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Monday, February 18, 2008

Cuando la solidaridad es impuesta

13 de febrero de 2008

Cuando la solidaridad es impuesta

Oscar Mario González


LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - El martes l8 de diciembre
apareció, ocupando la última página del periódico Granma, un reportaje
que cuestiona a los choferes estatales por utilizar los vehículos
públicos como taxis particulares con el consiguiente beneficio económico
para ellos.

Estos carros, pertenecientes a empresas, organismos y otras entidades
del gobierno, tienen la obligación de trasladar gratis a las personas
cuyo destino coincida con la hoja de ruta o recorrido. Es decir cuando
no implique un desvió del itinerario trazado por la entidad a la cual
pertenece el vehículo.

Para que dicha orientación no dependa únicamente de la buena voluntad
del conductor, existen los inspectores estatales de transporte o
"azules" - por el color del uniforme que usan- cuya función es parar
los vehículos automotores ligeros y conminarlos para que transporten
pasajeros coincidentes con el recorrido y de acuerdo a las capacidades
disponibles.

Pero sucede que no pocos de estos choferes cobran el servicio de
transportación y los pasajeros abonan el importe de muy buen gusto
porque, ante la necesidad de resolver un asunto y a falta de transporte
público, la presencia de un carro, sea cual sea, constituye el remedio y
hasta la salvación. Ante la necesidad de llegar a tiempo a una consulta
médica, a la terminal de trenes, a una cita importante, en fin, a tantos
lugares y circunstancias como impone el mundo moderno tan enrevesado y
complejo, nadie se fija, nadie echa de ver en la procedencia de
vehículo. A nadie le importa si es privado o estatal. En ese momento la
urgencia anula cualquier otra consideración. Esto es, humanamente
hablando; no "revolucionariamente" porque esto último pertenece al mundo
"suprahumano" o "antihumano".

Según el reportaje que nos ofrece la periodista los entrevistados
reaccionan ofendidos al preguntárseles. "Solo piensan en su beneficio",
dice uno; "Es una violación enorme", arguye otro; "Duele ver que vayan
en la misma dirección y no te lleven si no les pagas", asegura un
tercero. "Es una desvergüenza y una falta de moral cobrar por lo que no
es tuyo", enfatiza otro más. En fin, los entrevistados muestran una
supuesta "indignación" no observada por mi en mis andanzas por las
calles de la Habana. Mis ojos y oídos detectan una existencia en que la
ilegalidad y el "invento" reciben tolerancia y justificación
generalizadas y el pronunciarse contra ellas es ser tenido por "chiva"
(delator) o por un tipo "fula" (en quien no se puede confiar).

Porque cabría preguntar: Acaso hay diferencia entre el bodeguero y el
carnicero que le roban parte de la cuota de arroz y del muslito de pollo
a la viejita del solar que vive únicamente de su pensión; entre el
panadero que echa casi la mitad menos de la masa que debe llevar el pan;
entre el cocinero y el "pizzero" que ponen menos carne y queso en el
bisté y la pizza, y el personaje que nos ocupa. Es que acaso no viven
todos los cubanos "inventando" y lo que es peor, "robándose" entre sí
además de robarle al estado.

Hay un gran culpable en esto de los choferes estatales que cobran el
pasaje, lo cual omite la prensa oficialista: el estado totalitario. La
incapacidad del totalitarismo trasplantado a esta Isla que en medio
siglo solo ha sabido deteriorar un servicio que antes de l959 funcionaba
eficientemente. El transporte en Cuba siempre fue envidia para el
continente. Desde los carros de tracción animal, los trenes urbanos, los
tranvías y los actuales ómnibus automotores

El cubano, como cualquier otro, está hecho de cal y arena, de luz y de
sombra, de altruismo y de egoísmo. A un pueblo que tiene como partera a
la miseria y la escasez no se le puede pedir muchas muestras de
desinterés y dadivosidad. Medio siglo de penurias pesan mucho. La
magnanimidad perenne es atributo de santos y mártires. Los cubanos, por
regla casi general, son seres comunes. Algo maleados por el comunismo.
Quizás. El comunismo todo lo daña, pervierte y envenena. Pero de buena
fibra y corazón noble. Téngalo por seguro.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/feb08/13a5.html

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