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Wednesday, November 13, 2013

He mirado 500 veces un hierro para guindarme

"He mirado 500 veces un hierro para guindarme"
Martes, Noviembre 12, 2013 | Por Lilianne Ruíz

LA HABANA, Cuba, noviembre de 2013, www.cubanet.org.- Giraldo Rodríguez
Comendador –de 76 años– no puede cruzar la Calzada por la catarata que
le nubla la visión. Todos los días debe decidir si se pone a buscar la
evidencia de que trabajó durante 42 años (para iniciar el proceso que
culminaría con una pensión mensual de 250 pesos no convertibles a
dólares), o ponerse a hacer "mandaditos", como él los llama, para
sobrevivir.

La mayoría de las veces se ve forzado a la segunda opción, no sólo
porque el hambre es un hecho inapelable, sino porque también va
perdiendo la esperanza.

En 2006, cuando presentó la jubilación -a la empresa del Ministerio de
la Construcción de Las Tunas donde trabajaba como chofer-, le dijeron
que su expediente no aparecía, incluso podía haber sido devorado por las
llamas. Había escuchado otras veces de personas con un problema como el
suyo, pero hasta ese día no comprendió que un expediente laboral perdido
equivale a multiplicar por cero el sacrificio de toda una vida.

Para paliar un poco su desesperación, apareció una trabajadora social
que le ofreció una asistencia de 142 pesos (MN), pero Rodríguez
Comendador expresa indignado:

"Como yo hay unos cuantos, por lo menos en Las Tunas, que han reclamado
y cogido la limosna que les han dado. Y se conforman con eso. Yo no
mendigo nada. A mí hay que darme lo mío."

Para conseguir "lo suyo", debe ir a cada sitio donde trabajó, a que le
firmen documentos que avalen su registro en nómina, para luego dirigirse
a un Bufete Colectivo, contratar un abogado y hacer la reclamación. Uno
de los inconvenientes con que tropieza es que la mayoría de sus
compañeros se ha jubilado. Otros, han cambiado de trabajo. Cuenta que
una vez encontró al jefe que tuvo cuando trabajó en la presa de El Cornito.

"Me dijo: chico, ve a Los Pinos, al departamento de recursos humanos de
Desmonte y Construcción, que yo te pongo un camión de testigos."

Pero los testigos no sirven para autorizar el cobro de una pensión, que
se tramita por medio de documentos como el expediente laboral. Solo
justificarían, en un caso extremo como el suyo, que trabajó en un lugar
específico por determinado tiempo.

"Hace 7 años que me pelotean. Hasta las rodillas se me han gastado de
caminar. Estoy convencido de que he perdido mis años de trabajo. Por
gusto, para que me maltraten como me están maltratando hasta hoy.
Trabajé para tener lo mío, a mí no me preocupa que haya ley que obligue
a los hijos a mantener a sus padres", declara.

En cuanto a la contratación del abogado, la tarifa para procesos
laborales no es muy alta. Pero Rodríguez Comendador pregunta:

"¿Cómo voy a contratar abogado? Ni se sabe las recetas médicas que he
perdido porque no puedo comprar los medicamentos que me valen 19 pesos."

Salió otra vez a buscar trabajo, pero nadie se lo da; porque está en
edad de jubilación y al no tener los documentos en regla no puede hacer
el contrato temporal.

"Así mismo, ciego como estoy, me ponen en un camión a tirar tierra,
fango, estiércol de res, y lo hago para buscarme los pesos. El que sabe
que yo estoy ciego, lo que va a hacer es huirme. Es una situación
pesimísima, la mía."

Ante la pregunta de si ha pasado hambre, se queda en silencio por varios
segundos. Y luego responde, como quien se levantara por sobre su honor
hecho una pila de papeles viejos y estrujados:

"Imagínate tu; si yo te digo que no, te miento. La caridad no soluciona
el problema: Me han regalado una sábana y yo la he tenido que vender
para comer, un par de zapatos y lo he tenido que vender para comer."

Por eso no duda al decir:

"A mi tú me mandas a llevar un lingote de hierro a la terminal de trenes
por 10 pesos y yo me lo engancho en el hombro y lo llevo."

Pero la pregunta urgente es: ¿Qué tiempo podrá seguir llevando su cuerpo
al extremo del agotamiento con tan mala alimentación?

Eso no parece preocuparle más que la manera de llevar el día a día:

"Me han cogido las seis de la mañana pensando. ¿Y qué puede pensar un
hombre en una encrucijada como en la que estoy yo?"

La poca vista se le pierde y dice:

"He pensado en ahorcarme, chica. He mirado 500 veces un hierro que hay
ahí atrás para guindarme, pero veo a esa señora gorda que tú ves sentada
ahí, que es mi esposa y cambio de parecer. De todas maneras, de algo hay
que morirse."

Source: ""He mirado 500 veces un hierro para guindarme" | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=52880

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