El otro diversionismo
Reinaldo Escobar
La Habana 09-02-2011 - 2:11 am.
Un falso experto le cae a mentiras a un grupo de oficiales del 
Ministerio del Interior. ¿Qué se cuece en las alturas?
Fue en los años 70 que se puso de moda aquello del "diversionismo 
ideológico". Bajo el incómodo epíteto cabía lo mismo el eurocomunismo, 
los Beatles, la poesía o el cabello largo; la acusación derivó en 
sanciones partidistas, en purgas universitarias y hasta en prontuarios 
judiciales. Con el tiempo bajó la fiebre y pasados los años se hablaba 
del tema como si hubiera sido una enfermedad infantil.
El "diversionismo" pudiera definirse como la tendencia a desviar la 
atención del tema principal con el propósito de distraer al oponente y 
así sorprenderlo con un golpe demoledor. Eso lo saben los boxeadores, 
los abogados, los militares y todo aquel que tenga un adversario al que 
haga falta confundir. Cualquier estratagema en ese sentido resulta 
lícita, aunque parezca sucia, siempre y cuando se aplique contra el enemigo.
Después de ver detenidamente el último video "filtrado" desde algún 
estamento del oficialismo gubernamental, donde aparece un hombre con 
ínfulas de experto cayéndole a mentiras a un grupo de altos oficiales 
del Ministerio del Interior, me da la impresión de que "allá arriba" 
está pasando algo muy extraño. ¿Cómo se explica que se trate de engañar 
a quienes tienen que conocer mejor que nadie la identidad del 
adversario? Podría entender la explicación del conferencista si su 
auditorio estuviera compuesto por un grupo de corresponsales extranjeros 
acreditados en Cuba. Digo que podría entenderlo, no que lo aceptaría 
desde el punto de vista ético.
Si miente por iniciativa propia por el afán de notoriedad de presentarse 
como talentoso e imprescindible ante sus jefes, o si miente cumpliendo 
estrictas orientaciones de una mano tenebrosa, eso no puedo saberlo. 
Pero sé que miente. Me consta. La blogosfera alternativa cubana no es 
una creación del imperialismo norteamericano sino fruto de una 
conjunción de factores entre los que se destacan el fracaso del sistema 
socialista, la inconformidad ciudadana, especialmente entre los más 
jóvenes, y el desarrollo de la tecnología a nivel mundial.
Los numerosos premios recibidos por la bloguera Yoani Sánchez entre 2008 
y 2011 no pueden ser interpretados como una operación de lavado de 
dinero orquestada por el gobierno de Estados Unidos. ¿Acaso pueden 
hacerle creer a alguien medianamente inteligente que una banda de 
agentes de la CIA se ha especializado en sobornar o intimidar a personas 
decentísimas, miembros de los jurados del Ortega y Gasset, en España; el 
BOBs en Alemania; la Universidad de Columbia en Estados Unidos; el 
Príncipe Claus en Holanda; y más recientemente el premio Jaime Brunet de 
la Universidad de Navarra y el iRedes en Burgos?
¿Entre quiénes han distribuido esos supuestos equipos de altísima 
tecnología satelital mencionados en la conferencia? ¿Acaso no sabe la 
Seguridad del Estado cómo es que se conectan a Internet los blogueros, 
periodistas independientes y opositores de todas las tendencias?
Me asusta pensar que las instituciones encargadas de velar por la 
seguridad de la nación estén siendo entretenidas de esa forma. ¿Será que 
están preparando un golpe de Estado, fraguando una invasión desde el 
extranjero o algo que no se le ha ocurrido a nadie? Si esa conferencia 
del llamado "policía informático" no es puro diversionismo, entonces qué 
cosa es.
 
 
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