"Hay momentos en la historia en que tiene que haber mártires"
"Si muero, que el mundo se percate de que el Gobierno deja morir a sus
opositores y que lo que le ocurrió con Orlando no es un caso aislado"
MAURICIO VICENT - La Habana - 02/03/2010
El psicólogo y periodista disidente Guillermo Fariñas tiene 48 años y 23
huelgas de hambre a sus espaldas. Desde que entregó el carné de la Unión
de Jóvenes Comunistas, en 1989, en protesta por el fusilamiento del
general Arnaldo Ochoa, entró en la oposición y desde entonces ha pasado
11 años y medio en la cárcel. Es considerado un duro. Su última huelga
de hambre, en 2006, para pedir acceso libre a Internet para todos los
cubanos, duró meses y tuvo que ser operado en varias ocasiones para
salvarle la vida. Le quedaron numerosas secuelas y su familia teme que
en esta ocasión pueda producirse un desenlace fatal con bastante celeridad.
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En su casa de Santa Clara, acompañado de una veintena de opositores,
Fariñas recibe a EL PAÍS cuando lleva siete días sin ingerir alimentos
ni agua. Está extremadamente débil, aunque consciente, y todavía puede
caminar. Tiene la mirada iluminada, y dice -asusta- que quiere morir
para convertirse en un "mártir" y tomar el relevo de Orlando Zapata . Ve
su cuerpo como un instrumento más "para alcanzar la libertad de Cuba".
Su madre, Alicia Hernández, y su esposa, Clara, se oponen radicalmente a
esta protesta, aunque respetan su decisión. Es visitado a diario por dos
médicos, uno disidente y otro del Estado, que siguen constantemente su
evolución.
Pregunta. ¿Qué objetivos persigue con esta huelga?
Respuesta. Lo primero, que el Gobierno pague un alto costo político por
el asesinato de Orlando Zapata Tamayo. En segundo lugar, si las
autoridades no son crueles e inhumanas, que liberen de inmediato a los
presos políticos que están enfermos y pronto pudieran convertirse en
otros Zapata. El tercer objetivo es, si muero, que el mundo se percate
de que el Gobierno deja morir a sus opositores y que lo que le ocurrió
con Orlando no es un caso aislado.
P. Pero ¿cuál es su petición concreta?
R. Que el Gobierno libere a esos 26 presos políticos que están enfermos,
y que hasta los propios servicios médicos del Ministerio del Interior
consideran que deben ser puestos en libertad, pues no van a sobrevivir
en prisión.
P. ¿Y si no los excarcelan?
R. Seguiré hasta las últimas consecuencias...
P. ¿Usted quiere morirse?
R. (Silencio)... Sí, me quiero morir. Ya es hora de que el mundo se
percate de que este Gobierno es cruel, y hay momentos en la historia de
los países en que tiene que haber mártires...
P. ¿Usted quiere convertirse en mártir conscientemente?
R. Hasta los psicólogos del Ministerio del Interior dicen que es mi
perfil: yo tengo alta vocación de mártir... Orlando Zapata fue el primer
eslabón en la intensificación de la lucha por la libertad de Cuba. Yo
fui el que agarré el bastón de su relevo, y cuando yo me muera otro lo
va a tomar.
P. ¿Está seguro? ¿Cree que esto va a suponer un revulsivo para un cambio
en su país?
R. Yo soy pesimista. Pienso que el Gobierno no va a cambiar. No tengo
esperanza. El Gobierno cubano está aferrado, está en un momento muy
difícil, y no van a cambiar hasta que estemos 50 opositores en huelga de
hambre, eso sí sería un problema a nivel de toda la sociedad.
P. Su padre combatió con el Che Guevara en Congo. Su madre siempre fue
revolucionaria. Usted mismo fue militar y estudió en la Unión Soviética
¿Cómo llegó a la disidencia?
R. Fue un proceso largo. El primer desencuentro fueron los sucesos de la
Embajada de Perú, en 1980. A mí me tocó mantener el orden. Eran decenas
de miles de personas que se querían marchar. En la URSS me di cuenta de
muchas perversiones de aquel régimen al que en teoría nos debíamos
parecer. En 1989, con el fusilamiento de Ochoa, rompí del todo. Desde
entonces no me he callado y no me voy a callar hasta que muera.
P. ¿Qué pasará ahora?
R. Yo ya me siento muy débil, tengo dolores de cabeza y me empiezo a
deshidratar. Llegará un momento en que colapsaré y perderé la
conciencia. Entonces mi familia decidirá [la madre y la esposa dicen que
en ese momento lo ingresarán en el hospital y lo alimentaran por vía
parenteral].
P. Y cuando despierte en el hospital...
R. Si me ponen en un cubículo cerrado, donde no pueda recibir visitas de
mis hermanos de lucha, pediré que me retiren la alimentación parenteral.
Si me ponen en un lugar en que pueda recibir la visita de mis
compañeros, aunque sea a través de los cristales, en la sala de terapia
intensiva, durante los horarios reglamentarios de visita, permitiré la
alimentación parenteral, aunque no voy a comer ni beber. En ese caso
puedo vivir hasta que Dios quiera.
P. ¿Qué cree que piensa de esto su mujer, su hija, su madre?
R. Bueno, cuando tomé la decisión de entrar en huelga de hambre mi madre
estuvo 16 horas sin hablarme. Ahora, aunque se oponen, respetan mi
decisión. Pero yo les digo que para hacer patria la familia tiene que
sufrir. Supongo que la madre de Martí haya sufrido, y también la de
Antonio Maceo [dos próceres de la independencia de Cuba].
"Hay momentos en la historia en que tiene que haber mártires" ·
ELPAÍS.com (2 March 2010)
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Hay/momentos/historia/tiene/haber/martires/elpepuint/20100302elpepuint_10/Tes
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