Esposa de empresario español Ferraté con esperanzas en gestiones bilaterales
Ha admitido su preocupación por que el caso de su marido siga sin
solución para cuando el Partido Popular gane previsiblemente las
próximas elecciones generales del 20 de noviembre
Agencias, Madrid | 21/09/2011
La esposa de Sebastián Martínez Ferraté, condenado en Cuba en agosto por
un delito de corrupción de menores, ha pedido este miércoles a la
ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, que
trate "en profundidad" su caso con su colega cubano, Bruno Rodríguez,
con el que coincidirá esta semana en Nueva York, informó hoy miércoles
Europa Press.
María Angeles Solá ha explicado a Europa Press que el embajador de
España en La Habana, Manuel Cacho, ha vuelto a pedir a las autoridades
cubanas que expulsen del país a Martínez Ferraté por motivos
humanitarios, pero no ha habido respuesta satisfactoria.
Aunque se ha apelado la reciente sentencia que le condenó a 7 años de
prisión, el recurso podría tardar un par de meses en resolverse, por lo
que Solá tiene más esperanzas puestas en las gestiones bilaterales que
el Ejecutivo despliegue en este sentido.
Solá ha admitido su preocupación por que el caso de su marido siga sin
solución para cuando el Partido Popular gane previsiblemente las
próximas elecciones generales del 20 de noviembre, ya que las relaciones
de este partido con las autoridades castristas son "peores" que las que
mantienen los socialistas.
Por eso, ha esperado que la ministra Jiménez aborde "en profundidad" el
caso en la entrevista bilateral que prevé mantener este viernes con su
colega cubano y que no se quede en una mera "conversación de pasillos".
Martínez Ferraté fue detenido en el aeropuerto de La Habana en julio
de 2010, cuando trabajaba como director gerente de la empresa turística
mallorquina Marina Hotels. Sin embargo, su detención guarda relación con
el reportaje que grabó con cámara oculta sobre la prostitución infantil
en la isla en 2008 y que emitió la cadena de televisión Telecinco.
En el auto de procesamiento, el fiscal relataba las gestiones que
Martínez Ferraté emprendió para hacer entrevistas a chicos y chicas de
la isla sobre si practicaban la prostitución que luego se incluirían en
el reportaje.
Este documental, a juicio del fiscal, "ofrece una imagen distorsionada
acerca de la juventud, los estudiantes y las instituciones cubanas", al
tiempo que contiene escenas "de corte contrarrevolucionario mostrando la
intención de los autores de desmentir y denigrar la Revolución Cubana".
Según el relato del fiscal, Martínez Ferraté, con la colaboración de
otros dos ciudadanos cubanos, buscó en un colegio a cuatro estudiantes a
las que entrevistó sobre sus vidas sexuales y a las que, "después de
ofrecerles gran cantidad de bebidas alcohólicas", uno de sus socios
filmó bañándose desnudas en una piscina. Las jóvenes recibieron una
remuneración económica por participar en este encuentro.
El acusado repitió una operación similar con varios estudiantes varones
que practicaban la prostitución y a los que propuso, siempre según el
auto, poner en contacto con un grupo de empresarios que visitarían el
país días después.
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