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Friday, May 09, 2014

Las remesas y las zánganas y zánganos patrios

La denuncia de hoy, Remesas, Exilio

Las remesas y las zánganas y zánganos patrios
Las remesas caen del aire para el régimen, sin ensuciarse las manos, sin
sudar neuronas, sin tener que exportar médicos, deportistas y asesores
Félix Luis Viera, México DF | 08/05/2014 4:15 pm

Según un informe de The Havana Consulting Group, las remesas enviadas a
Cuba en 2013 por los exiliados y cubanoestadounidenses superarían en un
6,53 % la cifra del año anterior, que fue de 2.605 millones de dólares y
era ya era una cantidad inmensa (supongo que en estas cuentas no está
incluidos los billetes que van en los bolsillos de los emigrantes que
visitan la Isla). Este monto supera por mucho, por ejemplo, a la dádiva
bolivariana a la Isla en lo que se refiere al petróleo; así como los
ingresos por el turismo o la exportación del azúcar de caña o la
industria del níquel, según el estudio citado.
Y caen del aire para el régimen: sin ensuciarse las manos, sin sudar
neuronas, sin tener que exportar médicos, deportistas o asesores de todo
tipo —quienes al fin y al cabo aceptan abandonar sus casas, sus
familias, sus valores íntimos, aguijoneados por la miseria—, llega a las
arcas del castrismo esta cantidad enorme de dinero.
Dinero neto. Limpio. Producto del chantaje: los cubanos residentes en el
extranjero, se sienten en el deber de ayudar a sus familiares y amigos
que, en su tierra, transitan por la miseria, sin esperanzas.
Dinero neto, limpio que, si acaso da unas vueltas dentro de Cuba,
inexorablemente va a parar a las tiendas de divisa, todas estatales y
con precios sobredimensionados, luego de sufrir un descuento
revolucionario cuando, obligatoriamente, el dólar o la divisa que fuere
ha debido ser canjeada por la única moneda establecida por el régimen
para comprar en aquellas tiendas, el CUC (peso cubano convertible). Es
decir, un doble golpe.
Según lo que he averiguado al respecto, nunca antes gobierno alguno ha
vivido de las limosnas de otros países, combinadas con las estafas a sus
ciudadanos —por cargas impositivas tan parecidas a la acción de los
bandidos en descampado— como el de la Cuba actual.
Sobre las remesas, un "compañero bolivariano" me argumentaba hace poco
que las enviadas a El Salvador o México por sus emigrantes, en
proporción, superaban a las que llegan a la Isla. La diferencia, le
respondí al bolivariano, es que en ninguno de estos dos países, hace 55
años, se gestó una "revolución de los humildes y para los humildes" con
"un porvenir luminoso para todos" en un máximo de 15 años, que tanto
costara en vidas, esfuerzos y pesares para, al final, más de medio siglo
después, arribar a una de las sociedades más injustas de América Latina;
donde, pongamos por caso, tantas veces la distancia entre comer o no
comer no depende de tu trabajo, sino de un buen samaritano, compatriota
o no, que te envié dinero desde el extranjero.
Y ya vemos que hacia Cuba, a diferencia de los dos países citados, no
solo aumentan las remesas, sino también el número de emigrantes
remitentes. Según una encuesta realizada en Estados Unidos e incluida en
el estudio antes referido, 62,8 % de los emigrados y
cubanoestadounidenses envían dinero a residentes en Cuba.
O sea, no solo aumenta la cantidad de dinero enviado, sino además los
remitentes. Y esto, todo parece indicar, seguirá subiendo.
Esta situación resulta positiva para el régimen parasitario establecido
en Cuba, pero es muy negativa para aquella sociedad: continúa creciendo
la zanganería en una población en notable medida marcada por el relajo
nacional, la doble moral, el robo "oficializado", el oportunismo y en
fin la pérdida de los principales valores humanos ... el sálvese el que
pueda.
Es decir, la zona zángana —no esos padres, madres o hermanos de alguna
manera imposibilitados y por tanto necesitados de ayuda—, aumenta; un
vacilón: primos y primas lejanos, sobrinos apenas existentes, cuñados
que hasta hace poco eran ficción, un gran amigo de un concuño,
etcétera... toman el escenario, representan sus obras y solicitan su
salvación a los emigrados, que, en muchos casos, antes, eran para los
solicitantes "gusanos", "vendepatrias", "traidores" y todo lo demás.
Pero ahí no se detiene la ofensiva de zánganos y zánganas. No solo
requieren moneda: también "cosas". Con el dinero que reciben no pueden
adquirir en las tiendas del gobierno, por ejemplo, esmalte para uñas, el
vestido para la graduación o para la fiesta de Los Quince, la corbata
para la foto de boda, crema de última generación para cara, cuerpo y
párpados, champú "del bueno", condones saboreados, las velitas para el
"kake", la máquina de afeitar Gillette y los cartuchos correspondientes,
recargas para el celular, discos compactos con lo último del cantante
fulano, un portarretrato digital. Un vacilón.
Y miren, sube la zanganería la parada en cuanto "cosas": en un mensaje
reciente, mi amigo y compatriota Chiqui Téllez, domiciliado en
California, me dice que recibió una petición de un zángano de cuarta o
quinta línea sanguínea: una piscina portátil, "como esas que tiene la
gente en Miami".
Fue Chiqui quien me hizo llegar algunas observaciones que creo muy
interesantes: ¿Y por qué llenaron las plazas el pasado 1° de mayo? ¿Por
qué no les dijeron a los promotores de las concentraciones que tienen
hambre o que las proteínas que consumirían durante el desfile las
tuvieron que guapear con un exiliado, de modo que no era justo asistir?
Y quizás, quizás, sea justa la resolución que el Chiqui Téllez me hace
saber al final de su mensaje electrónico: "De ahora en lo de adelante,
mi socio, solo mandaré una medicina al que la necesite. Pues esta gente
parece que no sabe que el dinero ganado en el exilio tiene mucho
esfuerzo, lágrimas, tristezas".
Ya ven. Así van las cosas.

Source: "Las remesas y las zánganas y zánganos patrios - Artículos -
Cuba - Cuba Encuentro" -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/las-remesas-y-las-zanganas-y-zanganos-patrios-317869

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