Libros y planchas de hierro
By RAUL RIVERO
La muerte es una mensajera eficaz y despiadada. En sólo una horas --con
la agonía final de Orlando Zapata Tamayo-- puso en primera plana, en
casi todo el planeta Tierra, un panorama general ampliado del empeño
diario del presidio político cubano por no perder la esperanza ni la vida.
La noticia de la muerte del preso, un activista de base, albañil y
plomero, conmovió a la comunidad internacional. Provocó una reacción
mayoritaria de apoyo a los 200 hombres que continúan en los calabozos
por disentir del régimen y un rechazo a la dictadura que ha dejado a la
nación cubana sin pan y sin espacio público para la libertad y la palabra.
Lo que pasa es que la vida de un hombre es un precio muy alto para unas
pocas horas de actualidad.
Los cubanos que viven en aquellos sótanos necesitan apoyos puntuales
todos los días. Que sus nombres, sus rostros disueltos en cifras y
estadísticas, recobren los rasgos humanos. Y sus historias civiles, las
vidas de ellos con la familia y sus amigos, así como el prolongado
tormento de cada minuto tras las rejas, tenga presencia en los ámbitos
donde la palabra libre tiene otra carga de significados y el tiempo otro
valor.
Hace falta, como complemento a la información y la denuncia, una labor
testimonial. El trabajo sereno de contarlo todo sin el temblor
provisional de la crónica periodística o el de una nota en un blog. Hay
libros poderosos y reveladores que narran diferentes etapas del presidio
político cubano.
La Asociación de Iberoamericanos por la Libertad y la Comunidad de
Madrid presentarán ahora en España una obra que debe pasar de inmediato
a esa biblioteca imprescindible para conocer, de primera mano, la vida
dentro de las cárceles de Cuba.
Hablo de Pasión, prisión y destierro, un libro de 237 páginas, en el que
el prisionero político Alejandro González Raga, arrestado y condenado
durante la Primavera Negra del 2003, cuenta sus experiencias en cárceles
de Ciego de Avila y Camagüey.
Es un libro singular porque está escrito desde las soledades
provinciales donde no hay embajadas ni prensa extranjera, y el
enfrentamiento con la represión y la penuria suele ser más descarnado y
sin amparo.
ncluye un pliego fotográfico, documentos y cartas de presos políticos y
el acta de la sentencia del autor (exiliado hoy en España), de Enrique
Mayo (exiliado en Estados Unidos), del periodista Normando Hernández,
condenado a 25 años, y del doctor Alfredo Pulido, con una pena de 14
años, que siguen encarcelados en aquella región de Cuba.
La lectura de Pasión, prisión y destierro, del periodista y activista
González Raga (estuvo cinco años en prisión), produce una categoría de
inquietud y de dolor que parecía que la civilización había abolido.
El libro, por su hondura, va a contribuir a que se sepa que el drama en
prisión no es un relámpago, es un fuego constante. El repaso de esas
páginas será un revulsivo para el asombro y la curiosidad que produce la
muerte cuando ejerce su oficio de mensajera.
RAUL RIVERO: Libros y planchas de hierro - Opinión - ElNuevoHerald.com
(7 March 2010)
http://www.elnuevoherald.com/2010/03/07/669795/raul-rivero-libros-y-planchas.html
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