
Cívicas Reinaldo Bragado con el del trabajo comunitario que realizan
ustedes?

Omayda Padrón – La Red de Bibliotecas Cívicas es una plataforma de
comunicación que promueve la lectura sin censura y la restauración de la
cultura del debate a partir de la gestión del conocimiento. Hemos
concebido un espacio diseñado para el dialogo democrático, la cultura
cívica y la construcción de nuevos circuitos de intercambio. El trabajo,
que se coordina para romper la censura oficial, consiste en distribuir
varias publicaciones de interés para la población, como libros de
diversas temáticas, tanto en soporte gráfico como digital, materiales
audiovisuales, publicaciones como las revistas Encuentro de la Cultura
Cubana, Misceláneas de Cuba, Polonia de Hoy, y otras, como El Disidente
de Puerto Rico, que tuvieron una gran acogida. En esto ha sido
fundamental el servicio de mensajería al interior de las comunidades.
Sin la voluntad y el altruismo de quienes desinteresadamente han
realizado y realizan esa labor de mensajería, sería completamente
imposible nuestro servicio.

En cuanto al trabajo comunitario, el proyecto Animando Sonrisas es en
verdad la columna vertebral de toda nuestra organización. Como
servidores públicos, esta es una de las gestiones más importantes de
nuestra plataforma de comunicación. La hemos definido como una
iniciativa cívica dedicada a la población infantil. La propuesta en
desarrollo comenzó desde inicios del año 2010 en varias comunidades
periféricas de la Habana. Comunidades en situaciones muy extremas,
marcadas por la violencia intrafamiliar, donde los niños son siempre los
más afectados. Comenzamos nuestro trabajo de terreno en la «comunidad de
tránsito» La Esperanza, en los repartos Capdevila y El Globo en el
municipio de Boyeros, en Henequén en el Mariel, incluso en ciudadelas en
El Vedado y el municipio Playa. Después marcamos otros territorios, como
los asentamientos Indaya en la Lisa, El Palmar en Marianao, y ya
Animando Sonrisas se va desarrollando en algunas cabeceras de provincia
donde nuestras bibliotecas están presentes y activas.

Al margen de este trabajo comunitario y cultural tenemos vínculos con
muchas instituciones de la sociedad civil; divulgamos proyectos que
estimulan la cultura de diálogo, la tolerancia y otros valores
necesarios en la vida en democracia; contribuimos en la recogida de
firmas y en encuestas para diversos proyectos. Con iniciativa propia y
sin contar con patrocinador alguno, hemos desarrollado en el interior de
nuestras comunidades talleres sobre la sociedad civil, sobre los
derechos humanos, sobre la narrativa. Estamos seguros de que estos son
medios para enriquecer la conciencia ciudadana, que indudablemente es
una necesidad de primer orden para el futuro inmediato de nuestra sociedad.

CN – ¿Cuál ha sido la reacción de las personas en las comunidades, por
una parte, y de las autoridades, por otra, cuando ustedes han ido a
realizar esa labor?

OP – Este proyecto ha tenido gran aceptación entre los niños y padres de
las comunidades, ya que lo que hacemos es rescatar los juegos infantiles
que permitan al niño desarrollar habilidades imprescindibles en su
desarrollo personal, aparte de promocionar concursos temáticos que
contribuyan a la calidad de vida emocional de los niños. El impacto que
esperamos lograr es que entre la comunidad y nuestra institución exista
una comunicación horizontal, un clima de confianza en el cual los
problemas de ellos también sean como problemas nuestros y, a partir de
ahí, que podamos compartir intereses comunes.

CN – ¿Cómo ha sido y a qué crees que se debe el proceder de la policía
política para impedir las actividades que se realizan en el marco de tu
proyecto?

OP – No podemos pasar por alto que las autoridades no ven con buenos
ojos nuestra labor. Lo que hemos desarrollado durante todo este tiempo
ha estado constantemente bajo la lupa del Departamento de Seguridad del
Estado y también, por supuesto, hemos sido objeto de las campañas de
satanización. Los sofisticados operativos policiales alrededor de
nuestra sede son un instrumento de presión y hostigamiento perennes, no
tanto para quienes tenemos definida una posición política y cívica como
para la población que atestigua esa represión, particularmente nuestros
vecinos más cercanos.

CN – ¿Qué planes tienen para ampliar el alcance del trabajo en las
comunidades?

OP – Iniciativas y propuestas a la mano no nos faltan, pero la ausencia
de un patrocinador o un representante, y la ausencia de insumos, son
grandes barreras que limitan el desarrollo de cada una de las acciones
que nos hemos propuesto. Esta situación hostil no nos fatiga, pero sí
tenemos la voluntad y queremos hacer más de lo que podemos. Nuestras
bibliotecas continúan prestando servicio con los mismos libros y
audiovisuales de hace cuatro años. Nosotros estamos abiertos a la
cooperación con otras entidades a nivel global en nuestro campo de
comunicación cultural. Si aparece algún donante o colaborador, claro que
estamos dispuestos a conversar abiertamente, aunque siempre queremos que
se respete nuestra autonomía, como es natural.

CN – ¿Qué importancia le atribuyes a la información en el trabajo en la
Bibliotecas Cívicas y en las comunidades?

OP – En la sociedad civil cubana actual la gente está sedienta de
muchísima información y de nuevas miradas desde el campo político y
cultural. Somos una sociedad conformada por nichos en la cual la gestión
del conocimiento y de la movilización de información tiene que jugar un
papel fundamental con vistas al cambio hacia una Cuba verdaderamente
democrática. En realidad ha sido muy difícil mantener nuestra labor de
servidores público, pues cada día la gente quiere estar más al día de lo
que pasa no solo en este país, sino en todo el mundo.

CN – ¿Cómo ha sido la actitud de tus vecinos en particular a partir de
tu activismo y de la reacción de las autoridades?

OP - La actitud de mis vecinos ha sido extremadamente positiva. Fíjate,
algunos incluso han sido víctimas de hostigamiento y registros por parte
de la policía. Han tratado de influir sobre ellos de muchas maneras,
pero no lo han logrado. Pienso que el respeto y el ejemplo cívico han
sido la base fundamental de esta saludable relación que llevo con mis
vecinos.

CN – ¿De qué manera describirías la situación del país en este preciso
momento?

OP - La situación que vive la sociedad en su conjunto es crítica. Todos
nosotros, de una forma u otra, somos víctimas de un sistema dirigido por
una dinastía que le ha confiscado el futuro a varias generaciones.
Esperemos que el futuro inmediato esté a las puertas.

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