La incumplida seguridad alimentaria
Miércoles, 19 de Septiembre de 2012 03:12
Escrito por Osmar Laffita
Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Todo el mes de agosto la
prensa oficial cubana desplegó una profusa información de los reales
peligros que representa para la población mundial la imparable subida de
los precios de los alimentos.alimentos_cuba
De manera alarmista señalaron que por la prolongada sequía que azotó las
principales regiones agrícolas de los Estados Unidos, los ya altos
precios de la soya, el maíz, el arroz y el trigo, experimentaron una
subida del 6%, algo realmente insostenible, principalmente para aquellos
países que son tradicionales importadores de alimentos. Pero la prensa
oficial no mencionó entre ellos a Cuba.
El Grupo de los 20 (G-20) celebró una cumbre de emergencia para tratar
el tema, pero no hubo consenso en torno a la reducción de los aranceles
e impuestos de importación, sobre todo de aquellos países que subsidian
a sus productores, lo que hace más ventajosas sus exportaciones de
alimentos.
En el conclave del G-20 no se llegó a un consenso entre exportadores y
compradores de alimentos debido a la falta de trasparencia sobre las
reales existencias y la producción posible.
Se atribuye como causa de estas subidas de precios el aumento de las
compras de alimentos por parte de China e India y los altos precios del
petróleo.
La opinión que prima en las esfera del gobierno cubano es que urge
acciones coordinadas para enfrentar el encarecimiento de los alimentos
para evitar una catástrofe, por eso plantean actuar con celeridad para
lograr la seguridad alimentaria para la población cubana.
Pero la prensa oficial ha ocultado que entre los grandes importadores de
alimentos se encuentra Cuba y que el gobierno cubano no acaba de hacer
público un plan acerca de cómo resolverá este problema de producir,
comerciar y consumir los productos del agro.
Es una realidad que en Cuba en estos últimos cinco años se han producido
tres fuertes subidas de los precios de los alimentos. Llama la atención
que ante esta crisis de la subida de los precios, en lo que va de año,
la producción agrícola ha estado rodeada de un velo de secretismo. Tan
es así que la prensa oficial no ha dado a conocer cuales fueron los
resultados de la agricultura al terminar el primer semestre.
En la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrada a finales de julio,
no se discutió nada relacionado con la importación de alimento, el monto
de dinero que se destina para comprar los mismos y las medidas que se
han tomado para detener la sangría de dólares que se destina a comprar
alimentos que en su mayoría y sin ningún problema se pueden producir en
Cuba.
La campaña a favor de la seguridad alimentaria es pura propaganda, algo
que todavía los cubanos no ven concretado a la hora que van al agro a
comprar los alimentos, que cada día que trascurre suben más de precio.
Es un secreto a voces que el peor de los ministerios cubanos es el de la
Agricultura. Se ha podido conocer que en el semestre incumplió en 12
renglones. A esto se añade la desastrosa situación contable de sus
empresas que a finales del pasado año entre cuentas por pagar y cobrar
vencidas reportaban un monto de 63 712 000 de dólares.
Todo el desastre que reina en la producción agrícola es entera
responsabilidad del Ministerio de la Agricultura, el cual está atrapado
por una generalizada incuria, provocada por la acción cada vez más
notoria de una burocracia corrupta, cerrilmente enemiga de todas las
reformas.
Esta burocracia, desde sus privilegiadas posiciones, entorpece el normal
funcionamiento de todo el entramado productivo del ministerio y sus
dependencias, la cual propicia la dilapidación de los recursos, pérdidas
injustificadas de cosechas y el control escandaloso de la
comercialización de los productos.
La complicidad mafiosa de la burocracia con los revendedores evita que
haya abundancia de mercancía en los mercados agropecuarios, lo cual
contribuye a que los precios de los alimentos cada día sean mayores.
Todas las trabas que impone esta corrupta burocracia han dado lugar a la
pasividad, la indiferencia, la apatía y la degradación generalizada que
reina entre los trabajadores de las granjas estatales, los
cooperativistas, campesinos y usufructuarios. Después de meses de duro
trabajo ven impotentes que no tienen ninguna libertad de vender sus
cosechas directamente, lo que desestimula la producción. Los productores
no se interesen en alcanzar altas cosechas porque se les echan a perder
porque no se las acopian a tiempo o se les paga menos de lo que
realmente valen.
Para Cuba actualidad: ramsetgandhi@yahoo.com
http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/5232-la-incumplida-seguridad-alimentaria.html
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