Cuando una delegada defiende a su comunidad
Martes, Septiembre 11, 2012 | Por Mario J. Viera
ENGLEWOOD, Florida, septiembre, www.cubanet.org -Se nombra Sirley Ávila
León, es delegada del Poder Popular por la circunscripción 37 del
Municipio Majibacoa en la provincia oriental Las Tunas. Ella, tal vez
creyendo en lo que declarara Raúl Castro de "discrepar y discutir en el
lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta" ─ ella misma
se declara "revolucionaria" ─ se dirigió a diferentes instancias del
llamado Poder Popular, reclamando a favor de su comunidad,
específicamente frente a las dificultades que experimenta una escuela
primaria de la localidad. La escuela había sido cerrada.
Se quejó de la falta de atención que recibía a favor de su reclamo. La
poca atención prestada para solucionar los problemas que ella argüía no
es debida a falta de recursos, se trata de un error, de una desidia de
personas que no podía justificarse con "el bloqueo". "Nadie nos atendía
(ni a ella ni a los padres de los escolares), nadie nos daba una
respuesta". No recibían la atención; "no hacían lo que tenían que hacer,
por lo que les pagaban (…) defender al pueblo", no se trataba de un
asunto particular lo que ella pretendía que le escucharan "porque yo no
tengo niños en la escuela, ni tengo nietos…", aclaró Sirley Avila.
"Me personé nueve veces al Consejo de Estado y a la Asamblea Nacional
del Poder Popular para reclamar por un problema de mi comunidad",
aseguró la delegada. Ningún caso le hicieron; solo la expulsaron de la
Asamblea Nacional del Poder Popular y la advertencia de que no se
presentara de nuevo como delegada.
Insistió: "Le escribí a Alarcón (Ricardo Alarcón de Quesada, presidente
de la Asamblea Nacional) para que me atendiera o que designara a
alguien porque es un problema que afecta al pueblo y a los niños".
Silencio. Le escribió a Raúl Castro. Silencio. Se presentó ante la
redacción del libelo Granma para que por conducto de la prensa llamar la
atención de Castro y de Alarcón de Quesada. No obtuvo respuesta.
Finalmente recibe respuesta del Consejo de Estado: "y me dijeron que la
inquietud mía la habían pasado al gobierno provincial"; pero en el
gobierno provincial no había inquietud alguna, sencillamente le
informaron que no habían recibido la comunicación del Consejo de Estado.
Fue citada al Comité Municipal del Partido Comunista solo para ser
intimidada y exigírsele que no continuara presentándose en las
diferentes instancias gubernamentales como delegada.
Lo único que alcanzó la delegada de la circunscripción 37 es una
citación para presentarse ante la fiscalía municipal bajo una acusación
formulada por el Vicepresidente del gobierno municipal por haberle
cambiado un televisor a un discapacitado físico del que se alegaba no
estaba en sus facultades mentales.
Ahora bajo presiones policiales, bajo presiones políticas, solo por
reclamar en defensa de su comunidad, la delegada optó por hacer pública
su denuncia por medio de la emisora Radio Martí, quizá así pueda llegar
a ser escuchada.
"…discrepar y discutir en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de
forma correcta" no parece ser la tónica del gobierno del general
presidente. Haberlo hecho y luego de no ser escuchada denunciarlo por
Radio Martí traerá consecuencias no muy agradables para Sirley Ávila
León, una delegada que creyó que podía defender los intereses comunitarios.
http://www.cubanet.org/opiniones/cuando-una-delegada-defiende-a-su-comunidad/
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