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Thursday, March 05, 2015

Las secuelas del fidelismo

Las secuelas del fidelismo
marzo 4, 2015
Verónica Vega

HAVANA TIMES — Viendo una película cuya trama se desarrolla en la
Alemania nazi, observaba cuánto se parecen las autocracias: parten de un
supuesto sentido del bien, distorsionado, y para establecerse manipulan
esa sustancia común que tienen los sueños humanos (justicia, igualdad),
activando a la vez los egoísmos más básicos (instinto de conservación,
necesidades físicas, ansias de confort, vanidad… etc.)

Y como todos queremos ser correctores de otros y no corregidos, siempre
que nos vaya bien, es muy fácil asumir que los desfavorecidos en tal
orden de cosas, tienen la culpa de su propia desgracia.

Confieso que todavía me sorprende encontrar que algunos cubanos vean la
inhumanidad inherente al fascismo con lucidez absoluta, y al mismo
tiempo defiendan con devoción sincera el fidelismo, que es realmente lo
que se desarrolló en Cuba bajo el falso nombre de "socialismo".

Rehúsan aceptar el hecho de que defienden un sistema cuyo propósito no
fue jamás la libertad de los cubanos sino el control de su voluntad, la
anulación del individuo y no su empoderamiento. Sé que muchos no estarán
de acuerdo pero hasta las acciones altruistas iniciales, desplegadas con
gran bombo, contenían una gran dosis de histeria, de manipulación y
extorsión. Eran performances de bondad de esa revolución que reclamaría
a cambio incondicional servidumbre.

La ignorancia, la falta de objetividad y de discernimiento, la estrechez
mental, el escepticismo o hasta el miedo a la diferencia, todos
productos de un discurso único, del aislamiento y la falta de
referencias, la estigmatización política y sus consecuencias tangibles,
son remanentes de ese fenómeno del que fuimos por medio siglo testigos y
cómplices. Como actores de una sugestión masiva hemos venido
despertando, cada uno a su ritmo particular.

Entonces, por más que la decadencia circundante, las angustias de la
supervivencia y la incongruencia de salarios y precios, programas de TV
donde jamás aparece la dura realidad de los cubanos, nos griten el
fracaso del largo experimento (en el que a muchos ya se les fue la
vida), entiendo que todavía, por vergüenza u obcecación, haya quienes se
adhieran a lo que defendieron durante años.

Lo que me resulta incoherente, y sobre todo, me asusta, es que personas
que disienten desde una izquierda que se autoproclama verdaderamente
comprometida con el bien común y la democracia, que han convertido en
causa personal el reclamo de algunas minorías discriminadas, reaccionen
con violencia verbal y usen calificativos despectivos para responder a
cualquiera que ante determinado aspecto de la realidad (política o no),
piense diferente a ellos.

Es el momento en que me cuestiono cuál es el concepto de humanidad de
esos activistas, y si ser defensores de unas minorías lo traducen como
derecho a discriminar a otras minorías, o mayorías tal vez. Es el
momento en que veo la sombra del autoritarismo que nos han inculcado, en
su propia contraparte, y me pregunto qué sería de Cuba si por un golpe
del destino tuvieran acceso al poder.

Básicamente sería como cambiar de amo. Lo he visto en artículos y
comentarios de Havana Times, intervenciones que parecen más vómitos que
argumentos, y resulta aterrador que después de tantos años de fanatismo
político, de intolerancia y de injusticia, puedan convertirse en la
causa de más injusticias disfrazadas.

Se ha dicho que sólo se conoce bien a alguien cuando se combate en su
contra. Porque es en los conflictos, con el ansia de ser comprendido o
de prevalecer, de conciliar o de subyugar, que asoma la verdadera
naturaleza de las personas.

Pero así como es de simple que "el respeto al derecho ajeno es la paz",
y ese derecho implica expresar una opinión diferente, el respeto con que
esas diferencias se expresen y se escuchen, revela las intenciones de
los que debaten. Determina las probabilidades de consenso y la garantía
de que las nuevas propuestas sirvan para articular una sociedad
verdaderamente plural.

El respeto es la primera premisa para no reproducir una versión del
fidelismo que ha despedazado a Cuba y del que, apenas empezamos a
recuperarnos.

Source: Las secuelas del fidelismo - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=104180

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