Un gol independiente
NICO CERVANTES | La Habana | 19 Nov 2013 - 10:34 am.
Veinte equipos uniformados, 500 jugadores, boletín propio, árbitros, 
copa y medallas: la Liga de Fútbol de Playa, en La Habana, crece al 
margen de las instituciones.
Empezaron con cuatro equipos hace seis años. Hoy son veinte, cada uno 
con su escudo, su uniforme y su plantilla de 25 jugadores. La mejor liga 
municipal de fútbol en La Habana crece cada vez más, al margen del apoyo 
institucional.
Atlético AZ, Comodoro FC, Robles, Almendares FC, Sur de Oregón FC, 
Giraldillos, Real FC... "Estos torneos son del barrio, con los recursos 
de las personas", dice Darién Díaz, entrenador de Primera División. "Es 
fútbol de corazón, del que quiere hacer fútbol."
Estamos en el Complejo Deportivo Eduardo Saborit, en el municipio de 
Playa, al oeste de la ciudad. Es domingo y empieza la Liga de Fútbol de 
Playa (LFP), que agrupa a los doce mejores equipos afiliados. 
Previamente se jugó la Liga de Desarrollo —una suerte de segunda 
división—, también con doce equipos y cuatro ascensos para la división 
élite.
Trescientos jóvenes en función del deporte cada fin de semana. Sin 
embargo, no se ve a ningún funcionario del Instituto Nacional de 
Deportes y Recreación (INDER) en su instancia municipal. Tampoco hay 
periodistas de medios locales. Los muchachos del Comité Organizador han 
conseguido un audio y un data-show. Con eso y una laptop proyectan 
imágenes de ligas anteriores sobre una pared, mientras preparan todo 
para la inauguración.
Les pregunto qué instituciones patrocinan este proyecto, y casi no me 
dejan terminar de hablar:
"¡Ninguna! Queremos que esto sea una cosa de los jóvenes, que vengan 
aquí a invertir su tiempo en el fútbol."
Explican que la única ayuda que reciben del INDER es dejarles usar el 
campo de juego, algo con lo que tuvieron problemas en el pasado, a pesar 
de los permisos solicitados previamente. Los funcionarios parecían más 
interesados en promover competencias caninas y los juegos de cricket y 
rugby de las embajadas cercanas.
"Llegábamos, había otras actividades y teníamos que irnos para la casa", 
se queja Osvaldo González, jugador de los Reyes de PetroVietnam.
"No hay apoyo institucional ninguno. Si las cosas no funcionan a mayor 
escala, ¿qué vamos a esperar del INDER del municipio?", afirma Darién 
Fernández, Presidente del Comité Organizador.
Darién es contador de profesión y jugador del Querejeta FC, uno de los 
equipos duros del torneo. Cuando logró organizar la primera Liga, se dio 
cuenta de que tenía algo que ofrecer a los jóvenes de su comunidad. Con 
la ayuda de amigos, se concentró en hacer crecer el proyecto e 
imprimirle una dimensión inclusiva, pero sin hacer concesiones a la 
marginalidad, al "mal ambiente".
Y es que Playa, con sus mansiones, repartos residenciales y embajadas, 
se considera una zona privilegiada de La Habana, pero no escapa a los 
fuertes contrastes socioeconómicos que han aflorado en todo el país. 
Darién explica que la Liga involucra a muchachos de estratos sociales 
muy diversos y por tanto, es importante alentar el buen comportamiento 
dentro y fuera de la cancha.
"Aquí están prohibidas las malas palabras y las indisciplinas sociales. 
Por eso hemos tenido tanta aceptación", afirma el también organizador 
Ernesto Díaz.
Incluso se han coordinado con promotores de otros eventos similares, 
para hacer valer las sanciones disciplinarias en toda la ciudad. Además 
insertan mensajes profilácticos en el boletín de la Liga, que imprimen y 
distribuyen cada semana, con esfuerzo propio.
Sí se puede
Para formar un equipo, al menos el 60 porciento de los integrantes debe 
residir en Playa. Una norma flexible que rescata de manera natural el 
enfoque del asociacionismo espontáneo, ultimado por el Gobierno desde 
los años 60. A diferencia de las competencias oficiales a todos los 
niveles, con sus equipos municipales y provinciales, en la LFP el factor 
geográfico no siempre es lo que prima a la hora de crear un club, y así 
lo demuestran denominaciones como Habana United, Corpus Christy, 
Universitarios...
El resto es diseñar un escudo, conseguir el uniforme —al menos la 
camiseta—, y pagar una cuota de inscripción de 25 cuc, o sea, 1 cuc por 
cada jugador.
"Todo destinado a la premiación y a gastos organizativos como pelotas, 
mayas y acondicionamiento del terreno —dice Darién—. En el boletín 
publicamos un informe sobre cómo empleamos el dinero."
Los uniformes los resuelve cada equipo. Vale todo: desde costureras 
particulares hasta familiares en el extranjero de algún jugador, porque 
si bien corren tiempos relajados en cuanto al patrocinio por parte de 
empresas y negocios privados, el Gobierno todavía restringe fuertemente 
el tema de la publicidad, lo cual frena a posibles sponsors.
Aun así, algunos conjuntos han logrado favorecerse con acciones de 
mecenazgo: a los Reyes de PetroVietnam los apadrina la empresa de igual 
nombre; hay una tienda de la zona y una empresa informática ayudando a 
otros dos clubes...
"Sería muy bueno si las embajadas cercanas y las firmas comerciales se 
implicaran. Hasta desde el punto de vista de sus declaraciones juradas 
podría ser factible —explica Darién, y le da rienda suelta a sus 
sueños—. Quisiera que todos los equipos estuvieran uniformados al 100 % 
y que tuvieran una bandera; una fiesta de inauguración o al menos para 
los campeones; mayor tirada y un diseñador para los periódicos..."
El boletín La Premier y los escudos de los equipos, son dos de las señas 
de identidad más fuertes de la Liga, y la sitúan en un peldaño superior 
al mismísimo Campeonato Nacional, que no cuenta con ninguna de las dos 
cosas. Sobre el boletín dice Abel Piñón, organizador:
"Lo hacemos nosotros mismos, a la forma que creemos mejor. Que al 
espectador le llegue la información."
"A la hora de la impresión... un poco uno, un poco el otro... en el 
trabajo, con algún amigo que nos hace el favor...", añaden Osvaldo y 
Ernesto.
Hay una frase que llama la atención, pues aparece obsesivamente en La 
Premier: "Una liga para desarrollar el fútbol de barrio". ¿Simple 
slogan, o estrategia preventiva ante una oficialidad paranoica e irritable?
Responde Darién:
"Hace tres años tuvimos un careo con el INDER, que quería definir la 
Liga como unos juegos interbarrios. No aceptamos, porque entonces ellos 
se anotarían un resultado de trabajo que en realidad estamos haciendo 
nosotros. Si sucede algo vamos a estar preparados, porque aquí no hay 
nada raro. Simplemente estamos desarrollando el deporte en nuestro 
territorio."
Otro aspecto complicado es el de los árbitros, pero las alternativas 
fueron apareciendo: desde regalarles uniformes, medallas, silbatos... 
hasta pagarles un cuc por partido y gestionarles el almuerzo, mediante 
la introducción de un sistema de multas a los clubes por cada tarjeta 
recibida durante el juego: las amarillas cuestan cinco pesos y las rojas 
diez.
Inventiva cubana para resolver los problemas y seguir creciendo. Quienes 
se acercan a la Liga no paran de asombrarse con el potencial 
organizativo de Darién y compañía. Así lo corrobora el estelar 
mediocampista Marcel Hernández, jugador de Primera División y ex de la 
Selección Nacional: "Realmente me quedé impresionado con la organización 
y la cantidad de personas que hala este torneo, (…) y quería 
felicitarlos por este mensaje que les están transmitiendo [a los 
jóvenes]: los hacen salir de muchas cosas malas que realmente se hacen."
Champions Habana: el futuro es hoy
Tal avalancha de "fútbol independiente" ya desborda los límites del 
territorio y toma proporciones provinciales, gracias a la gestión de 
promotores que saben lo que está en juego para el futuro inmediato de 
este deporte en la Isla:
"La LFP ya es parte de mi vida, pero el proyecto que hay que consolidar 
a toda costa es la Champions Habana, y un proyecto escolar que involucre 
a todas las escuelas secundarias de la ciudad", dice Darién.
La idea de una copa de campeones municipales surgió entre él y el ex 
internacional Miguel "Miki" Gándara. Ya tuvo su primera edición en 2012, 
y planean repetirlo a corto plazo. La LFP da cuatro plazas para la 
Champions Habana, un incentivo adicional para los jugadores: más 
partidos y mayores posibilidades de mostrar su calidad al seleccionador 
provincial, Darién Díaz, quien tiene plena conciencia de lo que 
significan estos proyectos:
"Este es el momento del fútbol en Cuba, y soñar con poner a Cuba en un 
Campeonato Mundial no es solamente decirlo: todos tenemos que subirnos 
las mangas y trabajar mancomunadamente, desde las instituciones que 
tienen que hacerlo hasta nosotros en el barrio."
En 2012 Cuba ganó por primera vez la Copa del Caribe, y durante el año 
en curso logró avanzar a los cuartos de final de la Copa de Oro, evento 
élite en la región de Norte, Centroamérica y el Caribe. Ahora, la 
reciente aprobación del Gobierno a las contrataciones de deportistas por 
clubes extranjeros, acerca un poco más el sueño del Mundial. Así lo ve 
Darién Díaz:
"Estoy muy contento con esta medida. Todo el mundo está ahora en los 
mismos derechos que los demás jugadores del mundo. Vamos a tener 
jugadores a mayor nivel, y van a venir a las convocatorias de la 
Selección nacional."
Una opinión que los demás entrevistados comparten con ilusión. Todos los 
presentes en el estadio se reúnen alrededor de dos mesas donde se 
exhiben la Copa que se entregará al ganador, y las medallas que recibirá 
cada integrante de los tres mejores equipos al final del torneo. El acto 
de inauguración es más bien íntimo, sin funcionarios aterrizados a 
última hora ni esas tablas gimnásticas que dan tristeza en los eventos 
"oficiales". A pocos pasos de la bandera de la LFP y la nacional, la 
árbitro Yuneisis Rodríguez lee una breve exhortación y los jugadores de 
Habana United y Reyes de PetroVietnam saltan a la cancha para el partido 
inaugural. Comienza la Liga…
Source: "Un gol independiente | Diario de Cuba" - 
http://www.diariodecuba.com/deportes/1384771774_5965.html
 
 
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