20-09-2011.
Aimée Cabrera
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- En el análisis anterior se escogieron las
palabras textuales de la titular del Ministerio del trabajo y Seguridad
Social (MTSS) Margarita González, en la conferencia de prensa del lunes
12, publicada en el Juventud Rebelde al siguiente día.
Como éstas no fueron lo relevante que se suponían, lo que lograron fue
dejar en su lugar la "inseguridad social", no sólo a los
cuentapropistas, sino a quienes quisieran serlo, o sienten motivación
por conocer más sobre esta modalidad laboral.
No se sabe si fue a continuación de sus palabras, al final de la
mismas, pero en la edición del mismo diario correspondiente al miércoles
aparecieron algunas preguntas formuladas por los reporteros presentes.
Un cuestionamiento respondido por González fue el relacionado al
deterioro ambiental que surgió a partir del auge de las actividades por
cuenta propia. "Está regulada lo mismo la tala de árboles por el
Ministerio de la Agricultura, que el vertimiento de desechos. Pero para
cualquier persona, no sólo para los cuentapropistas. Son reglas
generales, no hay que hacer ninguna especificidad para esta actividad".
"En la capital existió cierta desorganización y se les permitió a estos
trabajadores hacer cosas que nunca se debieron autorizar, que tomaran
espacios y adoptaran decisiones que no debieron aprobarse… No estoy
defendiendo las indisciplinas…lo que se debe hacer es llamar la atención
a toda la sociedad de que existen regulaciones y que todos tenemos que
cumplirlas"-reconoció la ministra del MTSS entre otros muchos aspectos
que en general poco dicen a los interesados.
"Es una lástima que hayan tantos locales que fueron tiendas muy bonitas
con techo, espacio y vidrieras amplias para vender ropa y zapatos.
Están llenos de bombillos, tuercas y pomos de salfumán. Debieran
alquilar espacios en esas tiendas, aprovecharlas más. Mira a Fin de
Siglo con más de cuatro pisos, la tienen llena de artesanos en la planta
baja, o mira una de las tiendas de la Casa Alba, que es un bar de
borrachos"- comenta una vendedora de ropas, zapatos y carteras en un
local abierto en la Avenida Reina, llegando a Belascoaín en el centro de
la capital.
Ella, quien prefiere que su identidad no sea divulgada, reconoce que a
la intemperie, sus mercancías pueden perder calidad. Los días en que de
pronto cae una llovizna, según la intensidad de la misma, tienen que
tirar náilones o hules a modo de techo, o simplemente guardar todos los
artículos.
Una serie de tiendas que venden en la Moneda Nacional CUP, mercancías
nada atractivas, de poca utilidad y hacinadas en su mayoría, pudieran
servir como puntos de venta de los cuentapropistas que puedan pagar el
alquiler de éstas.
Otra variante es alquilar los terrenos donde antes existieron
edificaciones que se desplomaron con el paso de los años y no
convertirlos en parqueos de bicicletas, motos y autos, o ponerles
algunas mesas y sillas para vender cervezas y otras ofertas en la moneda
convertible CUC; sería mejor que con sus recursos, los cuentapropistas
que pudieran asumir los pagos correspondientes, construyeran locales que
armonizaran más con el resto de la arquitectura habanera.
Es cierto que la capital además de sus edificios despintados, con
paredes descascaradas muestra los locales más disímiles, construidos con
diversos materiales que afean aún más la destruida capital; la cual luce
carteles, carretillas, y "timbiriches" (quioscos improvisados) que de
por sí, no muestran prosperidad, y sí cuan difícil es la vida para sus
propietarios, los únicos que de verdad están receptivos y prestos al
cambio (título de la noticia de 14 de septiembre) y son víctimas del
obsoleto absolutismo que pregonan titulares y funcionarios temerosos de
flexibilizar el trabajo privado en la Isla.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33696
No comments:
Post a Comment