Veinte años después: del dólar a Internet
Por: Yoani Sánchez | 05 de junio de 2013
En 1993 Fidel Castro se vio contra las cuerdas de la crisis económica y
aceptó la circulación del dólar en territorio cubano. Hasta ese momento,
la tenencia de divisas extranjeras podía pagarse con varios años de
cárcel. "La moneda del enemigo" entró para quedarse, aunque años después
sería reemplazada por un sucedáneo llamado peso convertible. Entre los
detalles más llamativos del decreto que autorizaba la dualidad
monetaria, estaban los motivos para hacerlo. En la Gaceta Oficial se
reconocía que esta medida "contribuye positivamente a disminuir el
número de hechos caracterizados como punibles lo cual aliviará y
favorecerá el trabajo de la policía y los tribunales de justicia". O
sea, para ahorrarle trabajo a instructores y jueces se permitía portar
dólares. Sin embargo, la clave principal radicaba en la fecha elegida
para que la nueva legalidad entrara en vigencia: el 13 de agosto, día
del cumpleaños del Máximo Líder.
Han pasado dos décadas de ese momento y aún la sociedad cubana sigue
atenazada a la esquizofrenia monetaria. Ya Fidel Castro no ocupa el
cargo de presidente pero parece que su hermano también es dado a mezclar
las flexibilizaciones legales con el calendario familiar. El 3 de junio
ha conmemorado no sólo sus 82 años de vida, sino que ha puesto fin a una
estrategia de control excesivo sobre el acceso a Internet. Apenas pocas
horas de terminar esa jornada abrían las 118 salas de navegación con
conexión pública a la web. Un regalo de cumpleaños un tanto amargo para
el General que había estado demorando todo lo posible la conversión de
los cubanos en internautas. Muy probablemente a este pequeño paso hacia
la flexibilización informática le ocurrirá lo mismo que a la
despenalización del dólar: no tendrá marcha atrás.
Desde la mañana de hoy martes comenzaron a funcionar los nuevos locales
públicos con servicio de Internet e Intranet. Por el costo de 4.50 pesos
convertibles (CUC), alrededor de 3,50 euros, el usuario cuenta con una
hora de acceso al ciberespacio. También se puede optar por una
navegación en la intranet nacional por 0.60 CUC o en su lugar utilizar
solo el correo electrónico ".cu" a un precio de 1,50 CUC la hora. En
varias pruebas realizadas no se detectó –hasta el momento- ninguna
página censurada por considerandos políticos. Con una velocidad mínima
de conexión de 512 Kbps, la interfaz que da la bienvenida al usuario
nada más encender el ordenador lleva el nombre de Nauta. Aunque todo el
funcionamiento y los programas instalados discurren sobre Microsoft Windows.
En la primera jornada de apertura eran accesibles desde los nuevos
locales de Internet portales como El Nuevo Herald, sitio de noticias al
estilo de Diario de Cuba y varios blogs críticos con el gobierno hechos
desde dentro de la Isla. El costo elevado del servicio, en un país donde
el salario medio mensual ronda los 17 euros, parece ser la limitante
fundamental. Lo cual contradice al viceministro de comunicaciones quien
recientemente había declarado que "no será el mercado quien regule el
acceso al conocimiento en nuestro país". Hasta el momento quienes tienen
la moneda fuerte –autorizada a circular por el otrora presidente- podrán
costearse la entrada a redes sociales, a sitios de clasificados y las
apetecidas bolsas de empleo o becas para inscribirse e intentar emigrar.
Curiosamente ambas medidas: la despenalización del dólar y esta tímida
apertura a Internet, han sido fruto más de la presión que del deseo
aperturista del gobierno. Permitir que los cubanos pudieran portar
moneda convertible, fue una decisión tomada ante la evidencia de que en
el mercado informal los llamados "verdes" circulaban cada día con más
fuerza a finales de los años ochenta y principio de los noventa. Similar
situación ocurre ahora con la información que circula desde la gran
telaraña mundial. Las conexiones piratas a la web por una lado y el
avance de las redes clandestinas de distribución de audiovisuales por
otro, confirman lo inútil de poner puertas al campo de los kilobytes.
Los primeros usuarios que probaron las salas de navegación esta mañana
se sorprendieron ante la velocidad de la conexión pero lamentaron los
excesivos costos de la misma. Varios periodistas oficiales revoloteaban
alrededor de las mesas de un céntrico local del barrio del Vedado
tratando de captar la instantánea de los habaneros lanzándose en masa
sobre los teclados. En lugar de eso, unos pocos y cautelosos clientes
tanteaban los límites del nuevos servicio. Cada uno debía mostrar su
documento de identidad y firmar un contrato antes de sentarse siquiera
frente a la pantalla del ordenador. En el mismo se aclaraba que no debe
usarse el servicio para "acciones que puedan considerase (…) dañinas o
perjudiciales para la seguridad pública". Una espada de Damocles que
podría ser interpretada también a partir de considerandos políticos e
ideológicos.
De cumpleaños en cumpleaños, así van los cambios en Cuba. Hace veinte
años fue el dólar… hoy Internet.
http://blogs.elpais.com/cuba-libre/2013/06/veinte-a%C3%B1os-despu%C3%A9s-del-d%C3%B3lar-a-internet.html
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