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Tuesday, August 18, 2009

CARTA ABIERTA DEL DR. DARSI FERRER A LA SRA. CORONELA WALKIRIA: "YO SEGUIRÉ PRESO FÍSICAMENTE PERO SOY UN HOMBRE LIBRE DE ESPÍRITU Y DE CONCIENCIA"

CARTA ABIERTA DEL DR. DARSI FERRER A LA SRA. CORONELA WALKIRIA: "YO
SEGUIRÉ PRESO FÍSICAMENTE PERO SOY UN HOMBRE LIBRE DE ESPÍRITU Y DE
CONCIENCIA"
2009-08-18.
(www.miscelaneasdecuba.net).-

A: Sra. Coronela Walkiria
Jefa de la Oficina Nacional de Atención a la Ciudadanía del Ministerio
del Interior.

De: Dr. Darsi Ferrer Ramírez.

Prisión "Valle Grande", La Habana, Cuba. 10 de agosto de 2009.

Usted disculpe, pues no conozco su nombre completo ni tengo la certeza
de que los mencionados sean sus cargos o grados militares correctos, así
que no es por irrespeto sino por desconocimiento que la nombro de este modo.

Le escribo desde la Prisión "Valle Grande", donde estoy encerrado desde
el pasado 21 de julio, en condición de preso. No le pido clemencia ni
justicia, simplemente le recuerdo que soy un ser humano y deseo contarle
las injusticias que sufro por el mero hecho de preferir un sistema
político, económico y social distinto al vigente en nuestro país, y por
realizar una labor social independiente del Estado, a favor de que
mejore la difícil situación del pueblo cubano.

El jueves 9 de julio de 2009, para impedir que mi esposa y yo paseáramos
por el malecón habanero, un lugar público de nuestro país, a donde
invité públicamente a través de la Internet a otras personas que
desearan compartir sueños comunes, sin otra intención, la Seguridad del
Estado ordenó a la policía de la estación de Aguilera que nos
arrestaran, nos hicieran un registro en nuestra casa, decomisaran
algunos de nuestros bienes personales, y que más de ocho policías me
agredieran esposado, los que me provocaron lesiones corporales y uno de
ellos por poco me mata con una técnica de estrangulamiento.

Con mi esposa y yo detenidos en la estación, la policía puso a un vecino
que les sirvió de testigo en el registro a romperme la puerta de la casa
con una pata de cabra de su propiedad. De esto son testigos los demás
vecinos del barrio. Como no pudo, entonces el instructor de la policía,
Abigail Milán León, con número de chapa 36275, le dio una patada y la
rompió, en presencia de nuestro pequeño niño de 8 años de edad recién
cumplidos.

Me ocuparon durante el registro 2 sacos de cemento, 100 tiras de
planchuelas de hierro de 1,50 metros de altura y 2,5 cm de ancho, varios
pedazos de aluminio y dos ventanas de cristal y aluminio que desmontaron
de la pared interior de la casa y se las llevaron, dejando la casa a
expensa de que entre cualquier ladrón y mate o le haga daño a nuestra
familia.

Hace más de dos años tenía no 2 sino 5 sacos de cemento, un poco de
arena y algunos sacos de polvo de piedra. Estos últimos no fueron de
interés de la policía, los tengo tan escondidos que aún hoy la arena y
el polvo de piedra permanecen en un rincón del portal de la casa que da
a la calle, donde siempre los he guardado.

Esos pocos materiales de la construcción me los regaló uno de mis
pacientes, que le sobraron cuando terminó la reparación de su casa,
sensibilizado por mi precariedad financiera y por el mal estado de mi
casa. Es algo común en Cuba, como usted conoce, que muchos médicos
estemos obligados a resolver nuestros problemas personales con la
caridad de pacientes solidarios que cuentan con posibilidades.

Las dos ventanas que me quitaron de la pared, al igual que las cuatro
restantes y la puerta que están puestas en la casa, todas idénticas de
cristal y aluminio, me las regaló nuestro querido amigo Agustín
Hernández Lara, que además de la amistad era el profesor de Tae Kuon Do
de nuestro pequeño. Él las iba a poner en su casa, pero cuando le
confirmaron la salida del país, junto a su esposa Rebeca Villate y su
hijastro Pedrito, no solo nos regaló las seis ventanas y las puertas,
sino también el multimueble que tenemos en la sala y nos cambió el juego
de sala nuestro, en muy mal estado, por el de ellos que está un poco
mejor. Esto fue hace como un año, antes de que se marcharan para los
EE.UU. por reunificación familiar. Desde esa fecha están puestas en la
casa las ventanas y la puerta a la vista de todo el que pasa por el
frente, pues vivimos en una casa con portal a la calle.

Las planchuelas de hierro las compré a un herrero, como mismo han hecho
los millones de cubanos que tienen sus casas enrejadas. De eso hace más
de dos años, después que nos robaron el 13 de marzo de 2005 y de que
nunca aparecieran los malhechores ni los bienes perdidos, a pesar de la
denuncia que hice en la estación de Aguilera. Incluso en todo este
tiempo no logré reunir el dinero necesario para pagar la mano de obra
que cuesta ese trabajo, por lo que no había podido hacer las rejas que
le darían más seguridad a la casa.

En esta ocasión me negué al registro en mi domicilio porque unos 4 años
atrás, el 29 de noviembre de 2005, varios policías en un patrullero se
presentaron con una orden de registro, me decomisaron una laptó y una
impresora que me regaló un amigo checo, además de medicamentos que
recibo con frecuencia enviados por personas que residen en el extranjero
y que me las donan para que ayude gratuitamente a enfermos necesitados.

También me decomisaron literatura, recordando los tiempos de la Alemania
nazi, cuando los libros eran considerados armas nocivas y peligrosas.
Luego aquellos militares me dejaron una citación, de la que aún conservo
copia, para el otro día en la estación de Acosta. Al día siguiente los
oficiales no se presentaron en la estación y nunca supe de mis bienes ni
el por qué me los quitaron. No encuentro otro calificativo que no sea
robo para denominar esa acción realizada por los uniformados que
portaban una orden de registro.

Como antecedentes de arbitrariedades y atropellos que he sufrido por
parte de esa policía de Aguilera cuentan entre otros:

- El día 31 de agosto de 2006 una veintena de policías allanó mi casa y
me arrestaron sobre las 2:00 am de la madrugada, cuando me llevaron para
la estación de Aguilera y dejaron a mi niño solo en la casa y le
cerraron la puerta. Les pedí que lo llevaran conmigo y la respuesta fue
que a ellos mi hijo no les importaba, en aquel momento solo tenía 5
años. Un vecino vio lo que pasó y a esa hora llamó a otro, que no
menciono nombre por no perjudicarlos, y este tenía un carro, ambos
fueron a Lawton y buscaron a mi esposa, ella cuando entró a la casa
encontró al niño solito y la llave del gas del fogón abierta. Nuestro
pequeño es asmático severo.

- El 19 de marzo de 2005, en horas de la mañana el señor Alexander López
Meriño y otras 4 personas, invadieron mi domicilio y me agredieron
físicamente, uno de ellos llegó a herirme en la muñeca derecha con un
arma blanca. Este señor Meriño en ese momento era el jefe de servicio
del Partido Comunista en el municipio 10 de Octubre.

- Ese mismo día por la tarde, más de 80 personas vestidas de civil
entraron a mi casa y me sacaron a golpes hasta el medio de la calle.
Algunos utilizaron para agredirme porras de goma, de los conocidos como
tonfas, las que son armas oficiales de la policía. Ambos sucesos
ocurrieron a la vista de todos mis vecinos. En ningún momento la policía
tomó parte para cumplir su supuesto rol de proteger a los ciudadanos, a
pesar de la magnitud de los actos de los cuales fui víctima. Aún
conservo el certificado y fotos de las lesiones que me provocaron.

Precisamente uno de los integrantes de la turba agresora fue el señor
vecino, el mismo por el que supuestamente la policía me trajo para la
prisión por ofenderlo de palabra, después de que conocí que con una pata
de cabra de su propiedad intentó en este último registro romperme la
puerta de la casa, para que la policía entrara a efectuar el registro.
Esto fue delante de todos mis vecinos del barrio.

También en Aguilera fue donde acusé al señor Peña, un militar de alto
rango, que vive a unas manzanas de mi casa en la calle San Indalecio
esquina San Bernandino el día 21 de marzo de 2008, mientras caminaba con
mi pequeño niño me abordó en plena vía pública, me ofendió moralmente a
toda voz delante de las personas y me amenazó con agredirme físicamente,
sin razón alguna. Tengo copia de la denuncia, la que jamás procedió.

Este señor Peña tiene una pistola y con el nivel de impunidad que
disfruta perfectamente me da un tiro cuando quiera. Además, como puede
comprobarse fácilmente con las inmensas dificultades económicas que
atraviesa el país, este señor pasó los dos últimos años, descargando
decenas de rastras, "no sacos", de materiales de la construcción en su
casa y tenía una brigada de trabajadores particulares contratados y
pagados por su bolsillo para que le construyeran, lo que no se
corresponde con la llamada moral revolucionaria, y de hacerlo cualquier
otro cubano común, se adoptaría como un delito grave.

Después de terminada la reconstrucción, la casa del señor Peña es una
mansión de dos plantas y media, que abarca casi la mitad de la manzana,
y que no tiene parecido alguno con ninguna de las viviendas de su
entorno, y menos con la inmensa mayoría de las casas de los cubanos
trabajadores. Su residencia sólo se asemeja a las que son propiedad de
los burgueses y oligarcas de naciones capitalistas. Pero igual que con
la denuncia por amenaza y ofensas, tampoco ese señor es objeto de
registro o procesamiento penal, todo lo contrario.

En relación a la situación actual, el jueves 9 de julio de 2009 pasado,
en horas de la tarde, tenía planificado pasear por el malecón,
"casualmente" sobre las 12:00 pm del día aparecieron en la casa siete
policías en dos patrulleros uno de ellos con número de chapa 1187 con
una orden de registro, como explique anteriormente me negué al registro
por las razones descritas, nos arrestaron a mi esposa y a mí y
condujeron para la estación de Aguilera.

Soy el dueño de la casa y quien se negó al registro, el arresto de mi
esposa junto conmigo demuestra que la Seguridad del Estado mandó a
encerrarnos para que ninguno de los dos pudiéramos ir al malecón ese
día. A ella durante las once horas de arresto ni siquiera la entrevistaron.

En horas de la tarde vimos a varios policías entrar a la unidad con
algunos de nuestros bienes personales. Cerca de las 11:30 pm de la noche
nos dijeron que podíamos marcharnos. Cansado de tantos abusos me negué a
salir de la estación y le pedí pacíficamente a los oficiales que
acabaran de encarcelarme. La solución que buscó la policía fue caerme a
golpes para sacarme por la fuerza.

En medio del lobby de la estación más de 8 policías, encabezados por un
mayor que estaba de oficial de guardia superior, primero me esposaron
para luego emprenderla a patadas, puñetazos y empujones. De ese modo
violento me montaron en un patrullero y después a mi esposa, en el que
nos regresaron a nuestra casa. Un guardia apodado Camagüey fue quien más
se destacó en la golpiza, casi me mata cuando me aplicó en el cuello una
técnica de estrangulamiento. A esa hora fui al cuerpo de guardia del
Hospital "10 de Octubre", donde certificaron las lesiones corporales
provocadas por la brutalidad policial.

De regreso en la casa es que me comentan algunos vecinos que mientras
estábamos detenidos, el mismo vecino que el 19 de marzo de 2005
participó en la turba que me agredió salvajemente, esta vez tomó una
pata de cabra e intentó romperme la puerta para que entrara la policía a
mi casa.

Acción que me provocó ira y reaccioné gritándole algunas ofensas a ese
señor desde el portal de mi casa. Él ni siquiera abrió su puerta, que
está en la acera de enfrente.

A la semana siguiente, el sábado 18 de julio de julio de 2009 por la
mañana, mi esposa y yo viajamos a Pinar del Río por cuestiones
familiares. Regresando el lunes en la tarde y el martes 21 de julio de
2009 a las 7:00 am de la mañana me despertó el policía Abigail Milán
León con chapa 36275, junto a otros 3 policías con número de chapa
11370, 07827 y el tercero que dice que no tenía chapa, me pidieron que
los acompañara en el patrullero 1187 hasta la estación de Aguilera.

Allí me enseñaron unos papeles que no firmé y media hora más tarde ya
estaba preso, en esta prisión de Valle Grande, acusado, según me dijo
unos de los policías, de atentado a mi vecino, el mismo que con su pata
de cabra forcejeó la puerta de mi casa intentando romperla y que 4 años
atrás me cayó a golpes junto a otras 80 personas que me provocaron
lesiones físicas, y contra el cual nunca tomé represalias.

Más allá del circo montado por la Seguridad del Estado, para el que
utilizó a la policía de Aguilera, la razón por la que estoy confinado
detrás de estas rejas y muros, sobreviviendo en condiciones precarias,
es para castigarme por no dejar que me arrebaten mis sueños de libertad,
por aspirar que en nuestra nación la justicia, la equidad y las
oportunidades sean una realidad que permita a todos los cubanos la
posibilidad de una vida digna, por no permitir que me quiten la
esperanza. Y sobre todo para que la ley sea una sola y para todos por
igual, lo que no ocurre en el presente.

Mi situación no es exclusiva, simplemente representa un hecho más en
medio de un gran océano de injusticias. Si usted también considera que
por tener una opinión política distinta a la del gobierno debo sufrir un
trato discriminatorio, entonces tire este papel y encuentre el modo de
seguir viviendo sin cargo de conciencia. Pero si para usted tiene
significación el sacrificio de patriotas como José Martí, Máximo Gómez,
Antonio Maceo y muchos otros, que ofrecieron su vida por el pueblo
cubano, entonces investigue lo expuesto e influya en la situación de
otras tantas víctimas de injustificables arbitrariedades y atropellos.

Yo seguiré preso físicamente pero soy un hombre libre de espíritu y de
conciencia.

Dios la bendiga a usted y su familia,

Dr. Darsi Ferrer Ramírez.

Nota: De estos hechos y otros que no mencioné, pueden dar fe la inmensa
mayoría de mis vecinos, los que han sido testigos presenciales.

Dirección de nuestra casa: Calle San Bernandino, # 265, entre Serrano y
Durege, Localidad Santo Suárez, Municipio 10 de Octubre, La Habana, Cuba.

Nombre de mi esposa: Yusnaimy Jorge Soca.
Teléfono: 05-2732793

CARTA ABIERTA DEL DR. DARSI FERRER A LA SRA. CORONELA WALKIRIA: "YO
SEGUIRÉ PRESO FÍSICAMENTE PERO SOY UN HOMBRE LIBRE DE ESPÍRITU Y DE
CONCIENCIA" - Misceláneas de Cuba (18 August 2009)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=22320

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