cubano
El ciudadano común no tiene protección estatal ante el pillaje en los
agromercados, kioskos y puntos de venta, donde acuden en busca de sus
mercancías
martinoticias.com 19 de septiembre de 2011
Salir a comprar lo que se va a servir en la mesa equivale a enfrentar
varios enemigos y andar sin balas: no hay garantía de que lo que toca
por la libreta haya llegado al mercado, las pesas suman o restan onzas
al antojo del vendedor por su cuenta y el Gobierno cambia precios
arbitrariamente a cualquier producto en un mismo día.
Yesmi Elena Mena Zurbano, quien reside en Villa Clara, declaró a
martinoticias que casi siempre el consumidor recibe menos cantidad del
producto que fue a comprar, "pero paga como si nada anormal hubiera
ocurrido".
La activista de la agencia Centro Press indicó que debido a que las
pesas no son digitales, los vendedores aprovechan esta circunstancia y
no ofrecen el peso exacto de la mercancía a sus clientes "y los
consumidores resultan afectados".
Señaló que lo triste del caso es que "en los centros estatales siempre
van a evadir tus reclamaciones".
Mena dijo que la única opción que tiene el consumidor es adquirir los
productos que necesita a través de un cuentapropista o en el llamado
"Mercado negro".
En cuanto al problema del 'faltante' de cualquier producto alimentario
agregó que "la gente no llega a recibirlo hasta una semana después (…)
esto ha traído mucho descontento, mucha irritación en la población".
Audio: Yesmi Elena Mena Zurbano
Gerardo Páez, quien vive en el municipio de Artemisa, manifestó que
también se ha dado el caso de que el Gobierno ha subido el precio de un
producto varias veces el mismo día.
"Cuando vas a comprar una libra o dos libras de queso en horarios de la
mañana en el mismo lugar, te lo venden a 20 pesos (…) cuando vas al
mediodía el queso subió de precio, y en horas de la tarde lo hemos
tenido que pagar incluso a 30 pesos la libra", indicó.
El promotor de los Municipios de la oposición en Artemisa dijo a
martinoticias que cuando su organización ha cuestionado esta anomalía,
la respuesta de los vendedores ha sido que "ese es el precio oficial (…)
que ese precio baja de la dirección superior, del organismo que tiene
que ver con este tipo de mercancía".
Páez denunció que "en realidad ellos se aprovechan del contubernio que
hay con algunos de los inspectores para alterar los precios y
enriquecerse (…) cuando uno reclama sus derechos no encuentra a quien
dirigirse, porque es todo una mafia; es un convenio entre el
dependiente, el administrador y los inspectores".
No comments:
Post a Comment