El dinosaurio Fernando Martínez Heredia
Martes, Junio 4, 2013 | Por Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org – El no. 1 del presente año de
la revista La Gaceta de Cuba contiene un dossier dedicado a la década de
1960 en Cuba. Uno de los artículos se titula "El largo año del 68", y
lleva la firma del sociólogo y ensayista Fernando Martínez Heredia.
Después de ofrecer un punto de vista muy cuestionable, y por supuesto
apologético, acerca de varios de los sucesos que acontecieron en ese
lapso, el autor apunta que uno de los logros de la revolución de 1959
fue convertir en algo normal ciertas prácticas que emergieron en el
torbellino revolucionario. Y entre esas prácticas que habrían devenido
en verdades absolutas, Martínez Heredia cita "la pérdida abrumadora del
prestigio de la propiedad privada".
Más adelante, y tras referirse a las "conquistas" de la revolución que
actúan como un valladar contra la posibilidad de regreso al capitalismo,
el autor escribe: "En la actualidad, un buen número de relaciones
sociales y valores del capitalismo compiten con los del socialismo en
nuestro país, pero carecen de legitimidad". Es decir, que para Martínez
Heredia, las cafeterías, paladares y otros negocios de cuentapropistas,
que han posibilitado una fuente de empleo para miles de compatriotas, y
además brindado a los consumidores una opción salvadora frente al
ineficiente y con frecuencia desabastecido comercio estatal, carecen de
legitimidad. Y aunque no lo dijo, tal vez apelando a un residuo de
pudor, es muy probable que identifique la legitimidad con la Ofensiva
Revolucionaria de ese propio año 1968, esa locura émula del Gran Salto
maoísta de 1958, que casi convirtió a Cuba en un desierto, donde los
dueños sin rostros de la propiedad social eran incapaces de vender un
simple refresco a cualquier caminante sediento.
Claro, este viraje hacia la línea dura no es privativo del señor
Martínez Heredia. Últimamente, y en otras esferas de la sociedad, lo
hemos constatado en varios personajes, antaño marginados, y hoy
"rehabilitados" por el oficialismo. Entre ellos figuran homosexuales,
creyentes, y artistas en general. Ellos no son capaces de rozar a la
revolución ni con el pétalo de una flor, y en la práctica pretenden
mostrarse más castristas que los propios hermanos Castro.
En el caso específico de Martínez Heredia, no hay que olvidar su
pertenencia al colectivo de la revista Pensamiento Crítico, clausurada
por las autoridades en 1971 debido a que su línea editorial se apartaba
de la tendencia prosoviética que cobraba auge en la isla, y después el
olvido en que cayó el ensayista durante toda esa década y buena parte de
los años 80, hasta que la posterior política de "rectificación de
errores y tendencias negativas" posibilitó la publicación de varios de
sus libros. Y más recientemente, la concesión del Premio Nacional de
Ciencias Sociales en el 2006, así como el haberse dedicado a su obra una
de las últimas ediciones de la Feria Internacional del Libro.
Este episodio nos confirma que en cualquier recoveco podemos hallar a un
dinosaurio que se oponga a los cambios en la sociedad cubana, y también
podría azuzar los fantasmas de aquellos que desconfían de las
intenciones de los gobernantes. Intenciones que, según estas personas,
no contemplarían las reformas como un paso estratégico, sino tan solo
como una maniobra táctica para capear el temporal que se abate sobre la
isla.
Es sabido que en Cuba hay elementos que se oponen a los cambios
económicos que tienen lugar en este momento. Por lo general se trata de
figuras de la vieja guardia revolucionaria, que ven en la burocracia y
el inmovilismo dos garantes del mantenimiento de sus prebendas. La voz
popular califica a estos personajes de línea dura como "dinosaurios
políticos". Ahora bien, lo que no ha abundado mucho, al menos hasta el
presente, es el rechazo explícito de la intelectualidad a los referidos
cambios.
http://www.cubanet.org/articulos/el-dinosaurio-fernando-martinez-heredia/
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