[13-03-2012]
Hugo Araña
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- El traslado del Ministro de Cultura Abel
Prieto para ocupar el cargo de Asesor del Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros del Gobierno, llamó la atención a no pocos, tanto
en la isla como en el exterior.
Según la nota informativa aparecida en el diario Granma, bastante
escueta por cierto, en no pocos ha motivado recelos y conjeturas, ya que
es conocido en el mundo de la Cultura cubana, que Abel Prieto estaba
conceptuado hasta cierto punto como casi un comunista liberal, y que no
fueron pocos los enfrentamientos mantenidos - que se conocen-, con la
cúpula gobernante en pos de que los intelectuales y artistas de la Isla
se sintieran algo menos incómodos dentro de las reglas impuestas en la
política cultural del país.
Por lo tanto, muchos ya se preguntan si el actual Ministerio de Cultura
volverá al pasado de los setentas, o mantendrá la política llevada a
cabo por Prieto, y o llevará a cabo un poco más la apertura soñada,
libre de censuras como ha ocurrido a pesar de cierta tendencia de la
libertad de expresión, comprobado últimamente en artículos de ciertas
publicaciones, donde obras de algunos escritores que viven en el
exterior, y que han sido renuentes al gobierno, han aparecidos publicadas.
De todos modos, ahora todo radica en mantenernos en un compás de espera,
y comprobar si el nuevo Ministro Rafael Bernal Alemany, que como es
lógico, impondrá sus orientaciones nada menos en este Ministerio tan
conflictivo y necesario de reformas, o continuará lo dejado por Abel, o
se irá más atrás en una clásica onda retro.
La cultura cubana en sentido general, como expresión artística al fin,
necesita que sea más abierta, más consecuente, aunque mortifique a
algunos, todavía sumidos en un pasado que bastantes lágrimas e
incomprensiones motivó.
El arte, por aquí o por allá, necesita del oxígeno de la libertad, para
que el Artista, así con mayúscula, sea el exponente supremo en sugerir
lo que sucede en su ámbito, así sea negro o blanco, o gris. Claro,
siempre inmerso en lo que denominamos artísticamente y no panfletario
que a nada conduce, para no caer en la mediocridad.
Además, si es que habrá más libertad de expresión de ahora en adelante,
las autoridades culturales de la Isla deben de tener en cuenta en pos de
una conciliación, –que nunca han querido reconocerlo-, pululan por todo
el país, principalmente pintores y escritores que por sus posiciones
nada radicales al gobierno, pero sí algo más críticos, les están vedados
las oportunidades de que sus obras sean publicadas y reconocidas, a
pesar de que no han abandonado su tierra, porque se sienten cubanos como
los demás, y no como si fueran agentes del mal.
La ignorancia de que el NO existe desde tiempos ancestrales, no es algo
nuevo. Por lo tanto, esos desclasados buscan afanosamente quién o
quiénes en el exterior publiquen sus escritos, o que un cuadro,
cualquiera que sea el estilo, sea puesto en una galería. Entonces, ¿no
sería mejor, más saludable que sus obras sean conocidas por sus
conciudadanos?, que además no son tan contestatarios como algunos piensan.
Por lo tanto, el tiempo, ese que nos dice todo, muchos esperan del nuevo
Ministro de Cultura, abra en lo posible, esa parte de nuestra Cultura
ignorada por muchos, salga a la luz pública sin rencores, sin cláusulas.
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