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Saturday, March 06, 2010

El testamento de Zapata Tamayo

El testamento de Zapata Tamayo
Sábado 06 de Marzo de 2010 13:43 Alberto Méndez Castelló, Las Tunas

"Mi sangre al servicio de la libertad y de la democracia de once
millones de cubanos que, al tratar de expresarse, por miedo se hacen más
encarcelados de lo que están", escribió Orlando Zapata Tamayo lo que
ahora bien pudiera considerarse su testamento político, en una
ensangrentada pieza de algodón.

"A mi hijo lo golpearon no una vez, sino muchas, porque nunca tuvo miedo
al exigir sus derechos", dijo Reina Luisa Tamayo Danger a DIARIO DE CUBA
pocas horas después del sepelio de Zapata Tamayo, mostrando una camiseta
blanca, de algodón, talla L, profusamente manchada, cual si hubiera
estallado un hemotórax directamente sobre ella.

"Yo he lavado ropa de Zapata, traída de la cárcel por Reina Luisa, tan
manchada de sangre o más que esa. Ya costaba trabajo quitarle las
manchas", dijo Araceli Vega Desdín, vecina de Reina.

En la espalda de la camiseta, en tinta negra, reza: "Hora 3:00 de la
tarde, ciudad de Holguín, Orlando Zapata Tamayo, quien fuera golpeado el
día 26-10-2009 por la policía política del dictador Fidel Castro y su
hermano Raúl, asesinos los dos".

Las palabras, el soporte en el que fueron escritas y el tono de su
expresión, sólo habrían significado una protesta carcelaria más si su
autor no hubiera rebasado la frontera de lo dicho a los hechos. Pero
ahora Orlando Zapata Tamayo está muerto, y sus palabras, su callado
suplicio y hasta el cerco al que fue sometido su funeral tienen el valor
del martirio.

"En el velorio ellos estaban cercados, sin apenas qué comer, porque la
policía no dejaba entrar. Entonces les dije [a las autoridades] 'yo vivo
aquí, déjenme pasar', y así fue como les llevé un poco de boniatos",
dijo Ramón Eloy Vargas Piñero, un amigo de la familia. "Boniatos y
espaguetis fue lo que comieron en el velorio de Zapata".

"La inmolación de este hombre, porque la suya fue una hombrada que muy
pocos se atreven a acometer, y menos todavía son los que cuentan con
valor para llevarla hasta el final, sin dudas va a repercutir en la
juventud cubana a medida que se conozca cómo ocurrió su muerte", dijo un
experimentado psicólogo.

"Los jóvenes se identifican con las proezas, los actos de martirio, esos
de valor y perseverancia extrema, y la muerte de un prisionero en huelga
de hambre entraña una aureola, irradia precisamente el espíritu de
rebeldía tan común en la juventud", añadió, vaticinando la conversión
del sufrimiento de Zapata en un mito.

Quizá el especialista no esté desencaminado, pues la tumba del
prisionero de conciencia —muerto el 23 de febrero al expirar en estado
séptico tras una huelga de hambre de 86 días—, situada bajo frondosos
pinos, justo a la entrada del cementerio, al sur del poblado de Banes,
tiene el aura misteriosa de lo prohibido.

El sepulcro, un humildísimo rectángulo de hormigón, levantado apenas 50
centímetros del suelo, se encuentra a la derecha y a la vera del sendero
que atraviesa el camposanto, entre la tumba de Julio Alfonso y el
panteón de la Familia Fonbellida. Tal vez más temprano que tarde se
convierta en destino de peregrinación, aunque este viernes 26 de
febrero, a poco más de 24 horas de efectuarse el funeral bajo rigurosas
medidas de seguridad, en Banes nadie hablaba en la calle del suceso, y
los escasos comentarios eran reticentes o, para decirlo de forma
gráfica, un reflejo de las palabras escritas por Zapata en su camiseta
ensangrentada.

Sin embargo, la situación de silencio puede revertirse en la medida en
que la gente obtenga información fidedigna y comience a comentarla.

Nadie lo ha dicho, pero es un hecho cierto: Este 24 de febrero el
general Raúl Castro cumplió dos años en la presidencia del Consejo de
Estado con un proceder innoble: impidiendo los funerales de un hombre
que prefirió la muerte antes que la sumisión.

En lo que constituye su testamento político, Orlando Zapata, un albañil,
sintetizó el acatamiento de la sociedad cubana, pero ese rendibú puede
quebrarse con su inmolación y las autoridades lo saben; por eso
impidieron acercarse a su cadáver.

Habrá que ver qué sucede cuando el discurso oficial termine de
desfondarse y la gente comience a pensar y a actuar por cabeza propia.
De hecho, ya muchos comienzan a despertar.

El testamento de Zapata Tamayo (6 March 2010)
http://www.diariodecuba.net/cuba/81-cuba/579-el-testamento-de-zapata-tamayo.html

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