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Sunday, February 07, 2016

Los viejos amigos de Europa

RAÚL RIVERO: Los viejos amigos de Europa

Un sector de la prensa francesa ridiculizó a un nieto de Raúl Castro
Los opositores fueron la referencia de los líderes europeos de la democracia
Los hombres y mujeres de Europa quieren una vía directa a los
ministerios y al puerto del Mariel
RAÚL RIVERO

Madrid – Un sector de la prensa francesa hizo bromas y ridiculizó a un
nieto de Raúl Castro que trabaja como escolta por romper el protocolo en
su obsesión por protegerlo durante su reciente visita a París. Pero la
gran prensa gala ni criticó, ni ridiculizó la obsesión de François
Hollande por respetar las normas protocolares y recibir como un hermano
de causa al jefe de una dictadura militar.

Esos episodios no se quedan en la anécdota. Son un símbolo del poder
político, las cómodas y amplias poltronas de los palacios y el dinero
–incluido el dinero ajeno– suelen tener más fuerza y eficacia que el
paso callado del tiempo para nublar la memoria y disolver los
compromisos ideológicos, la fraternidad y la solidaridad. Lo saben muy
bien los dirigentes y los activistas de la oposición pacífica cubana,
los periodistas independientes y los escritores y artistas que, allá en
la isla, se enfrentan a la dictadura.

En los últimos años, los demócratas europeos que habían sostenido
durante muchos años, desde 1996, por ejemplo, una actitud crítica ante
el castrismo, comenzaron a enviar con gran entusiasmo comisionados
especiales con maletines a La Habana y a viajar ellos mismos con todas
sus medallas de oro y certificados.

Han ido con todo el oropel de sus altos cargos a buscar espacios y
huacas para sus inversores, como si su nueva misión de representantes de
la libertad y el progreso fuera sacar al régimen de su agonía y hacer
capital sobre sus ruinas.

Las asociaciones de cubanos que trabajan en Cuba con la policía política
en los techos de sus casas, los amigos que antes recibían mensajes y
apoyos directos y públicos, pasaron de pronto al olvido. Darles un
saludo o hacerle una seña de afecto se convirtió en un pecado que no
quieren cometer para que sus anfitriones no los quiten de sus listas de
probables socios.

Los opositores, los que trabajan por cambios reales y definitivos en la
isla fueron, en un tiempo pasado, la referencia de los líderes europeos
de la democracia. Ahora son unos conocidos molestos y erizados de
peligros cuyos números de teléfonos y direcciones postales hay que
borrar de las agendas que los agentes del gobierno le revisan en los
hoteles o en las casas de visita donde los hospedan.

Los visitantes del viejo continente no quieren ni pasar por las calles
donde se manifiestan las Damas de Blanco, los ex presos políticos y los
defensores de derechos humanos y son arrestados o golpeados y humillados
por brigadas de fanáticos paramilitares y guardias disfrazados de
ciudadanos.

No. Los hombres y mujeres de Europa, convidados por la dictadura,
quieren una vía directa a las sedes de los ministerios y al puerto del
Mariel, sin tener que tropezar con las enojosas figuras de sus antiguos
amigos que son, de todas formas y a pesar del olvido voluntario, el
dinero y las butacas de mando, la insignia de la democracia en aquel país.

Poeta y periodista cubano.

Source: RAÚL RIVERO: Los viejos amigos de Europa | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article58680463.html

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