La crisis de Venezuela vista por la prensa oficial cubana
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 1 de Junio de 2017 - 11:04 CEST.
El pasado martes 23 de mayo la periodista Irma Shelton Tase, del 
Noticiero de la Televisión Cubana, consideró relevantes las 
declaraciones de Carlos Aquino, miembro del Buró Político del Partido 
Comunista de Venezuela. Al comentar el crecimiento de las protestas 
sociales en su país, el funcionario afirmó que "la solución a esa 
escalada (…) no pasa por la conciliación de clases". Luego añadió: "como 
dice una de nuestras consignas, 'la paz se conquista derrotando a los 
fascistas, no conciliando con ellos'".
En el resto del reportaje, Irma Shelton no mostraba ningún reparo en 
calificar a opositores venezolanos apresados como "terroristas", a Hugo 
Chávez como "comandante eterno" y a las manifestaciones como 
"fascistas". Una coincidencia retórica que no debe sorprender entre el 
funcionario comunista venezolano y la periodista cubana.
En su libro LTI La lengua del Tercer Reich, el filólogo alemán Victor 
Klemperer afirma que el lenguaje del nazismo está caracterizado por su 
pobreza, y que fue Mi lucha, el libro de Adolfo Hitler, la obra que se 
encargó de perfilarlo. Klemperer, un judío que sobrevivió el holocausto 
merced a estar casado con una alemana "aria", señala que fue con el 
ascenso al poder del nacional-socialismo que aquel lenguaje de grupo se 
convirtió en lenguaje de todo el pueblo; "es decir, se apoderó de todos 
los ámbitos públicos y privados: de la política, de la jurisprudencia, 
de la economía, del arte, de la ciencia, de la escuela, del deporte, de 
la familia, de los jardines de infancia y de las habitaciones de los niños".
Un "lenguaje común" necesita también la transformación grosera de la 
realidad. Quienes seguimos con interés lo que pasa por estos días en 
Venezuela vimos el pasado 8 de mayo cómo la periodista Juana Carrasco en 
un artículo de Juventud Rebelde asimilaba la carrocería blindada de un 
vehículo militar a las proporciones de un carro policial para denunciar 
que "Manifestantes violentos queman carro policial en Caracas".
Pero el destaque periodístico de estas "jornadas venezolanas" lo ha 
tenido la periodista Alina Perera Robbio. Por su eficiencia, fue llevada 
como enviada especial a aquel país y sus noticias aparecen 
indistintamente en los diarios Granma y Juventud Rebelde.
Con titulares como "Parece cumplirse la profecía de Bolívar" o 
"Venezuela asesta duro golpe a los terroristas", Perera Robbio 
entremezcla la sublimación de la clase política chavista con la 
criminalización del antagonista. Elementos claves de una jerga que, 
descrita por Klemperer, no solo ocupa todos los espacios del ámbito 
público y privado de una nación, sino que consigue quebrar las fronteras 
nacionales y enyuntar regímenes políticos análogos.
En este ambiente se decretan hermanamientos imposibles y se induce la 
asimilación doméstica de sujetos extraños. En una entrevista que Alina 
Perera Robbio le hiciera días atrás a Roberto López Hernández, 
viceministro de Comercio Exterior de Cuba para atender las relaciones 
bilaterales con Venezuela, el funcionario describió los vínculos entre 
Fidel Castro y Hugo Chávez como "de padre a hijo, de amor profundo". 
Respondía así a un cuestionario en el que la "enviada especial" indagaba 
sobre la personalidad de Hugo Chávez con preguntas como: "Él era poeta, 
filósofo, muy sensible. ¿Tuvo oportunidad de apreciarlo en esas 
facetas?" o "¿Lo vio triste alguna vez?".
Para la población cubana, gracias a la acuciosa trama tejida por los 
redactores oficiales de noticias, es desconocido el nombre de Luisa 
Ortega, la fiscal general chavista que denunció la ruptura del orden 
constitucional acometida por Nicolás Maduro. Del mismo modo es 
desconocida la naturaleza de la violación constitucional con la que el 
presidente venezolano busca imponer una Constitución propicia a sus 
afanes autoritarios. Omiten recordar nuestros cronistas oficiales que la 
situación actual tuvo como antecedentes que el 64% de la población del 
país suramericano votó a favor de la Mesa de Unidad Democrática en 
diciembre de 2015, llevando al poder legislativo una mayoría 
sorprendente de miembros de esa agrupación política.
La "lengua común" no es nada sin la omisión permanente. Para ser 
asimilada del modo simple que reclama, la "lengua común" necesita omitir 
todos los elementos que pueden convocar la reflexión, el criterio y la 
inteligencia. La realidad necesita aparecer, ante sus consumidores, 
diáfana y simple.
Source: La crisis de Venezuela vista por la prensa oficial cubana | 
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1496176931_31521.html
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