"Sexo en LA menor"
Miércoles, Julio 25, 2012 | Por Camilo Ernesto Olivera Peidro
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -En la escala musical,  LA es la 
sexta nota, y el seis está relacionado en muchas culturas con la belleza 
y el culto solar. LA menor es la misma nota atenuada y algo más oscura, 
algo así como su reverso. El verano en Cuba tiene muchas caras y una de 
ellas, de tan habitual, pasa desapercibida como la nota envilecida de un 
pentagrama enfermo. Es la cara adolescente de la prostitución.
No son tan difíciles de encontrar. Sin usted buscarlas, le salen al paso 
en la calle, en la noche. No hablan, no proponen nada, solamente te 
miran pasar por su lado y agitan levemente las llaves de un posible 
cuarto o una casa. Son muy jóvenes, tan jóvenes que duelen en el corazón 
y despiertan la compasión.
En etapa de clases, ejercen el oficio los fines de semana, cuando 
asisten a fiestas, o a centros nocturnos, o se concentran en los 
alrededores de los establecimientos que ofrecen gastronomía en divisas. 
Ahora, en período de verano, aumenta su presencia en diversos lugares de 
la urbe. Se mueven de un lado a otro en grupos de dos y tres, siempre en 
compañía de un muchacho, tan joven como ellas, que les cobra la 
protección o casi siempre es el novio "oficial" de una de ellas.
Algunas perdieron su virginidad como parte de la celebración, más o 
menos aparatosa, de su fiesta de quince años cumplidos. Otras lo 
hicieron mucho antes, como una manera de salir de "ese molesto 
obstáculo" para saltar más rápidamente al ruedo de la calle. Muchas han 
llegado desde ciudades y pueblos del interior del país para probar 
suerte en la capital.
Según el pago, pueden hacer casi cualquier cosa que la imaginación del 
cliente les dicte. Generalmente su clientela es formada por cubanos 
portadores de la moneda fuerte. No descartan a los extranjeros, siempre 
que todo esté bajo control, incluido el personal policial. A veces, 
durante el día, se mueven por encargo a la casa de algún "jubilado" con 
abultada billetera.
Sus padres, hace tiempo, soñaron y trabajaron por un futuro mejor para 
sus hijos y nietos. Hoy se quedan frente a la televisión, mirando la 
telenovela de moda, mientras esos hijos y nietos pagan la hipoteca de la 
supervivencia familiar con sus cuerpos. El "te convido a creerme cuando 
digo futuro", de Silvio Rodríguez,  quedó sepultado bajo una triste 
sinfonía compuesta por sexo en LA menor con preludio de reggaetón y coda 
en clave de pago en CUC.
Si a un cubano, que vivió su adolescencia en la Isla, en la década de 
los ochenta, del pasado siglo, lo montaran en una máquina del tiempo y 
lo dejaran caer en estos momentos, seguramente se volvería literalmente 
loco. Todavía alguien podrá recordar  un viejo tema de Pablo Milanés 
donde se refleja la noche de sábado de una pareja con más amor que 
recursos: "sábado al fin, terminé de estudiar, te propongo un hermoso plan…"
No hay dialogo actual posible con una muchacha, recién conocida en una 
noche de sábado, si no se tiene preparado el bolsillo para la compra de 
las correspondientes cervezas en moneda dura. Previamente, ella 
estudiará el terreno y calibrará su elección sobre la base de una 
fórmula que no puede fallar: zapatillas de marca,  pantalón de marca, 
pullover de marca, móvil… Si, como valor añadido, has llegado en algún 
medio de transporte y tu billetera está ampliamente abultada, mucho 
mejor. La filosofía de las chicas, en fin de semana, se resume en la 
frase: "No hay hombres lindos y feos, sino hombres con o sin dinero".
"Nadie quiere a nadie, se acabó el querer", profetizo Juan Formell con 
sus Van Van, hace más de un cuarto de siglo. Valdría añadir el muy 
cubano refrán," Si tin tiene, tin vale, y si no tiene, ni tim…bales".
No es de extrañar entonces que las tarifas suban en la medida que se 
asciende en la escala del precario circuito del ocio, pálido reflejo de 
lo que fue la vida nocturna habanera hace décadas. No es lo mismo el 
sexo en LA menor adquirido en los alrededores de una cafetería en 
divisas, que cuando se acuerda en la  La Casa de la Música de Miramar.
Mientras el "hombre nuevo" se convierte en una caricatura descolorida 
por el tiempo y la crisis endémica, los viejos corruptos y decrépitos en 
el poder insisten en fabricar el futuro del país, a la medida de su pasado.
http://www.cubanet.org/articulos/sexo-en-la-menor/
 
 
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