Odelín Alfonso Torna
Arroyo Naranjo, La Habana, 19 de septiembre de 2011, (PD) En materia de
tecnología inalámbrica y disponibilidad de Internet paaltra los cubanos,
el Estado parece contraerse cada día que pasa. Por otro lado, el boom de
las infocomunicaciones que se esperaba por medio del cable óptico -1 602
kilómetros entre Cuba y Venezuela a un costo de 70 millones de dólares-
parece estimular la paranoia de los jeques de la revolución castrista.
El mundo evoluciona en materia de telefonía móvil, cada día más
fusionada con las redes sociales y la información a través de la red de
redes. La quinta generación (G5) de teléfonos celulares se encamina a
inundar el mercado mundial, mientras el gobierno cubano cobra a sus
ciudadanos una obsoleta tecnología - Global Sistem Móvil (GSM) - como un
producto de primera.
Sin embargo, ante tanto estancamiento tecnológico, los gobernantes se
apean con la excusa de las limitaciones técnicas y los problemas de
conectividad, supuestamente causados por el "bloqueo económico y
financiero" de Estados Unidos a la isla.
Datos oficiales reflejan que el mantenimiento y desarrollo de la
infraestructura telefónica fija e inalámbrica, arrojó pérdidas al país
por más de 52 millones 800 mil dólares entre 2009-2010.
Tal aberración solo viene a justificar el uso controlado y censurado de
la Internet, o mejor dicho, de su versión retardada, Intranet, una red
interna encaminada a maximizar las sandeces ideológicas y enconar el
servicio hacia unos pocos cubanos –léase facultativos leales al
gobierno, estudiantes y… "otros" con pedigrí revolucionario y dinero de
sobra.
Para más desgracia, la empresa de telecomunicaciones ETECSA absorbió a
su socia minoritaria, la italiana TELECOM, la cual tenía un 27% de
participación en el negocio. Dicho así, ETECSA hoy se viste
completamente de verde olivo dentro de ese gran consorcio militar
llamado GAESA (Grupo de administración Empresarial, S.A).
De este modo, el gigante buscador Google, las redes sociales Facebook y
Twitter, los correos internacionales Yahoo, G-mail y Hotmail, pueden
entrar en el campo minado de los "ciber-revolucionarios".
¿Por qué el gobierno cubano calla ante la demora en la explotación del
cable de fibra óptica, un tendido que figura entre los proyectos de
integración políticos y sociales al servicio del ALBA (Alianza
Bolivariana para las Américas)?
¿Se puede descartar, con la primicia de "quebrantar añejas dependencias"
en materia de comunicación, la metástasis del dominio cibernético cubano
hacia naciones que proyectan su propio socialismo, como es el caso de
Venezuela, Bolivia y Nicaragua?
Al feudo-castrismo no le queda otra alternativa que explotar el cable de
fibra óptica y de esta manera, hacerse de los dólares que le
proporcionaría la banda 640 gigabyte. Por otro lado, obstruir el acceso
a las redes sociales y los correos internacionales sólo conseguiría
invitar al cubano a pagar conexiones de red por terceros países o a
compartir cuentas con clientes extranjeros dentro de Cuba.
Es bueno recalcar que según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas
(ONET), entre el período 2009-2010, el 97.1 por ciento de cubanos no
tenía acceso a la red de redes, el 2.9 por ciento había accedido a
Internet al menos una vez y un 31.4 por ciento tenía la posibilidad de
teclear ordenadores.
El gobierno cubano teme a la divulgación de información mediante la
telefonía celular. Por ello no hace hincapié en modernizar su
infraestructura tecnológica GSM. Por otro lado se enfrenta al fenómeno
creciente de móviles de última generación que entran al país.
Dicho así, se ven en la obligación de importar las nuevas prestaciones
de Internet y asumir, aunque en ello le vaya la revolución, la
ciber-manifestación social que viene.
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