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Saturday, December 23, 2006

Premisas a discutir (I)

Premisas a discutir (I)
2006-12-23
Por Roberto Simeón.

I Cuba es soberana por historia y por derecho

Por historia, porque sus hombres más esclarecidos y su pueblo así lo han
proclamado, y han pagado el precio que ha sido necesario por el
ejercicio de ese derecho.

Por derecho, ya que hemos plasmado a través de nuestro proceso histórico
en las constituciones nuestra soberanía no condicionada. En la de 1901,
bajo la ocupación norteamericana y por imposición de su ejército,
tuvimos que aceptar un ignominioso apéndice --la Enmienda Platt--
repudiado por el pueblo y por nuestros próceres indignados.

Constitución de 1940

En nuestra Constitución de 1940, indiscutible producto de Asamblea
Nacional Constituyente Soberana, se estableció como fundamento la
soberanía del pueblo. Por ende, del estado en que éste se constituye
para su relación con los otros estados. Esta soberanía del estado
nacional consecuentemente se proclama, por supuesto, sobre los bienes de
la nación y como fundamento de su política económica. A ese efecto
citamos del texto constitucional lo siguiente:
Artículo 2: La soberanía reside en el pueblo y de éste dimanan todos
los poderes públicos.
Artículo 3, párrafo 3: La República no concertará ni ratificará pactos
o tratados que en alguna forma limiten o menoscaben la soberanía
nacional o la integridad de su territorio.
Artículo 7, párrafo 1: Cuba condena la guerra de agresión, y aspira a
vivir en paz con los demás estados y a mantener con ellos relaciones y
vínculos de cultura y comercio.
En el Titulo VI, Del Trabajo y la Propiedad, aparece un amplio
desarrollo específicamente sobre el tema que motiva este artículo. El
trabajo es un derecho inalienable proclamado por la Constitución y
demanda al estado que provea los recursos necesarios para que cada
persona pueda ejercer ese derecho.
El Artículo 87 dice: El estado cubano reconoce la existencia y
legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función
social.
El Artículo 88 establece que el subsuelo pertenece al Estado
El Artículo 90 proscribe el latifundio.
Y en cada paso nuestra última constitución legítima proclama que la
economía ha de estar al servicio de la sociedad.

Por historia, sin extenderme en la proyección del pensamiento cubano, al
objeto de este artículo sólo me refiero a lo que considero imprescindible.

La voluntad de afirmación nacional del pueblo de Cuba ha sido casi
obsesiva en su historia; así ha reafirmando su soberanía, no enajenable
por ley alguna, y mucho menos por un proyecto extranjero.

Cuando se constituyó la Liga de las Naciones, al concluir la Primera
Guerra Mundial, nuestra voz enérgica se hizo escuchar para proclamar la
soberanía de las naciones y la ilegalidad de la injerencia extranjera en
los asuntos internos de cada una. Cuando se formó la Organización de las
Naciones Unidas, al concluir la II Guerra Mundial, Cuba rechazó el
derecho al veto de las grandes potencias y el ejercicio de la fuerza
para dirimir los conflictos internacionales. Se opuso también a
reconocer el estado de Israel sin reconocer un estado palestino porque
ello provocaría un conflicto in crescendo de consecuencias impredecibles.

Proyecto nacional

Fundamentados en esos principios y en la constante histórica, los
cambios políticos en Cuba han de realizarse por los cubanos y mediante
un proyecto nacional. Así lo hemos hecho siempre los que sentimos la
patria "de todos y para el bien de todos". Hemos rechazado la injerencia
extranjera y aspiramos al regocijo de recibir la solidaridad de los
pueblos hermanos, a los que Martí llamó Nuestra América, o nuestro
pueblo, porque no somos más que uno, y nuestra desdicha fue nuestra
desintegración.

En la primera guerra por nuestra independencia recibimos la
solidaridad de los pueblos de Nuestra América y del incipiente
movimiento obrero norteamericano que hacía suya nuestra causa según
comenzaba a conocer nuestro empeño libertario. Chile nos brindó su
colaboración sin condiciones, Bolívar y Páez su espada y su vida después
de la obra ciclópea de libertar pueblos de Suramérica sin condicionar su
libertad. En México el Presidente Guadalupe Victoria ofreció toda su
colaboración real y efectiva al Comité constituido por cubanos y otros
hombres de Nuestra América sin condicionar la sociedad que se pretendía
crear enarbolando la bandera de la libertad. En aquella situación el
gobierno de Estados Unidos ejerció la fuerza de su poder naciente,
boicoteando o impidiendo el proyecto bolivariano y paralizando la
solidaridad de Guadalupe Victoria. Eran los tiempos que creían que "la
fruta estaba madura y España decadente."

En nuestra segunda guerra por la independencia, inspirada en la ética
política de Varela y la visión profética de Marti, se pretendía
libertar dos islas en el Mar Caribe que reclamaban soberanía y libertad,
Cuba y Puerto Rico, ofreciéndole hogar y respeto a todo español que
amara la libertad. Cubanos, puertorriqueños, españoles -Miró Argenter-
dominicanos -Máximo Gómez- norteamericanos -Henry Reeve- y muchos más
llegando hasta de la vieja Europa; todos en uno ofrecieron su espada y
la vida por el nacimiento de un pueblo soberano sin condicionar su
aporte generoso. En la fase final de la guerra que ya vislumbraba el
triunfo, el gobierno de Estados Unidos intervino y ocupó Cuba, Puerto
Rico y Filipinas. El pueblo norteamericano había tomado partida por la
lucha independentista y el gobierno norteamericano decidió el retiro del
ejército de ocupación, pero nos impuso la Enmienda Platt.

La Revolución Auténtica

Algo más de treinta años costó a nuestro pueblo librarse de la
Enmienda Platt. El 10 de septiembre de 1933 se constituyó el Gobierno
Revolucionario liderado por el Dr. Ramón Grau San Martín y el Dr.
Antonio Guiteras Holmes -el primero hijo de españoles nacido en Cuba, el
segundo nacido en Estados Unidos de padre emigrante cubano y madre
irlandesa- después de anular el ingerencismo norteamericano al tratar de
imponer "el gobierno mediacionista" en sustitución del gobierno del
General Machado que se desplomaba por la acción popular y la clase
obrera. Ese mismo día el Presidente desde el balcón del palacio
presidencial, ante el pueblo revocó la enmienda impuesta que lesionaba
gravemente la dignidad y soberanía nacional.

El gobierno revolucionario fue breve -120 días apenas- pero en ese
breve término se consolidó el pensamiento revolucionario, se ofrecieron
los instrumentos necesarios a la clase obrera para ser protagonista del
destino nacional y se proyectó una orientación social.

Los factores regresionistas que ocuparon el poder al caer el gobierno
revolucionario no pudieron impedir que el proceso conformara sus
características propias, las cuales se institucionalizaron en la
Constituyente Soberana de 1940 y crearon una convivencia democrática que
hicieron posible el acceso al poder de gobiernos democráticos
comprometidos en el proceso libertario que pugnaba por protagonizarse en
Nuestra América.

Los presidentes Auténticos, Ramón Grau San Martín primero, y Carlos Prío
Socarrás después, fueron ejemplo del respeto a las libertades ciudadanas
y de solidaridad con los pueblos que reclamaban el ejercicio de los
derechos sociales y políticos. En nuestros pueblos y en la Organización
de Naciones Unidas que recién se creaba, Cuba, miembro fundador, mostró
su compromiso con la libertad y el rechazo de la hegemonía que imponían
las cinco potencias dominantes con el derecho al veto.

El Proceso Revolucionario Cubano Pierde su Cauce

Un golpe cuartelario en el que aparecía como jefe "un sargento llamado
Batista" destrozó el régimen institucional. Sin condiciones, el gobierno
norteamericano lo reconoció como legitimo, y le brindó su apoyo hasta
que la creciente lucha popular lo hizo insostenible.

Los sectores económicos dominantes en Cuba y el gobierno de Estados
Unidos viabilizaron que el sector menos políticamente ideologizado
asumiera el poder. No se alcanzaba a comprender que las fuerzas
populares, motivadas por la ruptura que se acababa de producir, eran
capaces de vencer su frustración y de creer que los valores del proceso
histórico revolucionario cubano eran entonces realizables.

Muy pronto el nuevo régimen surgido fue fragmentando la sociedad
cubana. Los cómplices de la dictadura emprendieron la fuga, y sus
familias fueron hostigadas; los sectores económicos dominantes, bien por
idealizar la sociedad norteamericana, o por estar vinculados a los
intereses de la misma, emprendieron la emigración, cosa que pensaban
temporal porque "el gobierno de los Estados Unidos no permitiría un
gobierno no dependiente a 90 millas de sus costas".

El gobierno que asume el poder al desplome de la dictadura de la que
era titular el General Batista muy pronto manifestó su carácter
unipersonal. Se produjo un enfrentamiento ideológico con los
revolucionarios que sustentaban un programa histórico. Por una parte
obró la presión de las empresas y del sistema financiero transnacional,
y por otra, la de los grupos sociales desplazados que pretendieron
asumir --sin éxito-- el liderazgo de la oposición.

Se produce un enfrentamiento ideológico con los revolucionarios que
sustentaban un programa histórico.

El Comandante en Jefe de la Revolución -título que sibilinamente
comenzó a emplear el partido estalinista al referirse al Dr. Fidel
Castro- define en los primeros tiempos que la revolución cubana es verde
como nuestras palmas. Más tarde se proclamaría marxista-leninista bajo
la tutela de la Unión Soviética en la Constitución de 1976; al
desplomarse la URSS se suprime la normativa constitucional, y sin el más
elemental rigor teórico, se afirma que la República de Cuba es
marxista-leninista martiana. Proceso variante e inconsistente del actual
gobierno que ha producido, primero, una fractura grave de la sociedad
cubana, después una creciente alienación y frustración de la misma.
Incrementada ésta por la propaganda anti-nacional financiad, la
asistencia a grupos armados, y el bloqueo financiero y comercial
impuesto, condenado por la Organización de Naciones Unidas en múltiples
ocasiones y por sectores sociales y personalidades internacionalmente
reconocidos.

Un Proyecto Ingerencista

Hoy en Cuba y en la emigración se vislumbra un proceso de cambio; la
alienación y la frustración comienzan a retroceder, pero la enajenación
persiste. Se pretende abortar este tenue amanecer por el publicitado
proyecto del actual gobierno de Estados Unidos presentado para ayudar a
lo que el Sr. Bush llama "transición política". Proyecto elaborado por
un grupo de funcionarios de Norteamérica denominado "Comisión de Ayuda a
una Cuba Libre" que propone incentivos a un nuevo gobierno y
financiación para ciertas organizaciones que pudieran apoyar el plan en
un programa de dos años por un monto de 80 millones de dólares,
previéndose aumentarlo en $20 millones para el año 2009. Además,
aumentar el presupuesto que se dedica a las campañas políticas radiales
y televisivas contra el gobierno actual de Cuba y a opositores que no
comulgan con las orientaciones normadas por Washington.

El proyecto en su plan de ejecución pretende rastrear el destino de las
exportaciones cubanas, prohibirlas o dificultarlas y prohibir el envío a
Cuba de remesas de cubanos trabajadores desde Estados Unidos. Quizás
muchos no pueden comprender la razón de la insistencia de los gobiernos
norteamericanos en mantener una política de bloqueo que no ha dado
resultado durante mas de cuatro décadas.

Se da publicidad a cada desertor, ficticio o real, del régimen de Fidel
Castro, y a cada episodio trágico o feliz de cada grupo de emigrantes
que llega por vía legal. Pero los cientos que llegan conforme a los
tratados vigentes entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba no
motivan los reportajes periodísticos.

Los sostenedores de esa política consideran que la misma ha de producir
una explosión social en protesta a las duras condiciones de vida
consecuencia del bloqueo. Se manifiesta así una vez más el
desconocimiento de la historia y la sicología social, ofreciéndose
además una situación creada por una potencia extranjera como
justificación al régimen totalitario y a sus reiterados errores,
ineficiencia y descomposición social en las instituciones
administrativas y empresas de producción y de servicio.

Este proyecto, en el mejor de los casos, es ceguera e incultura
histórica que los hace desconocer la psico-sociología de nuestro pueblo,
y... que se repita un fatalista adagio popular: "Más vale malo
conocido que bueno por conocer". O puede ser que se pretenda, como
sucedió en 1948 y 1961 abortar un movimiento de reencauzamiento de la
revolución cubana que se está emprendiendo.

Si este proyecto en primer término no manifiesta el menor espíritu de
solidaridad con los que trabajan, viola la dignidad nacional al no
respetar la dignidad del pueblo cubano que históricamente no ha tolerado
ayuda condicionada.

El proyecto pretende la restauración de bienes privados a empresas,
personas, sucesoras o herederos de bienes sin acción legal previa que
justifique su adquisición, y demuestre que no afecte un interés o
servicio social. Pretende establecer que la institucionalidad social,
económica y política no entre en contradicción con la de Estados Unidos
y sus intereses. Sobre estas seguridades previas al sistema empresarial
y el gobierno de Estados Unidos versa la primera sección del capítulo
secreto dado a conocer a personas y entidades beneficiadas para que
ofrezcan su apoyo al proyecto.

La segunda sección es seguramente las garantías que se le brindarán a
funcionarios y militares que pudieran sumarse el proyecto de Washington
y sanciones para los que lo rechacen. El proyecto, de más de 90
páginas, involucra más de 100 funcionarios de 17 agencias y dependencias
federales bajo la autoridad de Caleb McCarry, designado por el
Presidente Bush encargado del proyecto, el cual ha de presentarse
mediante el Proyecto de Ley denominado "Promoción de la democracia".

No obstante, para nosotros no es lo importante discutir el articulado
del proyecto y analizar cuán distante o coincidente pueda ser un
proyecto sobre el destino político de Cuba. Creemos firmemente en la
necesidad histórica de trabajar crecientemente por una activa
solidaridad de los pueblos todos, y muy especialmente los llamados
pueblos latinoamericanos por lograr una sociedad en que la persona pueda
ejercer su plena libertad y los pueblos su soberanía. Trabajamos por
que la persona y los organismos en la base social sean el fundamento de
una democracia real.

Reencauzar la Revolución Cubana

En nuestro quehacer social reiteramos que los cambios políticos en Cuba
han de realizarse por los cubanos mediante proyecto nacional. Por tanto,
nos sentimos en la obligación de rechazar toda ingerencia de gobierno
alguno en nuestra realización histórica, y recibimos agradecidos la
solidaridad que nos brindan organismos de las bases sociales de cada
pueblo. Hemos sido solidarios y seguiremos siéndolo, trabajamos para
reencauzar el PROCESO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA, y continuaremos dentro de
nuestras posibilidades colaborando por el logro en libertad y justicia
de la integración económica y política de Nuestra América.

Fuimos solidarios en las guerras bolivarianas, combatiendo hombro con
hombro junto a Bolívar. Nuestros hombres combatieron junto a Washington
y nuestras familias aportaron recursos a su gesta por la independencia.
En la Revolución Mexicana estuvimos presente junto a Carranza, y
fuimos solidarios al gobierno y al pueblo cuando el crucero Cuba llegó
a puerto mexicano con el propósito de proteger y salvar la vida al
Presidente Madero y sus acompañantes.

Constantes de la conducta de nuestro pueblo en su devenir y de las
normas de derecho que lo sustentan han determinado que Cuba es soberana
por historia y por derecho. Fundamentados en esta determinación
rechazamos el proyecto ingerencista de la Administración Bush en
pretender intervenir en la sucesión, transición o proceso de cambio que
pueda ocurrir en Cuba a corto o mediano plazo.

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=6392

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