Correo al general Raúl Castro
OSCAR PEÑA
Debe leer estas líneas. No es una amenaza. Es un regalo de sinceridad
entre dos cubanos. Lamentablemente se ha ido implantando en el mundo la
dañina costumbre de expresar a los jefes y dueños sólo lo que quieren
oír. Fuera de Cuba algunos no se expresan por temor al cheque. Dentro de
la isla es peor ya que al ser el Estado dueño de todo no existen
opciones. Se vive con miedo real. Sume a lo anterior el hecho de que los
diputados a los diferentes niveles del país se seleccionan --como los
torpes policías que se buscan en las más lejanas montañas-- entre los
que menos generen ideas, piensen y más se parezcan a un robot, personas
que nunca estarán dispuestas a enfrentar las peligrosas e injustas
calificaciones de problemático, inmaduro, conflictivo, reaccionario,
burgués, gusano, revisionista, contrarrevolucionario, perestroiko o
disidente que han sido dadas a muchos cubanos por emitir opiniones
verdaderamente revolucionarias, nacionalistas y edificantes para el
país. Soy uno de ellos. Es por ello que, aunque se han cambiado caras
--y se vuelvan a cambiar algunas el próximo 24 de febrero-- con
representantes de nuevas generaciones dentro de la dirección del
régimen, no se alcanza la efectividad necesaria en la sociedad cubana
porque siempre los escogidos han sido y son perfectos repetidores de la
orientación superior del comandante en jefe. Ojalá sepa valorar usted
estas palabras en medio del desierto de temor y doble moral en que se ha
convertido nuestra patria hace tantos años.
Todos saben que ni aun los dedos de la mano son iguales y que usted
tiene sus características y formas diferentes. Hasta sus hijos se
perciben más libres en Cuba que los de Fidel. Es por ello que le hago
saber --aunque ya quizás usted lo sepa-- las grandes expectativas y
sueños que la sucesión de mando despertó en el pueblo cubano. Contrario
a la opinión de la mayoría de los estudiosos y analistas de la situación
cubana sobre que usted no puede llevar las riendas de Cuba por no tener
el carisma de su hermano Fidel, afirmo que no poseer esas
características es su virtud y sobre todo la más cercana y rápida vía de
salvación cubana para iniciar el urgente despegue del país. Carisma y
poder absoluto en una persona es lo peor que le pueda suceder a una nación.
Cada vez que alguien lo critica porque tiene la intención de guiar el
país en una dirección colegiada sin un líder máximo y supremo al que hay
que reverenciar y cumplir con su biblia política, considero que va por
el camino correcto. Los cubanos debemos modernizarnos y superar ese
viejo caudillismo. Hoy usted tiene la verdadera oportunidad de ser útil
a Cuba. No malogre esa nueva esperanza del pueblo cubano.
Todos dentro y fuera de Cuba se han percatado de que su papel como
sucesor se ha visto obstruido y limitado por la recuperación de su
hermano. Se entiende el respeto y consideración al hermano mayor y
fundador de esa empresa política, pero como la vieja fábrica que no se
moderniza y perfecciona al morir o retirarse el caprichoso líder, sigue
siendo incompetente y perdiendo seguidores. Seamos completamente
francos, todo ha sido al revés. No son los marines norteamericanos los
que han invadido Cuba, es el pueblo cubano el que está invadiendo el
territorio norteamericano por todas las vías, así como a otros países.
La deserción, loterías de visas, reunificación, balsas, pagar salida en
lanchas, etc., es la meta del pueblo cubano.
Es muy penoso lo que está sucediendo, y dentro de Cuba se quiere tapar
el sol. No es sólo la ley de ajuste cubano la culpable, sino la
permanente política de cierre nacional para toda iniciativa. La
dictadura cubana de estos 50 abriles con sus prohibiciones ha tirado al
mundo a magníficos ciudadanos cubanos. Es muy triste observar el
desgarramiento de nuestra sociedad.
La nación cubana necesita de cívicos y constructivos intercambios. Hace
más de 20 años estamos expresando y abogando por resolver los problemas
de Cuba entre cubanos. En 1990 propusimos un encuentro nacional entre
las partes del país, una solución entre cubanos, buscando implantar no
el capitalismo, ni el comunismo salvaje, sino el socialismo democrático.
¿Por qué Chile y Costa Rica pueden tener cuidado de la salud y educación
con libertad y nosotros no? Siempre hemos sido disidentes con
redundancia política de solución entre todos. Cuba no es una competencia
con perdedores y ganadores. Todos somos perdedores porque es nuestra
patria la que está perdiendo.
Por último, comprenda que la generación histórica de la revolución está
desapareciendo, el tiempo apremia a sus fundadores si quieren recibir un
agradecimiento por guiar o facilitar los cambios que la vida hará de
cualquier modo. Hace 24 meses expresé que retirar a su hermano con 80
años en una finca era una solución cubana. Hoy con más edad y enfermo y
seguir obstaculizando el camino resulta extremadamente penoso para los
cubanos y sobre todo para usted. ¿De qué vale que no acepte cargos
nominales si sigue condicionando el rumbo de Cuba desde las sombras?
No comments:
Post a Comment