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Thursday, March 04, 2010

Morir en Kilo 8

Publicado el jueves, 03.04.10
Morir en Kilo 8
By MIGUEL COSSIO

Flota la duda de si haber empujado a Orlando Zapata Tamayo al patíbulo
de la inanición fue un acto ex profeso de cálculo político o un error de
Castro. ¿Una acción deliberada o un ``descuido'' criminal, motivado por
la soberbia?

Descifrar cuál de estas posibilidades primó ante la disyuntiva de
aflojar o apretar la soga al cuello nacional, personificado en estos
días en Zapata, arrojará ciertos indicios sobre las sumas y las restas
políticas que estarían sacando los verdugos oficiales.

Después de todo han acumulado cinco décadas de experiencia a la hora de
sofocar problemas internos, sin que les preocupe mucho las consecuencias
internacionales. Dejar morir a presos políticos en huelga de hambre se
ha convertido en una tradición gubernamental.

Una mirada a la historia apuntalaría la hipótesis de que se trató de un
acto criminal más, calculado y ejecutado: dejar morir a Zapata y con
ello apagar la pipa de una eventual reconciliación internacional,
ofrecida, entre otros, por Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero.
Cada uno en su estilo y con sus demandas.

El hecho es que cada mano extendida termina siendo mordida. A Jimmy
Carter con el Mariel y a Bill Clinton con cuatro muertos, resultado del
derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. En el caso de Bush, la
historia fue otra. De manera ``preventiva'', y ante el amparo de la
cobertura mediática mundial de la invasión a Irak en marzo-abril del
2003, 76 opositores, contando a Zapata, fueron enviados a prisión y tres
jóvenes de la raza negra terminaron fusilados.

Ahora con una sola muerte, de ``bajo costo'', según la estadística
oficial (un negro albañil oriental), el régimen ha desarticulado
cualquier posibilidad de acercamiento. ¿Qué dirá Zapatero a sus pares de
la Unión Europea? ¿Con qué argumentos pedirá el flamante presidente de
la UE el levantamiento de la Posición Común? ¿A qué concierto en La
Habana, sea de Juanes, Arjona u otro artista de la misma pluma, querrá
asistir la subsecretaria asistente del Departamento de Estado, Bisa
Williams?

Aunque parezca contradictorio frente a la presencia de Raúl Castro en la
Cumbre de Cancún, donde nació en el papel la idea de una OEA paralela
(comunidad de estados latinoamericanos, sin Estados Unidos y Canadá), la
muerte de Zapata, el arresto arbitrario del norteamericano Alan P. Gross
y la ausencia de Cuba de los Juegos Centroamericanos de Mayagüez
ratifican la política aislacionista del gobierno cubano. Es decir, ambos
movimientos forman parte de una misma jugada, tendente a reforzar la
posición de aislamiento en la que el régimen se siente a sus anchas.

En sentido contrario, flota también la hipótesis de que el fallecimiento
de Zapata fue un ``descuido'', motivado por la soberbia histórica de los
verdugos. Ella se soportaría en las torpes e inusuales explicaciones
ofrecidas por el régimen: lo dicho por Raúl Castro a la prensa
brasileña; el asqueroso artículo del plumífero Enrique Ubieta en Granma;
el galimatías de Fidel Castro sobre la visita de Lula a Cuba; y el
extenso reportaje del noticiero de la televisión cubana con su versión
de los hechos.

Si de veras fue una pifia de cálculo, el resultado es el mismo: el
crimen de Estado que sedimenta la voluntad de aislamiento de los
cancerberos de ese inmenso gulag natural en que se ha convertido Cuba y
en el que Orlando Zapata Tamayo decidió morir el día que inició su
huelga en Kilo 8.

Pero Fidel Castro (y su hermano el general) no es insensible a las
muertes por huelgas de hambre.

o demostró con estas palabras cuando, según él, ``en el más emocionante
gesto de sacrificio, desinterés personal y valentía que pueda
imaginarse'', diez miembros del Ejército Republicano Irlandés (IRA)
apelaron a esta medida extrema frente al gobierno de Margaret Thatcher.

``Los patriotas irlandeses están escribiendo en estos días una de las
páginas más heroicas de la historia humana. Para cesar en su huelga,
estos jóvenes luchadores no piden la independencia, no exigen demandas
inasequibles; reclaman únicamente el reconocimiento de lo que son:
presos políticos'' (La Habana, 15 de septiembre de 1981, clausura de la
68 Conferencia de la Unión Interparlamentaria).

MIGUEL COSSIO: Morir en Kilo 8 - Opinión - ElNuevoHerald.com (4 March 2010)
http://www.elnuevoherald.com/2010/03/04/667427/miguel-cossio-morir-en-kilo-8.html

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