Economía, Cambios
Propaganda castrista y actualización de la economía: dos caras de la
misma moneda
En los últimos meses el régimen está empeñado en una nueva forma de
distorsión informativa, bajo el llamado a una "actualización tranquila"
del modelo económico cubano
Elías Amor Bravo, Valencia | 18/09/2012 9:35 am
La propaganda castrista ha sido, durante más de medio siglo, un
instrumento al servicio de una ideología que se ha visto en todo momento
en la necesidad de justificar su existencia hacia determinados sectores
sociales que la consideraban una especie de paraíso de unos ideales
perdidos. Falso. La experiencia confirma que la propaganda ha
funcionado, pero con un objetivo bien distinto.
Básicamente, distorsionar hacia el exterior la realidad mísera de una
población sometida a una feroz dictadura que se resiste a cualquier
proceso de apertura política o económica. Retazos de esa propaganda,
bien ensayada y desarrollada durante los antiguos tiempos de la llamada
"guerra fría" se mantienen. Existe un público para ello, que sigue
"comprando" los éxitos de la llamada "revolución", sobre todo a nivel
internacional. El número de personas que trabajan en estas actividades
debe ser ciertamente numeroso y de alto nivel de cualificación. Y por
último, el régimen castrista utiliza la propaganda para hacer lo que
mejor sabe, destruir la imagen de sus adversarios políticos, a los que
califica de "enemigos".
En los últimos tiempos, esa propaganda, ante la ausencia de un debate
ideológico izquierda derecha que sustente la opción trasnochada del
castrismo, ha encontrado en la operación "reformista" de Raúl Castro, el
escenario para un nuevo diseño de distorsión informativa.
Desde que Raúl Castro heredó el poder de su hermano en 2006 y construyó
una coalición de poder bajo el control y la batuta del Ejército y la
seguridad del Estado, su campo de acción ha sido los llamados
"Lineamientos", una especie de enunciado de medidas de política
económica más o menos generales, que se han ido implementando en los
últimos años. El objetivo de esta política económica, tal y como
expresan las autoridades, ha sido la "actualización del socialismo", un
sistema que en el caso cubano ha sido un fracaso, y a la vista están los
datos e indicadores.
La propaganda ha venido a prestar su valioso servicio a la aplicación de
los "Lineamientos", una cuestión que, observadores y analistas externos,
no solo descalifican, como insuficiente y mal diseñada, sino también
como poco oportuna para las necesidades reales de la economía castrista.
Pero los "Lineamientos" han provocado no pocas fricciones en la
enquistada estructura política del régimen castrista, y así, por
ejemplo, la reducción del empleo estatal (prácticamente el 90 % del
total de la economía de base estalinista que impera en el país) se tuvo
que frenar de manera brusca ante las protestas airadas de la
organización sindical vertical única, o el proceso de entrega de tierras
adaptarse para recoger algunas de las propuestas de la única asociación
de cooperativas.
Esos vaivenes enfriaron el ímpetu raulista en la puesta en marcha de los
"Lineamientos" y ralentizaron su aplicación a ojos de analistas y
observadores. La propaganda fue llamada para entrar en el juego. En los
últimos meses, desde el régimen se vende a nivel internacional la
llamada "actualización tranquila" del modelo económico cubano, que
declara mantener las opciones de los "Lineamientos", a saber, reducción
del gasto público, recargo sobre la iniciativa privada de las grandes
cargas estatales, reducción de importaciones, aumento de exportaciones y
potenciación de la entrada de capitales foráneos.
De ese modo, esa actualización ya no atiende a plazos, ni a compromisos,
ni a directrices u objetivos. Es como, si de pronto, quienes han
confiado ciegamente en la planificación centralizada de la economía,
desdeñaran de cualquier nivel de compromiso oficial. Es cierto que se
mantienen contactos con inversionistas extranjeros y que se han
realizado visitas de trabajo a China y Vietnam por Raúl Castro, para
tomar buena nota de cómo se transforma la base económica sin alterar la
estructura política. Pero nadie espera grandes cambios en la Isla. Y la
propaganda ya habla de esa "actualización tranquila" propagandística.
Granma se ha convertido en foco de difusión de las acciones a
desarrollar. Un día hablan de la importancia de respetar los contratos,
otro de la incorporación de modernas tecnologías, o de métodos
gerenciales basados en el "perfeccionamiento empresarial". Otros, hablan
de diversificación y ampliación de los mercados de exportación y
sustitución de importaciones, cuando la economía es incapaz de producir
bienes y alimentos suficientes para atender las demandas del mercado
interno. Finalmente, se presta atención a las nuevas fuentes de
financiación externa a medio y largo plazo para la construcción de
infraestructuras (en colaboración con Brasil) que deberán sustituir al
petróleo de Chávez ante una eventual derrota del caudillo bolivariano en
las elecciones de octubre.
Detrás de esta propaganda lo que existe es un cruento y feroz debate
interno en la cúpula política que dirige el país, entre los sectores
aperturistas y reformistas, y los más conservadores. Entre los primeros,
se encuentran quienes ven con buenos ojos la creación de cooperativas
más allá del sector agropecuario, particularmente en la construcción de
viviendas o en algunos tipos de servicios. También están quienes creen
que la inversión de otros países es un elemento fundamental a la falta
de ahorro interno, con el turismo entre los punteros.
Frente a ellos, los sectores reaccionarios que no desean perder la
esencia del régimen comunista y que ejercen una presión muy importante
sobre Raúl Castro, siempre observando de reojo los movimientos de su
hermano enfermo.
La "actualización tranquila" puede tener sus límites. Muy pronto se
podrán observar. Los resultados de Venezuela van a suponer una prueba
clave para decidir quién puede salir vencedor en ese enfrentamiento
interno. Con la economía no se juega. Deberían saberlo después de haber
arruinado la economía cubana en el último medio siglo.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/propaganda-castrista-y-actualizacion-de-la-economia-dos-caras-de-la-misma-moneda-280160
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