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Monday, January 02, 2012

Divorcio en Cuba: causas y consecuencias

Divorcio en Cuba: causas y consecuencias
Lunes, Enero 2, 2012 | Por Lucas Garve

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -Una camagüeyana pidió una
aclaración a la sección de consultas jurídicas de la emisión matinal del
informativo del canal 2 de la televisión. Ella quería informarse acerca
de la situación que enfrenta con su ex marido, quien pretende tener
derecho a la mitad de la casa de la que ella es propietaria. La
respuesta dejó sin derecho al reclamante.

En todas partes numerosos casos de divorcio terminan en litigios por la
casa. Y si tenemos en cuenta que Cuba cuenta con el mayor índice de
divorcios en Latinoamérica, unido a una escasez enorme y creciente de
viviendas, ya podrá tenerse una idea de la magnitud del problema.

Cuba fue el primer país latinoamericano en aprobar una ley de divorcio.
Eso ocurrió en el año 1918, aunque ya en 1903 se había presentado en la
Cámara de Representantes un proyecto que no fue aprobado. El hecho bien
puede compararse con países como Francia y Estados Unidos.

La campaña fue decidida por la crítica de un número importante de
ciudadanos, encabezados por reconocidos intelectuales cubanos y por el
movimiento feminista, en desacuerdo con el concepto de matrimonio que
subordinaba a la mujer como si fuera una propiedad de su esposo.

A tal punto era perjudicial para la mujer este desamparo legal, que
algunos hombres se arrogaban el derecho de asesinar a su esposa por el
delito de infidelidad, y como castigo solamente recibían una pena de
destierro.

Entre 1970 y 2009 el índice de los divorcios en la isla se ha
triplicado, según el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad
de La Habana. Pero fue en 1963 cuando se sobrepasaron por primera vez
los valores ínfimos que marcaban desde que se aprobó la referida ley.

Si en 1970 la proporción era de 22 divorcios por cada 100 matrimonios,
subió a 39 en 1981, y alcanzó 64 por cada 100 matrimonios en 2009,
cuando hubo 35, 034 sentencias firmes, según datos del Centro de
Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas.

En general, el promedio de duración de los matrimonios arroja un período
entre 10-15 años, para un 35 % de la población cubana que es casada,
según los datos de la ONE.

Realmente para los cubanos es muy fácil divorciarse. Basta que uno o
ambos cónyuges acudan a una notaría y lo pidan. El divorcio cuesta 100
pesos en moneda nacional (5 dólares), y para obtenerlo hay que presentar
la certificación de matrimonio, una de nacimiento de los hijos menores
de edad, si existen, y el título de propiedad de la vivienda, únicamente
cuando los cónyuges la hayan adquirido en común.

Múltiples son las causas que propician la disolución de los matrimonios
cubanos. Primeramente, muchas parejas se casan muy jóvenes. Abandonan
los estudios, y cuando tienen hijos se agravan los sempiternos problemas
económicos. Además, la mayoría de los recién casados pasa a formar parte
de la familia extendida de uno de los conyugues, agrupada en una
vivienda en la que conviven hacinadas hasta tres o cuatro generaciones,
lo que promueve conflictos familiares.

Aumentan también las contradicciones entre las necesidades individuales
y las de la pareja y la familia, en lo que respecta al consumo. En un
país donde el sueldo de un profesional universitario no sobrepasa un
dólar diario, el dinero no alcanzan ni para resolver las necesidades
básicas de los individuos, y se reduce el nivel de vida.

Asimismo, pesan las influencias de terceras personas que conviven con el
matrimonio, como los suegros, a las que se suman frecuentemente la
drogadicción, el alcoholismo y otros males que crecientemente azotan a
nuestra sociedad.

No debe soslayarse el hecho de que hace tiempo el matrimonio dejó de ser
la vía única para legitimar la paternidad. Y la visión del mismo como un
contrato de índole económica también se transformó, al no ser mediada
por valores mercantiles dada la generalizada pobreza y la casi absoluta
falta de bienes materiales y posesiones de los cubanos, aunque existe la
transmisión hereditaria en el caso de la vivienda. Pesan igualmente las
redefiniciones que los roles de padre y madre han tenido en los últimos
años dentro de la familia cubana; al igual que la desintegración de la
familia en general debido a fenómenos como la emigración y el
distanciamiento forzoso de los hijos, enviados a escuelas en el campo
alejadas del hogar durante años.

Todo esto hace que el análisis de las causas y consecuencias del
divorcio en Cuba resulte muy complejo. Una complejidad que se debe, en
gran medida, al efecto pernicioso del poder político dentro del seno de
la familia durante el último medio siglo, fenómeno que no existe en
otros países.

http://www.cubanet.org/articulos/divorcio-en-cuba-causas-y-consecuencias/

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