Esta casa es una ruina...y lo seguirá siendo para muchos
Iván García | La Habana
Actualizado martes 09/03/2010 10:49 horas
Tome nota. El 67% de las viviendas en la isla están en regular o mal
estado. Casi todas las redes hidráulicas están deterioradas. Y producto
de filtraciones, se pierde casi el 65% del agua que se distribuye. Como
botón de muestra, la Ciudad de La Habana, donde más del 80% de los
edificios múltiples necesitan a gritos una reparación capital.
Si usted camina por las calles habaneras notará la falta de pintura en
las fachadas de casas y edificios. Ahora crucemos los dedos. En el
hipotético caso que a la ciudad la asolara un ciclón fuerza 5 o un
terremoto similar al que afectó a Haití o Chile, según Germán Delgado,
49 años, arquitecto, se desplomaría no menos del 50% del fondo
habitacional en la capital.
Antes de 1989, Papá Estado era el encargado de reparar edificios y a
precios módicos te vendía materiales de construcción. Eso fue hace mucho
tiempo. Ahora, el inútil Papá Estado está chocheando y con la soga al
cuello. Sus arcas están vacías. Lo que más puede ofrecer es arrendarle
un terreno o un local -si es o aparenta ser partidario del gobierno- y
usted se las apaña como puede a la hora de construir.
El 80% de los cubanos son "propietarios" de sus casas. Pero eso es sólo
en apariencias. Un espejismo estadístico. Un dueño de su vivienda no la
puede vender, y si se marcha del país, pierde el derecho a su propiedad.
Pero el momento crítico es cuando la persona decide hacer reformas
necesarias en su domicilio.
Por lo general, los inquilinos se deciden a reparar sus destartalados
hogares obligados por las circunstancias: para que el techo no se les
venga encima, poner una puerta o una ventana y urgencias similares.
Materiales de cierta calidad, como azulejos, pisos o muebles sanitarios
se venden en moneda dura. Y caros. Apunten. Si va arreglar una cocina de
tamaño mediano y necesita 15 metros de azulejos o mosaicos, debe contar
con 150 pesos cubanos convertibles o cuc (120 dólares), como mínimo. El
metro cuadrado de los azulejos mejores, cuesta 30 pesos cubanos
convertibles.
A continuación, abra de nuevo la billetera para desembolsar 90 cuc (75
dólares) si por ejemplo necesita 6 metros de losas para el piso de la
cocina. La cuenta ya suma 240 cuc (210 dólares). A esa cantidad, agregue
el gasto en tuberías, un fregadero nuevo y llaves o pilas de agua, que
bien podrían costarle otros 200 cuc (180 dólares). La guinda es el pago
a los albañiles, quienes cobran entre 6 y 8 cuc por el metro cuadrado de
enchape o colocación de azulejos.
Resumiendo. Para una cocina de medianas proporciones tiene que
desembolsar no menos de 800 pesos cubanos convertibles (740 dólares).
El punto es que en Cuba el preocupado y vigilante Papá Estado no le paga
a sus trabajadores en divisas. Sólo un segmento de asalariados, los que
laboran en turismo, telecomunicaciones o aeronáutica civil, ganan un por
ciento en moneda dura, que nunca sobrepasa los 35 cuc (32 dólares) al mes.
Es por ello que, salvo excepciones, ese tipo de reparaciones y
reconstrucciones, las pueden hacer los cubanos con FE (familiares en el
exterior). Gracias a esos dólares y euros, la gran mayoría de las
familias cubanas puede aspirar a tener una vivienda digna.
Los gastos no terminan con la cocina. Luego le toca el turno al baño.
Después, el resto de la casa. En Cuba se acostumbra a ir guardando parte
de las remesas con mil sacrificios enviadas por los parientes del
exilio, o de las divisas ganadas en el exterior por aquellos cubanos con
posibilidades de viajar o trabajar un tiempo en el extranjero.
Un detalle, importante. Papeles y comprobantes debe tenerlos bien
guardados y en regla, pues una avalancha de inspectores -la mayoría
corruptos- suelen chequear con frecuencia a las personas enfrascadas en
arreglos hogareños, para "detectar irregularidades".
¿Y qué hace Papá Estado? Nada. Solamente propaganda dura y pura en los
medios oficiales, sobre el número de casas que cada año reparan o
construyen. Pero pocos creen en esas noticias.
Hay familias que han perdido sus hogares por derrumbes o porque los
vientos huracanados de un ciclón arrasó sus casas. Muchos llevan años
malviviendo en sucios albergues estatales, más parecidos a una prisión
que a una morada. En el interior, la situación es aún más difícil, por
el gran número de viviendas de guano y madera.
Aparte de excesivamente caros, la variedad y la oferta de materiales
para reparar una casa, es poca. Y ni con dinero en mano encuentras los
azulejos, losas, lavamanos o inodoros adecuados. No me lo contó nadie.
Lo vivo en primera persona. Yo también estoy intentando reparar mi
desvencijado apartamento.
Esta casa es una ruina...y lo seguirá siendo para muchos | Cuba |
elmundo.es (10 March 2010)
http://www.elmundo.es/america/2010/03/09/cuba/1268149777.html
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