2008-02-17. Página Personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente Cubano,
Miembro del Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano
Nadie se atreve a vaticinar, pronosticar, profetizar o adivinar si está
cercano el día en que se generen cambios estructurales en la sociedad
cubana. Sin embargo, Castro sigue ahí, detrás del trono en la dirección
de la cúpula marxistafidelista. Expresamente, dan fe de estas
aseveraciones las últimas declaraciones de Fidel, la farsa electoral del
20 de enero y la pasividad expectante de la oposición patriótica.
Por cerca de medio siglo y de manera temeraria se ha engañado y obligado
con presiones psicológicas, coacciones, la explotación de las
elementales necesidades y los irracionales temores para hacer creer con
expectativas engañosas, a los cubanos dentro y fuera de Cuba, que el
final de la dictadura es una realidad. Con todo, la dictadura continúa
en el poder.
Dicen que la esperanza es una necesidad para dar sentido a la existencia
misma, empero, a todas luces, el continuismo de la arcaica dictadura
marxistafidelista está en manos de Raúl Castro. Y con la muerte de su
hermano Fidel, llegarán tiempos tormentosos y muy delicados para los
cubanos que viven en la isla.
Si el caudillo Fidel, en Cuba no permitió la libertad individual y
colectiva; la autorealización y autodecisión; equidad e igual de
oportunidades; política social sin paternalismo y progreso; pluralismo y
descentralización; respeto por el medio ambiente y naturaleza; buen
gobierno y democracia, Raúl al frente de la "revolución cubana" no hará
significativos cambios hacia la auténtica democracia y libertad.
No es un secreto que existe una pacífica oposición patriótica cubana,
periodistas independientes y defensores de los derechos humanos, y que
sus activistas han sufrido por décadas un inescrupuloso trato injusto y
particular castigo sectario.
Con Raúl continuarán sufriendo sus métodos stalinistas de intimidación,
encarcelación, interrogatorios y juicios lacónico. Métodos célebres, que
han sentido en carne propia hombres y mujeres que han sido
vilipendiados, reprendidos y finalmente encarcelados en mazmorras
infernales después de ser sometidos a juicios sumarísimos con tribunales
carentes de garantía procesal, y posteriormente privados de la libertad.
Para el régimen, únicamente se trata de un asunto encaminado a
salvaguardar la soberanía de Cuba; para la oposición y sociedad civil
una sistemática violación a los Derechos Humanos.
Ya en los años noventa se aventuraban algunos a apostar por el derrumbe
de la dictadura, como Andrés Oppenheimer en su libro "La hora final de
Castro", que si bien es excelente en sus argumentos y compendio de
testimonios, en la práctica no fue acertado en su tesis.
La oposición patriótica debe convencer con acciones noviolentas activas,
dentro y fuera de Cuba, y trazar estrategias que faciliten ilustrar a la
generalidad de cubanos en la impostergable necesidad del establecimiento
de la democracia, como legítima forma para un gobierno racional, un
derecho que la dictadura le ha negado a la nación cubana durante 49 años.
Los que disienten del régimen, tienen por delante una tarea titánica, de
alto vuelo e imprevisibles peligros para los que residen en el
archipiélago. Y sobre todas las cosas, los líderes de la oposición y
sociedad civil deben reconocer con franqueza si ¿existen las condiciones
organizativas y de apoyo ciudadano para un cambio o transición hacia la
democracia en Cuba?
De ahí que me adhiera, a la muy oportuna y con sobradas razones, a lo
que afirma con sabiduría un artículo del periódico La Primavera de Cuba:
"Los hechos, los acontecimientos, las palabras y las cosas adquieren una
dimensión más cercana a lo real y más próxima a la búsqueda de la verdad
cuando pasan el tamiz de la pluralidad, la diversidad y el análisis
dinámico."
Sé que ahora no faltan los obsesivos que aseguran que el principio del
fin de la dictadura ya es un hecho y, que muy pronto retornará la
libertad y la democracia al archipiélago cubano. En lo personal no creo
en especulaciones oportunistas y razonamientos marrulleros, que sólo
entorpecen y embrollan a la opinión pública nacional e internacional, y
crea morbosas expectativas sobre una transición hacia la democracia.
Guardar silencio y hacer ojos ciegos a lo que hoy en día acontece en
Cuba, es ser cómplice de la dictadura marxistafidelista y de su
demencial terrorismo de Estado: como el fusilamiento de tres
adolescentes por el delito de intentar huir de la isla cárcel, el
encarcelamiento de 75 opositores cubanos en la Primavera Negra o el
sistemático acoso paranoico a las Damas de Blanco.
Sobre lo dicho en estas cuartillas y con sincero respeto, mi punto de
vista es que los medios de comunicación y las personas honestas deber
seguir de cerca los acontecimientos en la isla e iniciar sin demora una
pundonorosa cruzada internacional de apoyo a una pacífica transición
hacia la democracia y la libertad, para evitar en Cuba bestiales
acontecimientos como los eventos de Myanmar y otros países con gobiernos
dictatoriales. Tiene la palabra amiga, amigo. ¡NAMASTE!
Ciudad de la Eterna Primavera, febrero de 2008.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=14014
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