La dispareja yunta monetaria cubana
Martes, 17 de Julio de 2012 02:38
Escrito por Arnaldo Ramos Lauzurique
Cuba actualidad, Cerro, La Habana, (PD) Es un reclamo insistente de la
población contar con una sola moneda, en la cual se inscribiera, como
años atrás, "Este billete tiene curso legal y fuerza liberatoria
ilimitada, de acuerdo con la ley, para el pago de toda obligación
contraída o a cumplir en el territorio nacional", y que ello además se
cumpliera; pero al contrario de lo que mucha gente piensa, no se trata
simplemente de eliminar una de las dos existentes, el CUP, conocido como
moneda nacional (MN) o el CUC, supuesta divisa.
Existen varios enredos en la situación monetaria del país. Uno, es el
tipo de cambio entre esas dos monedas, que es de 25 CUP para la compra
de 1 CUC por la población y de 1 por 1 para el sector empresarial y para
las cuentas nacionales. El CUP tiene también una doble cotización
frente al dólar, de 1 por 1 cuando se reciben remesas por vía de la
Western Union y de 0,87 CUC por un dólar cuando la población acude a las
casas de cambio (CADECAS).
A lo anterior se suma que otras divisas pueden ser utilizadas por la
población para abrir cuentas bancarias o como medios de atesoramiento,
al resultar más confiables que las dos mencionadas. Existen además otros
vehículos no monetarios que actúan también en el cambio y la
circulación, como son el racionamiento, las ventas especiales a sectores
privilegiados con precios diferenciados y diversas gratuidades; sin
obviar que imperan dos sistemas de precios, uno para el sector
empresarial y otro, a niveles mucho más elevados, para la población.
Para enfrentar la instauración de una sola moneda el régimen tendría que
desbaratar todos los entuertos que creó en estos cincuenta y tres años,
que además de los ya mencionados, incluyen la desvalorización del
salario -que apenas alcanza en la actualidad 18 CUC mensuales como
promedio- y el impuesto de circulación y ventas, que encarece
abusivamente los productos de consumo, representa más de la tercera
parte de los ingresos de la población y que alcanzó 13 461 millones de
pesos en 2010. Ambos aspectos constituyen los factores más voluminosos
con que la población subsidia al Estado.
Tendría también que determinar una tasa para el cambio de los ahorros en
las cuentas bancarias y para los atesoramientos de la población y de las
entidades no estatales, unificar todos los tipos de establecimientos
para las ventas y servicios a la población y permitir la libre formación
de precios y tarifas; o lo que es lo mismo, el mercado libre de
productos y servicios.
En su trasfondo todo ello no sería más que propiciar una amplia apertura
económica, que implicaría la privatización de las ineficientes empresas
estatales, la entrega de las tierras en propiedad con todas sus
implicaciones, propiciar la recepción de inversiones extranjeras
directas, con las garantías legales indispensables y todo lo que
signifique instaurar una economía de mercado.
Está claro que los obsoletos jerarcas del también obsoleto régimen, no
quieren ni oír hablar de esas cosas y por tanto, le dan vueltas al
asunto sin atreverse a enfrentarlo. Si osaran dejar una de las dos
monedas sin adoptar las medidas indispensables, no resolverían el caos
existente, que por el contrario se agravaría.
Si se escogiera como única moneda al CUP, los trabajadores seguirían
ganando lo mismo que hasta hoy, unos 450 pesos al mes como promedio,
equivalentes a unos 18 CUC, pero los ya elevadísimos precios en las
actuales tiendas en divisas se multiplicarían por 25, de acuerdo con la
tasa actual de las CADECAS y un par de zapatos podría costar 1500 pesos,
una botella de aceite comestible, 60 pesos, un paquete de café de
quinientos gramos, 90 pesos y así por el estilo, por lo que para
adquirir un televisor de pantalla plana habría que alquilar un camión,
pero no precisamente para transportar ese artículo, sino para cargar el
dinero.
Habría que agregar a ello la tendencia actual al incremento reiterado de
los precios de esas tiendas, que al no ser ya un lugar de recaudación de
divisas -pues estas se recaudan exclusivamente en las CADECAS- y ante
las dificultades financieras del país; están cada vez más desabastecidas
y dotadas de productos de baja calidad. Si algo tendría de positiva esa
medida sería que pondría de relieve, y muy claramente, el nivel de
miseria a que está sometido más del 70% de la población.
Si la decisión fuera dejar solo el CUC, la población vería dividir su
salario por 25, los precios de lo que otrora fueron las tiendas de
divisas permanecerían iguales en principio, pero continuarían
elevándose, según la tendencia actual ya mencionada, los productos que
ahora se venden en moneda nacional no tendrían una rebaja proporcional a
los salarios, debido a que permanecería intacto el impuesto de
circulación además de que se harían comparables con los similares de las
antiguas tiendas de divisas; y además los ahorros en CUP quedarían
reducidos a un 4%.
Con su propósito de entretener a la población sin aplicar medidas de
fondo no es de dudar que el régimen ensaye alguna estratagema para
confundir y apaciguar a los que exigen una sola moneda y agrave a la
larga la situación monetaria y social existente.
La yunta monetaria cubana no solo es dispareja, sino que también hala
una carreta desvencijada y está conducida por un boyero incapaz,
asesorado por un moribundo de mente retorcida.
Para Cuba actualidad: arnaldoRL75@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/132-economia/4645-la-dispareja-yunta-monetaria-cubana.html
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